Fedesarrollo asegura que independiente de lo que pase con la campaña presidencial, el país está abocado a unas reformas económicas que tendrían que ajustarse al posconflicto o a una economía bélica, básicamente porque hay cálculos en el sentido que para 2015 habría un faltante de recursos públicos de dos puntos porcentuales del PIB.
En diálogo con Confidencial Colombia, el investigador asociado del Centro de Investigación Económica y Social (Fedesarrollo), Mauricio Reina, aseguró que dicho faltante es el resultado de la caída de ingresos inherente al final del impuesto al patrimonio y al impuesto de las transacciones financieras que es más o menos un punto del PIB y otro punto del PIB que viene de nuevas obligaciones del estado Colombiano y que tienen que ver con salud, pensiones y educación e incluso con aspectos relacionados con la reinserción.
“Entre una y otra cosa pueden sumar dos puntos del PIB, todavía sin sumarle a eso posibles efectos adicionales de la paz, es decir que se hagan compromisos inherentes a los diálogos de La Habana, eso todavía no se ha contabilizado, lo que en ultimas lo lleva a uno a pensar que es inminente una reforma tributaria porque incluso si no se llegará a la paz, y si se prorrogara el impuesto a las transacciones financieras y el impuesto al patrimonio, el faltante seria de uno por ciento del PIB y hay que buscarlo de alguna manera, entonces ese es punto central de la agenda del próximo gobierno”, explicó el economista.
Según Reina, la futura reforma tributaria debe tener unos parámetros razonables que le den seriedad y eficacia, lo cual conlleva a que no haya tantas excepciones ni tantas exenciones, que haya un tratamiento relativamente generalizado para los distintos actores económicos, que no tenga unos privilegios por encima de otros y que no castigue más a la clase media que a las clases pudientes.
El problema de una reforma tributaria, manifestó, es que el ejecutivo puede plantear muy bien el borrador desde la perspectiva de la racionalidad de sus parámetros, pero, indicó, que lo que entra al congreso es muy distinto de lo que sale de las corporaciones legislativas y fue claro al precisar que para garantizar que se distorsione lo menos posible una reforma tributaria o cualquier clase de reforma se necesita que haya gobernabilidad en el congreso. “independientemente de quien gane las próximas elecciones presidenciales, ya las votaciones parlamentarias nos dieron un resultado tan variado y tan fragmentado que el pronóstico, desafortunadamente para el próximo gobierno, sea cual sea, es el de dificultades de gobernabilidad en el congreso”.
A reorientar recursos en posconflicto
Reina dijo que el posconflicto requiere de dos grandes pilares para poder sacar adelante una política sostenible de reinserción y de reincorporación de población, además de una estrategia de seguridad. Aseveró que en el campo público hay que pensar, como ya efectivamente lo están pensando distintos sectores, en que parte del cinco por ciento del PIB que Colombia gasta en seguridad se empiece a reorientar de otra manera.
“No necesariamente es quitarle esa plata del todo a la política de seguridad sino repensar la seguridad per se. Un país que ha orientado sus fuerzas militares a atacar un conflicto domestico es excepcional en el mundo, las fuerzas militares existen para garantizar la seguridad de los países frente a las posibles amenazas externas. Colombia es uno de los pocos países que todavía conserva esta amenaza interna, que si nos va bien y se diluye, inmediatamente replantea el propósito de las fuerzas militares y el propósito del presupuesto de seguridad”, apuntó el señor Reina.
El analista plantea que ese pensamiento sobre cómo cambiar el rol de la seguridad, y de las fuerzas militares en un país que se mueve hacia la paz, es una reflexión que lleva de la mano el qué hacer con el presupuesto, lo cual no es una discusión fácil porque hay muchos intereses creados. En Colombia, expuso, hay incontable gente que no quiere dar un paso atrás en reasignaciones presupuestales y consideró que ese es un debate que el país tiene que dar, adicionalmente, comentó, hay que reorientar dentro de lo público instituciones como el SENA, entidades del Ministerio de Educación, política de empleo y del Ministerio del Trabajo para armar unos paquetes grandes, atractivos y verdaderamente efectivos para la reinserción porque de otra manera, insiste, va a ser muy difícil, desde la perspectiva del sector privado.
“yo creo que el sector privado ha hecho un aporte muy importante para irnos moviendo hacia la paz porque el aportar para la guerra, curiosamente, paradójicamente y dolorosamente ha sido la primera semilla para irnos moviendo hacia la paz, estoy hablando de impuesto al patrimonio, estoy hablando de unos recursos importantes que se han dado”, señaló.
Sobre este punto, el analista consideró que el sector privado todavía no se ha despertado a la realidad que puede representar tener que incorporar, si le va bien al país, unas 7.000 personas, aproximadamente a la vida normal y formal del país. Asegura que por lo que puede palpar, apenas el sector privado está despertando en ese escenario.
Mauricio Reina habla de un cálculo para tener en cuenta y es que en un escenario positivo y viable, es posible que llegue la paz antes que las reflexiones. Estas deliberaciones, afirma, las deberían tener en las agendas los sectores públicos y privados, pero insiste que Colombia ha estado en otros debates distintos, que desafortunadamente no han sido constructivos y que finalmente resultan discusiones muy incipientes.
