El experto en temas económicos, Aurelio Suárez aseguró en Confidencial Colombia que en materia de marchas y reclamos campesinos, no se puede hablar de chantajes o presiones por cuanto los labriegos tan solo exigen que les den lo que literalmente se les ha quitado.
Suarez anotó que es visible que el ejecutivo está respondiendo a la defensiva frente a los reclamos justos que hacen campesinos y productores del sector agrícola. En su opinión, el Gobierno les incumplió a los caficultores así como durante años el estado ha incumplido con las políticas públicas. “Nada de lo que se pide en El Catatumbo es ajeno a lo consignado en los diálogos de la Habana. La propuesta de esa región está en el marco de la ley 160 de 1994. Muy por el contrario El Catatumbo debería ser una zona experimental para todo lo concertado en Cuba”.
El activista precisó que la situación de los campesinos del Catatumbo es tan apremiante que ni siquiera cuentan con los elementos básicos para dignificar sus vidas. Amén de lo anterior, están prácticamente encerrados, sin vías, en una zona complicada en donde el olvido del Gobierno sirvió de caldo de cultivo para la gestación de grupos armados ilegales, incluido el narcotráfico.
“Allí se violan los derechos fundamentales, pero en principio es el ejecutivo quien se encargó por décadas de guardar en el cuarto de San Alejo los beneficios mínimos a los que tiene derecho la población. Que no vengan ahora a decir que la guerrilla se infiltró pues el hambre, las amenazas, los asesinatos y la ignominia vienen de vieja data y con eso cualquiera se indispone. Ahora se escudan diciendo que se trata de una protesta guerrillera”, comentó Suárez.
En su opinión la deuda con los campesinos y con las etnias es tan monumental que se hace necesario promover reformas reales y serias que le den viabilidad a los que producen alimentos. “En esa zona se regaló el petróleo, se concesionó el carbón, se invirtió todo en minería y se les entregó la tierra a los feudales para que sembraran su palma de aceite”.
Suárez expresó su malestar por el desprecio que tiene el Gobierno por la producción agrícola y por el trabajo.
El experto sostuvo que el Gobierno incumplió con los acuerdos de marzo cuando se comprometió con productores de papa, de panela, de arroz y con el sector cafetero. “Los pactos sellados con los campesinos deben cumplirse porque constitucionalmente si no se hace, implica un desacato por parte del ejecutivo”.
La situación es tan precaria, anotó, que el 70 por ciento de los agricultores no ganan un salario mínimo mensual. Agregó que los estudios de hace cinco años sobre ingreso rural demuestran que la realidad del campo es paupérrima y sin esperanza. A tal punto llega el escenario que en las zonas petroleras, mineras y del monocultivo de palma, los niveles de miseria y de pobreza llegan fácilmente al 85 por ciento.
Tristemente, declaró el analista, el Gobierno de turno tiene como particularidad que defiende el capital extranjero, aspecto que incluye tratados comerciales y reformas tributarias con exenciones y prebendas. Esa, asegura, es la base de la política económica. “Están convencidos que con inversión extranjera se salva la papeleta, pero la realidad es al contrario porque hay déficit y marchitamiento del sector real de la economía”.
Ojo con el modelo económico
El analista económico, Aurelio Suárez hizo fuertes críticas al Consenso de Washington al indicar que este se encuentra, no en su primera sino en su segunda fase. En esta parte del modelo económico, aclaró, se agudiza el lío de la economía interna por el libre comercio, el libre flujo de capital y las privatizaciones. “Hoy ya estamos en la privatización de los territorios en donde hay un proceso de extranjerización de tierras en el país. Actualmente, de manera ilegal hay casos que pasan las barreras de la legalidad y es la concesión de 50.000 hectáreas en la altillanura colombiana”.
Aurelio Suárez se mostró de acuerdo con el argumento de algún conocedor de las comunicaciones en el sentido que el problema del Gobierno no es que diga sus verdades sino que trata de embellecer sus mentiras, lo que no es para nada sano.
Café de Colombia está pasando a la historia
Según el crítico, Aurelio Suárez, el excelso y suave café colombiano está casi que reposando en los anales de la historia. De su prestigio se puede decir que queda un cuncho. Ese frase nacionalista quedó en las apoteósicas carreras de “Lucho” Herrera en el Tour de Francia o en la Vuelta a España. La magna marca, construida con sudor campesino, con situaciones terribles de monte y con lomo de mula está siendo opacada por las importaciones de café del Perú y otros países productores.
