Iván Márquez es el único de los delegados de las Farc en La Habana, que ya estuvo en el Congreso como Representante a la Cámara, tras vivir la experiencia de la Unión Patriótica. No tiene un buen recuerdo de su trabajo legislativo porque además de que le pareció “aburridísimo”, considera que las reglas del juego de entonces, como las de ahora están diseñadas para que exista en Colombia una democracia “fachada”.
En este diálogo con ConfidencialColombia el miembro del secretariado de las Farc mantiene una perspectiva positiva sobre el futuro del proceso, y asegura que las Farc no se levantarán de la mesa, aclara esos sí, con vehemencia que la paz que quieren construir debe significar cambios para el país. “Esto no es un sometimiento, ni una entrega”. Exclusivo.
Lo que ya se ha dicho se evidencia a la hora de concretar la cita con Iván Márquez en la Habana. Él y Jesús Santrich están siempre juntos y su diálogo es coordinado y complementario. Márquez habla pausado y con volumen moderado, Santrich con ímpetu y en altavoz. No hay temas que no se toquen, pero si algunos en los que se reservan las respuestas.
Lo que si queda claro es que la propuesta central de las Farc es la de una Asamblea Constituyente Popular. Para Márquez, la idea inspirada por el fundador, “Jacobo Arenas”, es que ésta se convoque por sectores que elijan directamente a sus representantes. ¿“Nos dicen que debemos discutir todo en democracia, sin armas, y cual democracia”. Asegura el jefe guerrillero, en el momento de hablar de la discusión que se avecina sobre la participación política: “Le dijimos esto a los congresistas, cómo van a pensar que avancemos a una emboscada que es el sistema electoral colombiano, ¿cómo se les va a ocurrir.? Nosotros no somos ingenuos. En lo militar nosotros no caemos fácilmente en emboscadas. Uno primero envía exploraciones por los lados y pasa por un punto crítico y éste es un punto crítico en el que ellos dominan ese terreno. El de las trampas, el fraude, el que se vaya la luz a las 6 de la tarde y cuando vuelva los votos han cambiado, en el que los que cuentan los votos trabajan con los candidatos, en el que ellos son los que tienen mayor poder económico”.
Ya lo había dicho “Andrés Paris” en entrevista con ConfidencialColombia el pasado martes, sobre la concepción que tienen las Farc de los eventuales acuerdos de la participación política: reformas al código electoral, a las leyes y a las instituciones que regulan el sistema de elecciones para que los sectores que se han visto excluidos por las leyes electorales tengan acceso.
Sobre las experiencias de la izquierda, Márquez recoge los antecedentes y recuerda que el Polo tuvo la más alta votación en la historia que según él, luego dilapidó. “Pobre izquierda le toca obtener 450 mil votos para superar el umbral” y Santrich agrega, “En Colombia el que no tiene poder económico no tiene ninguna oportunidad”.
Maria Alejandra Villamizar: ¿Pero Bogotá es un ejemplo de que hay escenarios posibles, son ya tres gobiernos de izquierda?
Iván Márquez: Es que Bogotá es rebelde. Y eso se ha evidenciado ahí. Lo que queda claro es que hay un ambiente alternativo de la política. A nosotros nos motiva ese proceso de integración que puede darse entre varias iniciativas. Marcha Patriótica, Congreso de los pueblos. Nosotros somos observadores y vemos que se está configurando una alternativa política para este país, ojalá los dirigentes sepan llevar eso a buen término.
M.A.V.: Otro ejemplo es Venezuela…¿Santos mantendrá el apoyo a Maduro?
I.M.: Santos mientras esté interesado en buscar una salida política al conflicto, creo que lo mas sensato es tener una buenas relaciones con Venezuela. A nosotros Venezuela nos da elementos de seguridad. Lo que logró Chávez es extraordinario realmente y es una lástima que todos esos esfuerzos no hayan tenido unos buenos ejecutantes, unos gerentes, que garanticen que todos esos recursos de las rentas petroleras llegaran a favorecer a la gente, en mayor dimensión.
M.A.V.: ¿Cómo está la guerra?
I.M.: Se está librando con mucha valentía. En muchas parte de la geografía nacional. Con mucha contundencia en algunas partes, en otras menos, muy fuerte en el Cauca, en otros lugares que no salen a la luz publica fuerte en el sur, fuerte en la cordillera oriental, en el norte de Colombia, en el Chocó. Sobre todo, ¿sabe qué está pasando? Que hay apoyo de la población a la guerrilla, como eso no lo tienen en cuenta, solo piensan que son unas filas de hombres armados. Nosotros somos más que eso, somos una organización de pueblo, somos milicias, somos mucho más y por eso estamos aquí.
M.A.V.: ¿Ustedes hablarían con el expresidente Uribe, en este momento?
I.M.: Por ahora nos abstenemos de darle una respuesta a eso, habría que esperar a ver, pero sí es un hecho que pesa que se haya dedicado a torpedear, a generarle problemas…El debe estar interesado en la Asamblea Nacional Constituyente para protegerse jurídicamente a futuro. Ahí esta la diferencia con Uribe, nosotros la queremos para fortalecer el acuerdo de paz.
Para Márquez, estas discusiones apuntan a que se construya, lo que él llama un nuevo contrato social. “No vamos a entregar nuestros fusiles por un pedazo de Estado” enfatiza parodiando en un sentido contrario al jefe de la delegación del gobierno, Humberto De la Calle, y aunque parezca una frase temeraria, continua con su interés en subrayar el discurso de buena voluntad para superar el complejo camino que falta por recorrer. Dice que está seguro de que los aportes del Foro de Participación política que comenzó hoy en Bogotá, salgan las ideas que nutran la mesa, para pasar al punto dos de la agenda.
Se sienten seguros de que llegarán en esta ronda al acuerdo sobre el punto agrario, porque sus 100 propuestas mínimas les hace sentir orgullosos del trabajo que la organización ha logrado para una propuesta que califican ya no de “revolucionaria” sino “moderna y democrática” y que ven posible de concretar, pese a que muchos de los puntos no están escritos literalmente en la agenda acordada con el gobierno.
Hoy se reanuda la ronda y faltan seis días de trabajo, dos semanas, para que el país sepa si el acuerdo sobre la tierra y el agro, le abre la puerta al que será el punto nodal para el futuro de una nueva etapa para la construcción de la paz. Que las palabras reemplacen a las armas.