¡Que viva Celina!, la reina del punto cubano

Una de las grandes voces de la música campesina en Cuba, Celina Gonzáles, conocida por sus éxitos como “Santa Bárbara” y “La casa de Yagua” junto a Reutilio Dominguez, falleció este miércoles tras sufrir una larga enfermedad que la alejó por años del público. Confidencial Colombia le rinde un tributo recordando algunos de los temas que sonaron y seguirán retumbando en los hogares y las fiestas colombianas y latinoamericanas.

La popular Celina González, quien inmortalizó el son de la guaracha y la liturgia musical afrocubana con el dúo Celina y Reutilio, murió a los 85 años luego de batallar con una dolencia cerebrovascular que la mantuvo alejada del público y los escenarios.

Una de las voces más reconocidas en Cuba, Celina González Zamora, nació el 16 de marzo de 1928 en la provincia de matanzas. Con su música, logró destacar las raíces campesinas y la influencia de las religiones africanas.

De padres campesinos, Celina aprendió la base melódica y rítmica de su papá, un cante guajiro; y de su mamá la devoción por las religiones criollas de Cuba y de los orishas: Ochún, Babalú Ayé, Changó y Yemayá.

Su carrera artística comenzó en Santiago de Cuba con improvisación en la radio y su predilección por el punto cubano. Sin embargo, alcanzó la gloria y la fama en el momento que conoció al amor de su vida en 1943, Reutilio.

Junto al guantanamero Reutilio Domínguez Terrero, guitarrista, compositor y cantante, conformó el célebre dúo Celina y Reutilio, aclamado en escenarios de Colombia, Ecuador, Argentina, México, Venezuela, España, Gran Bretaña, Estados Unidos, Grecia, Francia y Suecia.

“Yo soy el punto cubano” y “Santa Bárbara”, temas reconocidos como “himnos” dentro del panorama musical cubano, son algunas de las más populares canciones del dueto.

Lamentablemente en 1964, el dúo se separó y Celina González comenzó su futura carrera como solista acompañada por diferentes conjuntos y actuando en teatros, cabarets, radio y televisión.

Posteriormente en 1981, formó dúo con su hijo Lázaro Reutilio Domínguez para rescatar parte del repertorio del antiguo dúo con Reutilio, su esposo. Con él, grabó en 1999 el disco “50 años como una reina”, nominado en el 2001 al Grammy Latino. Dentro de los reconocimientos que recibió fue el Premio Nacional de la Música y el Premio de Honor de Cubadisco.