Económicamente Colombia va sensatamente bien
Al preguntársele sobre coyuntura económica, el investigador asociado de Fedesarrollo, Mauricio Reina, declaró que en términos generales la economía colombiana va razonablemente bien.
“Qué quiero decir con razonablemente bien, que a pesar de que la inflación va aumentando, si usted compara la inflación Colombiana con el entorno latinoamericano, está muy controlada, el nivel de desempleo es el mínimo de los ultimo doce años, prácticamente de este siglo, se ha formalizado dentro del mercado laboral el empleo, adicionalmente el crecimiento razonablemente bueno entre 4,3 y 4,7 por ciento puede ser”, añadió.
Expresó su satisfacción por los cambios que ha tenido el país y que se hacen visibles con la inmejorable percepción en otras latitudes por los indicadores de la deuda pública y de las finanzas públicas los cuales son buenos y que son finalmente los elementos claves sobre los que se cimienta la economía.
Si por el lado de las cifras macro hay beneplácito, lo mismo no ocurre con cambios de mediano plazo, que preocupan y que tienen que ver puntualmente con la competitividad, indicador que tildó de muy pobre.
“Colombia es el número 69 en el mundo cuando por tamaño somos el 31, eso habla muy a las claves del problema de competitividad, fuera de eso tenemos problema de capital humano, específicamente, la calidad de la educación ha sido pan de cada día en las discusiones públicas a partir de las pruebas PISA, y fuera de eso hay desajustes sectoriales que tienen que ver principalmente con el agro y con la industria”, enunció el experto.
Destacó el crecimiento de la industria a tasas del 3,8 por ciento en los primeros cuatro meses del año, reconociendo que la cifra, siendo buena, viene de una base bastante baja lo cual invita al gobierno que se ratifique o llegue, a ofrecer una política más clara de incentivos, de desarrollo productivo así como un viraje en el modelo agropecuario.
Estimó que el agro colombiano puede ser muy competitivo internacionalmente porque los precios internacionales de bienes agrícolas son buenos y son una buena oportunidad, pero reconoció que sin lugar a dudas ese sector sigue siendo muy rezagado.
En el campo estructural, explicó, la agricultura tiene una inmensa oportunidad internacional por cuanto Colombia tiene 20 millones de hectáreas cultivables y solo cultiva 6 millones en promedio lo que da una idea de todo lo que el país puede cultivar y desarrollar.
“Creo que ese es un segundo reto desde el punto de vista productivo, industria uno, sector agropecuario otro, y adicionalmente es necesario que el modelo de desarrollo productivo no se transforme. A qué me refiero con eso, a que siempre cuando hay de por medio diálogos con la guerrilla, cuando hay de por medio cambio de gobierno, cuando hay de por medio incertidumbre institucional los inversionistas nacionales e internacionales se preguntan, ¿esto cómo irá a cambiar?, ¿me van a modificar las reglas del juego?, ¿variará el entorno?, y yo creo que es fundamental que el nuevo gobierno dé certeza y tranquilidad acerca de claridad y estabilidad en las reglas de juego, porque eso es fundamental para que toda la economía avance”, indicó.
Hay que replantear el mapa productivo del país
A propósito de la globalización económica y los acuerdos comerciales, Reina asegura que la participación de algunos sectores productivos se verá diezmada con la competencia exógena, motivo por el cual no descarta replantear la economía campesina, en donde el éxito está en productos de alta calidad, exóticos, inocuos y con destino a nichos de mercado previamente explorados.
Para el ex viceministro de Comercio, dicho replanteamiento hay que verlo con mucha atención y con mucho cuidado porque hay una serie de políticas que aumentan la productividad y la competitividad de toda la economía y de todo el aparato productivo sin caer necesariamente en las ayudas puntuales de sectores específicos. En su análisis, ese último mecanismo, ayudas puntuales a sectores específicos, es lo menos deseable, no solamente porque introduce distorsiones a la verdadera vocación competitiva del país, sino además porque los productores han vivido cotidianamente el problema y en eso Colombia tiene una amplia, triste y amarga historia. “El potencial de corrupción alrededor de esos incentivos es altísimo, entonces creo que desde la perspectiva de la competitividad y de la perspectiva del uso adecuado de los recursos públicos, lo menos deseable es generar ayudas puntuales, con nombre propio y con sector específico”.
El analista de Fedesarrollo disertó que en ese sentido hay muchas otras cosas que se pueden hacer de manera transversal y de carácter transversal, pero que ayudan a elevar la competitividad y la productividad de toda a economía.
“Ya le he dado dos fundamentales, uno es capital humano. Imagínese decir que hablamos de competitividad cuando la mitad de los muchachos colombianos de 15 años no entienden lo que leen, pues, el problema usted sabe dónde arranca más o menos, y lo mismo cuando uno dice que sacar un contenedor desde Bogotá hasta Barranquilla cuesta el doble que llevarlo de Barranquilla a Hong Kong, tampoco hay que devanarse los sesos para ver dónde debe haber solución desde el punto de vista logístico y de competitividad”, concluyó.