El desplome en su país de la multinacional española Isolux-Corsán, ha generado angustia en Colombia, pues ésta, en asociación con el Gobierno, está terminando de construir la planta de etanol más grande del país en Puerto López, Meta.
Tras el reciente anuncio de la Contraloría General de la República en el que señaló que desde antes de su nacimiento, la planta era inviable, ya que las posibilidades de general rentabilidad son muy bajas y esta no aporta ningún valor agregado a los colombianos, sorprende ahora la noticia de que la empresa escogida por Ecopetrol para desarrollar el proyecto se encuentre con profundos problemas fiscales en su país, ya que existen serias denuncias hechas por los medios locales acerca de un supuesto ocultamiento sobre su inminente quiebra técnica.
Los problemas realmente empezaron cuando Bioenergy eligió a la empresa española Isolux-Corsán para el desarrollo del proyecto en el 2010 y firmó el contrato de ingeniería. En ese momento “el valor total del proyecto, es decir, la agregación de su componente industrial y agrícola, era de 344 millones de dólares”, explica la USO en una comunicación a la opinión pública sobre este aparente caso de corrupción.
Isolux-Corsán es una transnacional española reconocida en más de 40 países y que construye desde líneas de metros, estadios, edificios, hasta plantas industriales como las que necesitaba Bioenergy. Sin embargo, es tan conocida por participar en millonarias licitaciones alrededor del mundo, como su fama por los inconvenientes que genera. Solo este año, cuatro de las siete licitaciones que tenía en Chile finalizaron de manera abrupta por graves irregularidades, como el supuesto pago de sobornos, que la Fiscalía de ese país investiga.
Aleck Santamaría, gerente de Bioenergy, dijo en julio pasado a El Espectador que “cuando se adelantó el proceso de contratación con Isolux, tenía unos criterios de experiencia, capacidad y verificación que fueron cumplidos por esta empresa. Infortunadamente en ese momento no se tenía el historial que hoy existe en internet. No es cierto que en el momento en que Bioenergy contrató ya se conocían de los incumplimientos internacionales de esta firma”.
Pero en Puerto López, Isolux no fue la excepción y también dejó una estela de atrasos y escándalos que en algunos casos derivaron en protestas sociales. “El primer retraso por un incumplimiento de Isolux debido a fallas en el proceso de pilotaje por deficiente estudio de suelos y negociación del contrato se presentó en 2011. Posteriormente, en 2012 y 2013, se presentaron retrasos en ingeniería y compras por parte de Isolux, pero los retrasos más significativos se presentaron en la construcción debido a anormalidades laborales generadas por el incumplimiento de subcontratistas de Isolux en el pago de sus obligaciones laborales”, según la respuesta a un derecho de petición que envió Bioenergy a la oficina de la senadora Maritza Martínez Aristizábal (Partido de la U).