Una generación de jóvenes princesas juegan por los palacios europeos. Las pequeñas Ingrid de Noruega, Amalia de Holanda, Elisabeth de Bélgica, Leonor de España y Estela de Suecia están predestinadas a ocupar el trono de sus respectivos países demostrando que los tiempos han cambiado.
Europa vive una situación impensable hace siglos. Las monarquías del viejo continente, poco acostumbradas a los cambios y la modernidad, se han adaptado a los tiempos y han igualado el acceso al trono de hombres y mujeres. Las consecuencias no se han hecho esperar y a día de hoy cinco países europeos tendrán una mujer en su trono: Suecia, España, Holanda, Noruega y Bélgica.
Actualmente, en Países Bajos y Gran Bretaña empuñan el cetro dos mujeres, Isabel II y Beatriz I de Holanda, aunque pudieron hacerlo porque no tenían hermanos varones que reclamaran el trono.
Poco a poco, la discriminación contra la mujer en su acceso al trono se ha ido difuminando en los tronos europeos. En este sentido, el primer país fue Luxemburgo (1907), y luego vino Suecia (1980), Noruega (1990), Bélgica (1991), Dinamarca (2009) y Reino Unido (2011). En España, la ley aún favorece al varón por encima de la mujer, al igual que en Luxemburgo, aunque ambos países permiten a ésta acceder al trono si no existen descendientes masculinos.
Leonor, futura Reina de España
En España, el anuncio del matrimonio de los padres de Leonor fue toda una revolución para la aristocracia española: el príncipe heredero, Felipe de Borbón, se casaba con Letizia Ortiz, periodista de profesión y, además, divorciada.
Pero las muestras de afecto y cariño que se profesaban consiguieron vencer todas las críticas y, una vez casados, tuvieron a su primer retoño en 2005, al que bautizaron como Leonor.
Aunque la pequeña de siete años ha dado muestra de cierta timidez, la naturalidad es el común denominador en sus apariciones ante la prensa. Un protagonismo que comparte con su hermana Sofía, con la que se lleva dos años. Leonor ocupa el segundo lugar en la sucesión al trono y su hermana, la tercera, tras su padre.
Con la Constitución española vigente, si los Príncipes de Asturias tuvieran un hijo, su derecho prevalecería sobre el de sus hermanas, aunque todo parece indicar que en un futuro no muy lejano esta normativa se reformará.
Estela de Suecia, la más esperada
A la joven Estela de Suecia, hija de Victoria de Suecia y Daniel Westling, ha sido su propia madre quien le allanó el camino. Tras el nacimiento de Victoria y ante la noticia de que su madre no podría tener más hijos, el Parlamento sueco creó una comisión para cambiar la legislación vigente, que favorecía a los hombres.
Finalmente, la reina Silvia tuvo dos hijos más, Magdalena y Carlos Felipe, al cual el rey Carlos Gustavo, sirviéndose de la legislación entonces vigente, le nombró heredero. Pero solo siete meses después, el Parlamento desautorizó al monarca y abolió la ley, lo que le permitió a Victoria ocupar su puesto.
La pequeña Estela, que nació este febrero, ha venido a coronar la espléndida etapa de madurez de su madre, una vez superados capítulos como la anorexia que sufrió hace años o la reticencia de sus padres a aceptar su matrimonio con su ex entrenador.
Isabel de Bélgica, la mayor de todas
Con once años, Isabel de Bélgica es la mayor de las pequeñas princesas que ocuparán los tronos en las próximas décadas. Al igual que sus padres, los príncipes Felipe y Matilde, la pequeña destaca por su seriedad y su carácter educado, aunque no deja de ser una niña.
De hecho un percance, cuyos detalles no dio a conocer la Casa Real belga, la obligaron a llevar escayola en una pierna durante varias semanas y es que, al fin y al cabo, aunque sea princesa y futura reina, no deja de ser una niña.
Amalia de Holanda, la risueña.
La pequeña Amalia de Holanda hace las delicias de los holandeses. Ha heredado de su madre, Máxima Zorreguieta Cerruti, la naturalidad y su carácter risueño. Tanto es así, que el año pasado sus padres decidieron colgar una felicitación navideña en la que la pequeña de nueve años cantaba un villancico.
Con sus hermanas Alexia y Ariana, de siete y seis años respectivamente, protagoniza las escenas más desenfadadas y familiares de la casa real de los Países Bajos. La ley holandesa favorece la primogenitura antes que el sexo del príncipe, por lo que, si la ley se cumple, Holanda tendrá en el futuro una regente mujer, aunque no será algo excepcional ya que actualmente es su abuela Beatriz, la que lleva la corona.
Ingrid de Noruega, la rockera.
La hija mayor de Haakon de Noruega y Mette Marit se prodiga poco en sus apariciones públicas, aunque parece que a la pequeña princesa le gusta mucho cantar. Así se desprende de un vídeo que colgaron los propios príncipes en internet y en el que aparece la joven princesa cantando una canción de rock, acompañada por su padre a la guitarra y su madre en el baile.
Muy desenvuelta parece verse en este aspecto a la pequeña princesa, frente a la timidez que siempre se ha destacado de su padre. La pequeña de ocho años es la segunda en la sucesión al trono, mientras que su hermano de siete años, Sverre, es el tercero, ya que la ley noruega favorece desde 1990 al primogénito.
Otras princesas, como la pequeña Aiko de Japón se ha quedado con la miel en los labios. Cuando parecía que el Imperio del Sol Naciente se había decidido a cambiar la legislación sobre la sucesión, que limita el derecho al trono solo a los hombres, nació su primo Hisahito. De esta manera, se daba al traste con las pretensiones de los partidarios de reformar la Constitución nipona para que Aiko, hija única de los príncipes herederos, fuera algún día emperatriz.
Una realidad que demuestra que a algunas casas reales les cuesta más que a otras adaptarse a los tiempos modernos.
Con EFE