La inestabilidad en los precios del petróleo, la tardanza en una reforma estructural y recortes a la inversión pública productiva le dan indicios a ANIF para pensar en que los próximos dos años habrá tensión fiscal en Colombia.
El comentario económico del día de ANIF, reseña que “conforme avanza el año 2016, se hace cada vez más evidente la tensión fiscal que enfrenta Colombia, la cual seguramente irá creciendo durante 2017-2018”.
De acuerdo con el documento, así lo han reflejado los Presupuestos Generales de la Nación (PGN) tanto de 2016 como de 2017, teniendo que actuar el Ministerio de Hacienda, que de forma no tan inteligente ha optado por recortar precisamente la inversión pública productiva hasta llevarla a tan solo un 1.1% del PIB (vs. su promedio histórico del 1.8%).
Esto, además, teniendo que incrementar los regresivos gastos pensionales a niveles del 4.2% del PIB (por cuenta de su inacción en este frente).
El Presupuesto General de la Nación 2017, sometido recientemente al Congreso, ascendió a $224 billones (24.8% del PIB); sin el componente del servicio de la deuda llega a $170 billones, reduciéndose del 19.2% del PIB en 2016 hacia el 18.8% en 2017.
“Nótese que un incremento del 4% nominal en el PGN (sin servicio de deuda) es sin lugar a dudas bastante apretado, al representar una contracción del gasto del orden del -2.7% real”, explica el análisis.
“Peor aún, aunque se viene hablando mucho de transparencia fiscal, más bien luce opaca la presentación del componente de inversión al presentarlo como totalizando un 3.6% del PIB en 2017 (aun inferior al 4.3% del PIB de 2016), sabiéndose que muchos de sus rubros poco y nada tienen que ver con el concepto económico de inversión”, concluye el documento.