Según datos que publican los medios este fondo para investigación registra bajos niveles de asignación en sus dos primeros años. Dicen que la culpa es de las regiones porque no presentan suficiente número de proyectos y que además en su mayoría no son de calidad y de baja cuantía.
Esta no es la causa sino el efecto de razones estructurales. Veamos algunas.
14 fallas estructurales de las políticas
Los fondos solo son un instrumento de políticas y estrategias de desarrollo. Entonces, si estos no son producto de políticas de estado, los fondos no tienen suficiente demanda porque la oferta de políticas no es buena o porque no están diseñadas para darle el mejor uso a recursos de este tipo. Primera falla: las políticas nacionales.
El fondo no es componente de una política nacional de investigación, porque se creó sin crear al mismo tiempo una nueva política de ciencia, tecnología e innovación. Segunda falla.
El fondo fue pensado para estimular la investigación aplicada, entonces, debe tener respaldo en una potente política de investigación básica. No llegaron recursos adicionales prometidos a Colciencias para fortalecer este componente. Tercera falla.
La política de competitividad y de innovación y la mayoría de sus sectores de talla mundial no están estructurados para ser innovadores y transformadores, porque son maquiladores o porque pertenecen a nichos muy especializados de bajo valor agregado, por lo tanto, su productividad no está fundamentada en proyectos de investigación y desarrollo y en innovaciones más profundas que las efímeras innovaciones incrementales. Así, este fondo para la innovación no tiene el respaldo de una política de desarrollo productivo y de innovación. Cuarta falla.
La desindustrialización de Colombia es evidente, en consecuencia, las empresas y los sectores piensan en tres cosas: cómo sobrevivir cuando los TLC las están borrando del mapa; como emigrar a importadoras y por tanto convertirse en comercializadoras; y como desplazarse a una nueva actividad donde hay mejores oportunidades y menos complicaciones (turismo, especulación, servicios de baja o mediana complejidad), en ninguna de estas situaciones se demandan recursos para investigación. Quinta falla.
La política de competitividad y de innovación no tiene una estrategia en sectores de alta tecnología y en sectores difusores de conocimiento en la economía y en la sociedad como son los bienes de capital y los bienes intermedios de penúltima y de última generación. Colombia es un importador neto de tecnología, factor que se profundizó con la apertura. Sexta falla.
La descentralización en ciencia y tecnología prácticamente no existe. Está centralizada en Colciencias que es además una institución pequeña porque la investigación es poco importante para la sociedad colombiana. Por lo tanto, en la mayoría de regiones no hay institucionalidad para impulsar el desarrollo de capacidades endógenas de innovación, que den el mejor uso a este nuevo fondo. Los consejos regionales de competitividad y de innovación, y los Codecyti, no son suficientes. Más se parecen a mandaderos del centralismo. Séptima falla.
El fondo se diseñó para distribuir desde un principio importantes sumas sin una planeación gradual que hubiera permitido adaptar un sector de CyT+í con escasos recursos, pero que vio de la noche a la mañana como se multiplicaron por 3 o por 4 sus ingresos. Entonces, nadie estaba preparado para esa avalancha de riqueza. Ni los centros de investigación, ni las universidades, ni las municipalidades, ni las gobernaciones, ni Colciencias, ni el DNP, ni los ministerios, ni la descentralización, nadie es nadie. Así las cosas, no se puede presionar por más y más grandes proyectos cuando no hay condiciones estructurales porque se corre el riesgo de despilfarrar recursos temporales, tal como ocurrió con los fondos BID a finales de los años 1990. Octava falla.
La ley que da origen a estos fondos tiene fallas de reglamentación que ha desencadenado discusiones, aspiraciones y ambiciones confusas, originando problemas para ejecutar recursos de proyectos aprobados. Novena falla.
El principal criterio metodológico para distribuir los recursos fueron indicadores sociales con la idea de cerrar brechas entre regiones. Buena intención pero no son los mejores indicadores para un fondo de CyT+i. Debió crearse un componente compuesto más robusto y pertinente. Décima falla
Relacionado con el anterior punto, hay territorios que tendrán importantes recursos pero con capacidades en ciencia y tecnología exiguas y con condiciones productivas primarias, que no tienen como absorber desde un principio una importante cantidad de recursos. En cambio, hay territorios con mayores capacidades que podrían obtener más recursos para fortalecerse porque sus capacidades son muy inferiores a escala comparativa internacional. El estado de Sao Paulo invierte cerca del 2% de su PIB y el de Rio de Janeiro pasa del 1%. Problema de planeación y falta de fundamentación teórica para entender que son los procesos de desarrollo endógeno. Decima primera falla.
Hay que hacer una profunda revisión de las causas y de su solución para frenar el vertiginoso proceso de crear grupos de investigación y su rápida transformación en grupos inactivos. Este problema está atado a fallas en el sistema de educación superior. Décima segunda falla.