Sobre el acuerdo cafetero firmado por el Vicepresidente, Angelino Garzón el cual constaba de cuatro puntos no se honró toda vez que la entrega de subsidios de 145.000 pesos y 165.000 pesos no se cumplió a cabalidad porque de los 550.000 caficultores colombianos, tan solo 290.000 recibieron el auxilio, es decir que 240.000 cafeteros fueron excluidos por no tener cédula cafetera.
Tampoco se cumplió con los alivios crediticos porque nada pasó con tasas preferenciales y reprogramación de deuda. El señor Suárez dijo que prácticamente están obligando a la gente a refinanciar las acreencias que resulta más dispendioso porque implica el pago de intereses sobre intereses. Agregó que en otros puntos en donde se quedó mal fue en insumos e importaciones por cuanto la mesa para precisar esos líos jamás fue convocada.
“Los insumos básicos de la caficultura nacional, comparados con los valores de Brasil son 30 por ciento más caros. El DAP es más elevado que el de la franja internacional en 47 por ciento. Aquí se hace urgente tocar al oligopolio que maneja los agroquímicos y los insumos. Ese punto será un componente básico del paro nacional cafetero y agrario porque se volvió insoportable”, apuntó Suárez.
Mercado interno enfrenta más importaciones
Suárez indicó que cada vez se hace más difícil producir con rentabilidad, situación que se agrava con las importaciones. Actualmente, reveló, son importadas 360.000 toneladas de azúcar que golpean directamente a 200.000 paneleros. Para completar se habla de importaciones de papa y como si fuera poco de un millón de sacos de café. “Me asalta una inquietud, si se recuperó la producción cafetera, porque seguimos importando café, cual es el interés de seguir internando grano. Lo grave es que con la Alianza del Pacífico vendrá café de México y de Perú sin control, exponiendo al país a riesgos sanitarios”.
El experto en temas agropecuarios y consultor dijo que con todos los incumplimientos vendrá una movilización agropecuaria en los últimos días de agosto porque hay además de todo graves inconvenientes con los productores de maíz y algodón que han perdido toda la plata por las variedades de semilla de Monsanto. “Para el caso del maíz, no hay como comercializar el alimento porque primero importan más de 2.5 millones de toneladas del cereal y luego compran la cosecha doméstica a precios de risa. La verdad, seguimos con problemas estructurales”.
Explicó que con la devaluación del peso vino una caída de los precios internacionales y un estudio hecho en junio pasado muestra que el precio internacional y el precio interno al productor cayó en siete por ciento. En su criterio, si el Gobierno no tiene recursos para ayudar, podría aportar con el control del precio de los insumos. “La ANDI ha reconocido que de las puertas de las bodegas mayoristas a la finca, el precio de los fertilizantes crece en 30 por ciento, lo que muestra poderes intocables que el ejecutivo no se atreve a meter en cintura”.
El dirigente sentenció que si el Gobierno no ataca el problema de los insumos, se vendrá una parálisis agropecuaria sin precedentes en el país.
“La realidad es que no hay condiciones de diálogo por las importaciones y el incremento en los costos. Para el caso del café se pueden tener subproductos como pasillas y otros, pero el precio a colocar es incierto cuando hay 100 contenedores de café peruano listos para legalizar”, denunció.
Sobre el billón de pesos para el café, Suárez comentó que la cifra es mínima si se tiene en cuenta que el lavado de activos vale en promedio 20 billones de pesos, otra cifra importante es la deducción a las grandes empresas mineras que deja el aporte como muy pequeño y otro dato que resulta atractivo, según el experto, es que Ecopetrol le traslado al Gobierno Nacional en los últimos dos años más de 15 billones de pesos. “El problema de la agricultura es de vacíos en la gestión pública y de olvidos imperdonables. La sola infraestructura deja mucho que desear y ratifica que los últimos gobiernos pensaron en todo, menos en el país y casi nada en el campesino”.
S.O.S en leche
Aurelio Suárez sostiene que un sector que está en alto riesgo es el de la leche porque los acuerdos comerciales, incluido Europa contempla que en el primer año de vigencia de los convenios ingresará el 25 por ciento de derivados lácteos equivalente y a los tres años llegará nada más y nada menos que el 33 por ciento.
“Ya hay empresarios de Nueva Zelanda que tienen una granja demostrativa cerca de Manizales. Se trata de Fonterra que es la principal multinacional de derivados lácteos del mundo, pero el Gobierno está feliz con el modelo del capital extranjero mientras el productor nacional trata de defender a como dé lugar su cuchara”, concluyó.