Con 82 votos a favor y solo 15 en contra, el senado norteamericano autorizó que la reforma migratoria se discuta en el pleno de la Cámara Alta antes del receso del 4 de julio. Expertos señalan que la iniciativa tendrá éxito.
Once millones de inmigrantes esperan por la histórica decisión. Luego de décadas en la que los ciudadanos que llegaron a Estados Unidos de manera ilegal fueron perseguidos y juzgados, el gobierno de Barack Obama ha impulsado una reforma migratoria para legalizar su situación.
Desde su discurso de posesión para el segundo periodo, Obama se la jugó por los inmigrantes y prometió una reforma migratoria. Esta promesa será, según analistas norteamericanos, una realidad antes del 4 de julio, día en el que el Congreso de ese país entra en receso.
El Senado de la República ha aprobado este martes que la discusión sobre la reforma migratoria la dé el pleno de la Cámara alta. Con una votación de 82 a 15, los parlamentarios aprobaron el trámite de la iniciativa y se disponen a discutirla en el legislativo.
“Hay 11 millones de razones para aprobar una reforma migratoria de sentido común que arregla el actual sistema roto -11 millones de historias descorazonadoras y de sufrimiento que deberían de motivar al Congreso a actuar”, declaró el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid, que advirtió contra las “píldoras envenenadas” en forma de enmienda que van a intentar introducir algunos senadores republicanos refugiándose en temas de seguridad fronteriza para evitar conceder la residencia permanente a nadie.
Anticipándose a la votación, el presidente Barack Obama dijo por la mañana en la Casa Blanca que nada impedía que se aprobase una reforma de “sentido común” antes de que acabe el verano. “No hay razones para lo contrario”, informó el presidente advirtiendo de que los opositores a la iniciativa intentarían inyectar “miedo” en el debate que se acaba de iniciar.
Según el periódico El País de España, “la ley permitirá a la mayoría de los 11 millones de personas que residen en EEUU sin papeles solicitar la ciudadanía estadounidense en 13 años, añade 6.500 millones de dólares para reforzar la seguridad en la frontera con México, contempla exigir que todos los empleadores verifiquen el estatus legal de sus empleados y crea programas para trabajadores altamente cualificados, de baja cualificación y agrícolas, y amplía programas existentes”.