En medio de las protestas llevadas a cabo el lunes en Brasil, este agente se arrodilló, se quitó la pistola, la lanzó al fuego e hizo una reverencia a los manifestantes. La razón: estaba arrepentido de servirle al Gobierno.
Transcurrían las marchas en Brasil en donde la gente salió a la calle a denunciar los multimillonarios gastos públicos en la Copa de Confederaciones y el Mundial y exigian transporte público mejor, más barato, y salud y educación pública de calidad, cuando de pronto sucedió algo inesperado.
Un agente de la Policía de Brasil, se arrodillo y lanzó su pistola mientras exclamba: “¿Servir a un gobierno así? ¡Estoy avergonzado, maldita sea! ¡Me avergüenza nuestra situación!”. Inmediatamente los presentes aplaudieron enérgicamente.