Resumen de noticias del 25 de octubre de 2015

La recopilación de algunos datos sobre la jornada electoral del pasado 25 de octubre sirve para mostrar que la realidad política colombiana no es tan alentadora como lo asegura el Gobierno Nacional. Opinión.

En menos del 20% de todos los cargos electos el domingo anterior los elegidos alcanzaron el 50% del total de los votos, es decir que fueron elegidos por minoría. Aunque la abstención disminuyó, todavía fue cercana al 40% de los habilitados para votar. El CNE anuló la inscripción de más de un millón de cédulas y luego reversó esa decisión de un plumazo en Bogotá.

Hubo disturbios en casi 100 municipios por descontento con la jornada o con el resultado, y aun hoy no se conoce el preconteo de mas del 5% de las mesas instaladas en el país. Cerca del 20% de los elegidos ya fueron demandados y centenas tienen procesos abiertos por organismos de control. En la capital hay denuncias de fraude y se han encontrado como nunca tachaduras en los formularios que dan cuenta de los resultados. Cuatro de los 32 gobernadores tienen líos pendientes con la justicia. 10 de ellos no rindieron cuentas ante el CNE o dijeron en sus libros que no habían gastado un peso cuando faltaba apenas un mes para las elecciones. Nadie pudo controlar a contratistas y empresarios quienes metieron dinero a montones para asegurar que ganaran sus amigos.

Nadie sabe cuánto dinero metieron las mafias ilegales en las campañas. De hecho, muchos “patrones” ganaron vistiéndose de nuevos. Los grandes medios de comunicación hicieron campaña abierta y se olvidaron de su pretendida neutralidad. Los encuestadores también hicieron su agosto. Aunque ambos perdieron en casi todos lados. Un partido de derecha vertical ganó en Saravena y San Vicente del Caguán donde antes se vivió una fuerte presencia guerrillera, pero perdió en el resto de Colombia. La fragmentada izquierda, sin trabajo regional o exterminada a bala, perdió en casi todos lados, incluso en Bogotá, donde no la agobia el conflicto armado, sino los egos y las soberbias.

En Yopal fue elegido Alcalde, un preso al que llaman “calzones” por hacer urbanizaciones ilegales,a pesar de haber aceptado los cargos. Solo en cinco de las 32 Gobernaciones fueron elegidas mujeres y ninguna lo fue en ninguna de las alcaldías de las capitales. En tres pueblos ganó el voto en blanco. En un pueblo solo votaron los jurados porque nadie más llegó. Los votos nulos fueron un alto porcentaje bien porque no saben manejar el tarjetón o porque lo anulan ellos mismos a propósito. Las tarjetas no marcadas fueron miles lo que no explica politólogo alguno. Porque esas personas al final meten sus tarjetas sin marcar.

Los congresistas se la jugaron con sus primos, hermanos y parientes porque desconfían de todos los demás. Las propuestas fueron innecesarias y el decoro aún menos. Cuando hubo buenas ideas éstas fueron acalladas por el chisme. Lo de más fue el sancocho, la carne asada, el tamal, la teja, el mercado, la compra, la clientela, y la “fiesta nacional” que se vivió. Cientos de toneladas de basura de lo que fue propaganda electoral quedaron regadas como testimonio que afea ciudades y caminos. Millares de personas que se emplearon como activistas pregoneros ahora están sin trabajo nuevamente. Al final nuestro Gobierno celebró ese día como una jornada “histórica” y memorable. Todos los partidos salieron a decir que ganaron. “Sí, ganó la democracia” repetimos casi todos.