Tras la invitación que le hizo la primer ministra del Reino Unido, Theresa May al mandatario norteamericano de visitar a la Reina Isabel II, un gigantesco grupo social del país no han visto con buenos ojos este ofrecimiento, publicando inicialmente su desacuerdo en las redes sociales y posteriormente logrando en menos de 24 horas una petición legal para que de alguna manera se suspenda la llegada del magnate a territorio británico.
Este lunes la prensa del Reino Unido amaneció con una noticia poco común, en menos en 24 horas más de un millón de personas firmaron y apoyaron una iniciativa que busca suspender la visita de estado que realizará el presidente estadounidense, Donald Trump con la Reina Isabel II, siendo esta una acción nunca antes vista.
Recordemos que la semana pasada, la primer ministra de Inglaterra, Theresa May, viajó al país norteamericano donde se reunió con el magnate para hablar sobre la nueva etapa comercial entre ambas naciones. Tras el acercamiento Trump calificó los lazos como “serán más fuertes que nunca”, asimismo May, ratificó argumentando, “esta alianza no solo seguirá sino que se fortalecerá” declaró la británica.
En medio de esta visita, la canciller invitó a Donald Trump, para que fuera a la isla y sin dudarlo el mandatario aceptó el ofrecimiento ante los lentes de la prensa mundial el pasado viernes.
Por tal motivo, y casi de forma instantánea miles de británicos no vieron con buenos ojos esta anunciada visita donde de forma masiva se pronunciaron en las redes sociales y terminaron en menos de 24 horas acordando una petición social y legal para de alguna manera suspender la llegada del magnate.
Tanto ha sido el rechazo, que el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, junto al liberal, Tim Farron, le han pedido a la ´premier´que retire la invitación oficial, aunque Downing Street ha confirmado que la visita del presidente estadounidense sigue en pie, alegando “el sustancial interés nacional”.
Tal parece que aparte de la impopularidad que de por sí ya tiene Trump en la isla, ahora con su más reciente medida restrictiva que prohíbe la entrada de ciudadanos con algún tipo de vínculo con Sudán, Irán, Irak, Libia, Siria, Yemen y Somalia en sus pasaportes, fue la gota que llenó el vaso.
La petición popular no pide expresamente que se prohíba la entrada en el Reino Unido de Trump, sino que se retire la invitación formal de la “visita de Estado”, prevista para primeros de junio.
Por otra parte, y sin tener Trump un pie en el avión, ya se visualiza el primer afectado. La primer ministra, Theresa May, quien invitó al magnate por estos días no está gozando de una gran popularidad, además de quedar mal ante cualquier reacción de Trump por ola de rechazo por su arribo a Inglaterra.