Entre el 26 y 27 de septiembre, Apartadó se llenó de luz y alegría por cuenta de cerca de 1000 peregrinos que viajaron desde distintas partes del país para reconstruir el tejido social de una región golpeada por la violencia.
Buses repletos de peregrinos, llegaron desde distintas partes del país al coliseo cubierto de Apartadó, en el departamento de Antioquia. El objetivo de esta peregrinación gestada por más de diez organizaciones sociales del país fue decirle a Urabá que la violencia que azotó, y que aún azota a la región bananera, no volverá a romper el tejido social que existe.
Varios de los peregrinos como Alberto Córdoba no habían pisado tierras urabaenses por varios años por cuenta de la persecución del paramilitarismo a los partidos y organizaciones de izquierda.
Actos culturales de varias regiones del país, como Córdoba, el Magdalena Medio, Antioquia, y el Bajo Cauca, fueron el marco de la entrega de una placa al municipio de Apartadó el sábado 27. Este monumento puesto en el Parque de Bomberos de la localidad urabaense recoge y perpetúa la memoria de todos aquellos que cayeron víctimas de la guerra que azotó a esta zona del noroccidente colombiano.
Unas cintas, con los colores de la Unión Patriótica en las que estaban escritos los nombres de varios desaparecidos y asesinados fueron el eje de una celebración que dignificó la vida y le dijo a Apartadó y a Urabá que “sus muerto gozan de buena salud”, como lo expresó Aída Avella.
La develación de monumento corrió por cuenta de Jahel Quiroga y la misma Avella, históricas dirigentes de la Unión Patriótica que logró en la década de los 80 varias alcaldías y escaños en los concejos municipales de Urabá.
El evento fue precedido por actos similares el día 26 en los municipios de Dabeiba y Turbo. Como lo expresó Avella, “aún no es momento de regresar a establecerse en esta región ya que no hay garantías para muchos de los militantes, pero este evento es un precedente que demuestra el rescate de la memoria y el deseo de volver a tejer la sociedad del Urabá”.