Un análisis realizado por El Economista América describe el proceso para fijar el salario mínimo. Trabajadores colombianos se alistan para un aumento de salario del doble de la inflación de 2013, e, incluso, superior a la meta de 2014. Economía creció 4,2% en el segundo trimestre, meta de 4,5% se mantiene.
En la medida que avanza la mesa de concertación laboral, donde gobierno, empresarios y grandes confederaciones de trabajadores, las cartas comienzan a aparecer sobre la mesa y un salario mínimo legal de unos $611.000 para 2014, pudiera estarse abriendo camino.
Si se tiene en cuenta que la fórmula para fijarlo tiene entre sus componentes técnicos el índice de precios al consumidor, que está en 1,76% en los últimos doce meses, es el mínimo histórico alcanzado por el país y, de muy lejos, el más bajo de Latinoamérica, el país puede prepararse, como mínimo para un alza de casi el doble de ese porcentaje.
Los otros componentes de la fórmula salarial son: meta de inflación para 2014, (establecida en este momento por el Banco de la República en 3%), el incremento del Producto Interno Bruto, PIB, la productividad de la economía e, inclusive, la contribución de los salarios al ingreso nacional.
En este escenario, la propuesta que formuló hace poco más de un mes ANIF, la Asociación Nacional de Instituciones Financieras, de elevarlo en 3,4%, parece ser una apuesta viable, o, por lo menos un punto ideal de partida.
Ya está sobre la mesa
Los empresarios, representados en el Consejo Gremial Nacional, ya pusieron sobre la mesa su propuesta: 3,3%. Pero un punto muy importante a tener en cuenta es que sea por la vía de la concertación, o por la de un decreto para fijar el salario mínimo del año entrante, ese es un indicativo que aplica para la fijación oficial de los ingresos más bajos en el país, lo cual no obsta para que las empresas privadas puedan subirle a sus trabajadores un poco más.
Obviamente, los trabajadores ya se lanzaron con un 8%. Por un lado, tienen dentro del gobierno a uno de sus más calificados voceros, el vicepresidente Angelino Garzón, quien ya señaló que el piso para el componente de productividad en la fórmula para el salario mínimo de 2014 debe ser el 0,8%. Y por otro lado, argumentan que si a la economía colombiana le está yendo tan bien como lo pregonan el Presidente Santos y sus Ministros en distintos foros nacionales e internacionales, pues la primera en beneficiarse de esta bonanza debe ser la clase trabajadora.
Política y economía
Sin la menor duda, otro factor que entra hoy en el juego de la fijación del salario mínimo para 2014 es el proceso electoral que se avecina, tanto para el legislativo en marzo, como para la presidencia el último domingo de mayo del año próximo.
En ese sentido, el principal actor en este juego, el Presidente Juan Manuel Santos, debe moverse entre la responsabilidad técnica, como quiera que ya fue ministro de Hacienda, y una decisión popular, que no debe trascender a lo populista, escenario en el cual los opositores buscarían crucificarlo ante la opinión pública.
Y con papeles protagónicos figuran, por un lado, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, quien ha dado muestras de ser, por así decirlo, un ortodoxo de avanzada. Esto es, responsable a la hora de salvaguardar las grandes cuentas del Estado, pero decidido al momento de abrirle espacios de beneficio a toda la sociedad. De hecho, ya lo demostró cuando estuvo en la cartera de minas, donde logró importantes reducciones mes a mes en los precios de la gasolina.
Los otros actores principales del lado del gobierno son el ministro del Trabajo, Rafael Pardo, quien tiene la misión de concertar siempre, tarea que no le queda difícil, como quiera que ha sido consejero y negociador de paz, y el vicepresidente de la República, Angelino Garzón, un teólogo que se ha caracterizado por ser uno de los más serios líderes sindicales.
A ellos se suman cinco codirectores del Banco de la República, su gerente, José Darío Uribe, quienes se suman al Minhacienda en la responsabilidad conjunta de velar por una tasa de inflación moderada, como herramienta base para el transcurrir de todos los hechos económicos del país.
Y sin duda, el círculo de protagonistas lo cierran los empresarios, que están estrenando en Bruce McMaster un nuevo líder en la ANDI, la Asociación Nacional de Empresarios, el gremio donde están la industria pesada y las más grandes empresas, quien en sus primeros pasos ha dado señales de abordar de frente uno de los grandes debates del país por estos días, la desindustrialización.
Ese punto es muy oportuno en la actual discusión, pues definitivamente no se puede hablar de aumento del salario mínimo, sin hablar de productividad y perspectivas de la industria,algo en lo que también el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Santiago Rojas tendrá mucho que hacer.
En suma, la mesa de concertación laboral está abierta, el tecleo en las calculadoras está plena acción y aunque la posibilidad de un decreto para fijar el salario mínimo permanece siempre abierta, las condiciones socio económicas dan para pensar, no solo en un aumento de consenso, sino en un alza, que fundamentada en la tesis de que las matemáticas no fallan, pudiera ser la más alta en medio siglo de la historia económica colombiana.