¿Los presos políticos y los prisioneros de guerra son víctimas del conflicto armado? Si bien es cierto que los militares son parte del conflicto y que Clara Rojas e Ingrid Betancourt fueron advertidas de que no fueran a San Vicente del Caguán, porque corrían el peligro de ser secuestradas o asesinadas por la Farc, esto no quiere decir que las excluya de ser víctimas.
Así lo manifiesta Olga Lucía Gómez, quien durante siete años fue directora ejecutiva de la Fundación País Libre (que trabaja en la prevención y lucha contra el secuestro, la extorsión y la desaparición forzada), “según el código penal colombiano los policías son secuestrados, y si quieren invocar el Derecho Internacional Humanitario, también. Si miramos el artículo 3 de la convención de Ginebra, éste contempla que cuando hay dos partes en conflicto se habla de rehenes, en este sentido, los policías son secuestrados”.
Esta aclaración de Gómez se suma a otras que rechazan el documento de una miembro de las Farc en elque manifiesta que Rojas “no tiene derecho a llamarse víctima”. “Es desafortunado para las víctimas del secuestro en general (…) que ellos salgan con este tipo de comentarios personalizados”.
A Olga Lucía no le sorprende que este grupo guerrillero salga con estos comentarios, señala que las Farc son así, “ellos siempre frente a la población civil han sido déspotas. La lógica de este grupo (Farc) es desvirtuar a aquellos que duraron tantos años secuestrados, lo que quieren es bajarle al tono y delimitar lo que es el secuestro en sí mismo, como un crimen de lesa humanidad”, pero lo que más le preocupa a Gómez no es que se lancen este tipo de comunicados, sino lo que no dice el gobierno: “Falta mucha claridad de parte del gobierno sobre lo que se está tratando en la mesa negociación, y no solo en el tema de victimas, sino en los demás puntos”.
“Por ejemplo, no se ha dicho si son o no son culpables sobre el crimen del secuestro. Independiente de que si sea el general Mendieta o cualquier otro militar o policía, estamos hablando del fenómeno del secuestro; es que los secuestrados no solo han sido los políticos, el 90 por ciento fueron y han sido secuestros económicos, son civiles (el ganadero, el profesor, el finquero…) porque me pregunto ¿a dónde queda el otro grupo de victimas?”.
Por otro lado, le preocupa que sólo se esté hablando de casos específicos o públicos, pues hay 23 mil víctimas aproximadamente (de los cuales el 60 por ciento son de las Farc) “que no tienen nombre de políticos” y que son la gran cuota de los secuestrados, que no tienen los privilegios y cualidades de un funcionario público.
Además es enfática en afirmar que por lo general las violaciones a los derechos humanos son perpetradas por el Estado, pero en este caso cuando se habla de grupos irregulares, independientemente de que sea un preso político o un prisionero de guerra, lo que ellos (Farc) han cometido por más de 30 años, no solo han sido graves violaciones al Derecho Internacional Humanitario, sino en el caso del secuestro como lo llaman en el estatuto de Roma, es un crimen de lesa humanidad.
Al mismo tiempo comenta que en Colombia se ha desdibujado y por mucho tiempo se normalizó el crimen del secuestro, y este era justificado por muchos sectores al decir que, “quién la manda a estar allá” (en el caso de Clara Rojas e Ingrid Bentancourt), e insiste en que las Farc quieren trivializar el hecho y delegar la responsabilidad en las víctimas y no asumirla.