Luego de la finalización de un nuevo ciclo de conversaciones en La Habana, las delegaciones del Gobierno y las Farc expusieron sus argumentos sobre el tema de cómo se refrendará todos los puntos que se acuerden en el proceso de paz. También se explicaron algunos mecanismos que se desarrollarán para trabajar sobre el punto de la solución al problema de las drogas ilícitas.
El primero en leer el comunicado que reseñaba las conclusiones de este nuevo ciclo fue el jefe de la delegación del Gobierno en La Habana, Humberto de la Calle Lombana.
De la Calle afirmó que en la mesa ya está pactado con la guerrilla que los colombianos tendrán que refrendar el acuerdo final. Lo que se debe seguir discutiendo es la manera cómo se va a hacer. “El Gobierno considera necesario que este mecanismo esté disponible, si en la Mesa de Conversaciones se llega a un acuerdo sobre el mismo. El proyecto tiene sentido bajo la óptica del principio de expansión democrática: propiciar un referendo el mismo día de elecciones de Congreso asegura una mayor participación ciudadana en las urnas, lo cual aumenta la fuerza política y la legitimidad de la decisión popular”.
También recordó que los días 24, 25 y 26 de septiembre se realizará un foro nacional en Bogotá sobre la solución al problema de las drogas ilícitas. Este tema corresponde al punto cuatro del ‘Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera’.
De la misma manera se confirmó que el 2 y 3 de octubre, en San José del Guaviare, se llevará a cabo un encuentro para buscar testimonios que promuevan intercambios que sirvan como insumos de estudio en el caso de una solución al problema de las drogas ilícitas en esta región de gran influencia cocalera.
Al finalizar la intervención del grupo del Gobierno en La Habana, ‘Iván Márquez’, jefe negociador de las Farc, se refirió al referendo propuesto por el presidente Santos como medida “insuficiente”, así como continúo esgrimiendo que el acuerdo debe concluir terminar en una Asamblea Nacional Constituyente. “El contenido de una eventual agenda de paz, además de lo que representa para el país, en términos de generar condiciones para el pleno ejercicio de la política, supera las posibilidades jurídicas, políticas y técnicas de un referendo. Se trata de un nuevo pacto social. Como el que dio lugar a la constitución del 91”.
El jefe guerrillero continúo describiendo las complejidades que un referendo llevaría si se llevara a la práctica: “Sería un texto muy extenso y no se entendería cómo un acuerdo podría ser reducido a una pregunta de aprobación o negación, ni quién interpretaría el acuerdo, con qué criterio se formularía y quién diseñaría la pregunta”.