Grandes proyectos para crear hábitats de innovación complejos no tienen espacio en estas regalías, caso de Innobo, Ciudad Salud Región, o el PCT de la UNAL en Bogotá, o el desarrollo de una Ciudad de la Ciencia para la Renovación del CAN que incluiría instituciones públicas + vivienda + investigación y emprendimiento. En este fondo solo hay recursos para iniciativas menores porque los recursos de regalías para la capital son pocos a lo cual se suma que la ciudad recién está definiendo una política de CyT con exiguos recursos asignados y cuando la política regional de competitividad pide a gritos reestructuración. Decima tercera falla atribuida a falta de visión para grandes ideas grandes proyectos.
Proyectos como los mencionados son similares al desarrollo de la Ciudad del Conocimiento que Correa construye cerca de Quito con una inversión de US$ 600 millones en su primera etapa y la cual estará lista en el primer semestre de 2014.
Así como hay problemas de coordinación y de información en las políticas de competitividad y de innovación y en el sistema nacional de CyT+i, hay problemas de información y de coordinación en torno a este fondo. Decima cuarta falla.
Hay más pero dejemos así.
Improvisación política
Santos armó su campaña presidencial en menos de tres meses cuando la corte constitucional le cerró el paso a la segunda reelección de Uribe.
De esa manera la idea de estos fondos para el desarrollo regional, fueron retomados del programa de los Verdes que a su vez los recibieron de Fajardo cuando su movimiento se sumó para formar la Ola Verde.
El proyecto de Fajardo y de quienes ayudamos a crearlo era así. Se diseñó una política de desarrollo regional que tendría un gran fondo, el Fonder (fondo para el de desarrollo regional) que tenía tres fondos: uno para el desarrollo productivo y la innovación, otro para cerrar brechas sociales, y otro para el medio ambiente. Qué hizo el equipo de Santos, tomaron la idea de los Fondos pero no la idea más importante: diseñar la política de desarrollo regional. Error. Una casa sin techo ni paredes.
Además, la política de desarrollo regional y el Fonder, estaban articulados a las políticas de educación, de ciencia y tecnología, emprendimiento, y de desarrollo productivo, tecnológico y de comercio internacional. Entonces, había una visión sistémica del desarrollo hacia una sociedad inclusiva y sostenible, que le daría mejor uso a los fondos regionales.
Pero ninguno de los Verdes que hacen parte del gobierno de Santos participaron en el diseño del sistema de políticas que había diseñado Fajardo. Entonces, la política va por un lado y la dimensión técnica de la política queda en el otro: en el aire.
Lo bueno y qué hacer
La existencia de este fondo y de los otros dos para el desarrollo y la integración regional, a pesar de los problemas a corregir, es un hecho positivo. Estas son dinámicas con prueba y error.
Igualmente positiva la instancia de coordinación técnica de Colciencias, mediante la cual se están corrigiendo en las evaluaciones problemas de estructuración de los proyectos. Sin embargo, hay que hacer ajustes institucionales al interior de Colciencias y mejoras sostenidas en el sistema de evaluación y monitoreo.
Hay proyectos importantes que de pronto jamás se hubieran pensado o quien sabe cuándo. En estas circunstancias, el gran desafío que tiene no solo la nueva directora de Colciencias sino el gobierno en general, es pensar una estrategia de desarrollo en torno a una nueva política de ciencia, tecnología e innovación, y el mejor uso y coordinación de todos sus recursos.
Los problemas no solo hay que buscarlos en Colciencias, el problema incluso es mayor por fuera de la institución: hay una falla cognitiva en actores claves de la sociedad colombiana que sería bueno que los pesquisadores indagaran haber que hay en esos cerebros. Por ejemplo, el trato político dado a la ciencia y la tecnología con el sucesivo cambio de directores en Colciencias y la manera como salió el efímero director Fonseca, no es solo el trato a una persona es ante todo el trato a un sector estratégico para el desarrollo del país, que se había pronunciado hace un año con sendas cartas al Presidente.
A Santos en sus viajes por el mundo le han mostrado una y mil veces la importancia de la investigación en el desarrollo y por lo tanto el buen trato que debe tener. Se pide que la trate con respeto y dignidad porque un grupo importante de grandes inteligencias colombianas están haciendo investigación de punta en el país y sobre todo en el exterior. Todo lo que tiene que ver con las artes, la cultura, el conocimiento y la investigación, merece la más alta consideración de los gobernantes, porque ahí están las fuentes de la identidad y de la idea de desarrollo de una sociedad. Los políticos colombianos deben entender que en materia de conocimiento e investigación es más importante escuchar lo que dicen los científicos que lo que dicen los políticos.
Como soy de la teoría de Santos por la paz y Santos porque no hay más, y ahora que ya empezó el diseño de la estrategia política y programática de su segundo mandato, es de esperar que haga un rediseño de las políticas y en esa tarea perfeccionar la aplicación de este fondo y de toda la locomotora de innovación que no prendió motores en su primer gobierno. Una persona que piensa en la paz debe pensar en el desarrollo.