Son muchas las propuestas que se escuchan con el fin de mejorar la educación básica y media en Colombia. Modelos nacionales y otros internacionales se han puesto en marcha con buenos resultados, por lo que instituciones educativas en el país se atreven a investigar para ir más allá del sistema tradicional de la enseñanza y el aprendizaje.
Uno de esos planteamientos lo hace Fernando Zalamea Traba, matemático, con PhD en lógica categórica, de la Universidad de Massachusetts, y el único colombiano incluido en el libro 100 Global Minds The most daring cross-disciplinary thinkers in the world (2015), autor del análisis ‘Humanismo y matemáticas, nuevos giros para el siglo XXI’, en el que explica cómo las artes están unidas a las matemáticas, pues de hecho, muchos de estos profesionales de la ciencia de los números también están ligados a otros conocimientos como la filosofía y la literatura, además de diferentes tipos de arte, por lo que sugiere que las ciencias humanas se deben acercar más a las matemáticas y viceversa.
“La razón abierta es una técnica o entendimiento del mundo desde tiempo atrás y, básicamente, tenemos que ser grandes especialistas en algo, pero hay que luchar contra esa especialización. El vaivén pendular entre la especialidad y la cultura universal es fundamental. Creo que los grandes especialistas, a la larga, son aquellos que tienen una versión del mundo que no se reduce únicamente a su técnica o fragmento del mundo. Esa razón abierta es clave, en general, para el pensamiento”, dijo Zalamea, en el marco del III Congreso Internacional de Educación, organizado por el Gimnasio Alessandro Volta, como parte de la celebración de sus 15 años como institución educativa en Bogotá, entidad que desarrolla un proyecto educativo que permite la adquisición de un correcto y fundamentado método científico, y donde el trabajo académico tiene además la finalidad de superar los prejuicios que marcan la separación del mundo científico del humanismo.
Por un pensamiento sin límites
El experto matemático agregó que lo que necesita una persona abierta es luchar sistemáticamente contra el dogma, que nunca se debe creer en algo de manera canónica o religiosa, porque la apertura es absolutamente fundamental para ampliar el conocimiento.
“Esa apertura de pensamiento es clave y viene de mucho tiempo atrás, con términos interesantes como la razonabilidad, que es una razón extendida, que une la razón y la sensibilidad. Ser tan sensibles como inteligentes, a la vez. Ampliar la razón es un tema esencial de todo pensamiento.
“Se trata de extender la razón, ir más allá del mundo material. Hay mucho más allá de lo que vemos. Para ese ‘mucho más allá de lo que vemos’ necesitamos una razón abierta, no una razón restrictiva o reductora”, explicó el docente.
El ideal de la estética es el crecimiento continuo de la razonabilidad y un ejemplo de ello es lo que está sucediendo precisamente en el Gimnasio Alessandro Volta, donde a través de un programa humanístico, su modelo pedagógico evita la razón restringida, para abrir la imaginación. Imaginación que, según Zalamea, tiene apertura con herramientas geométricas finas para conectar el espacio y el tiempo.
En este sentido, Patrizia Mascioli, rectora de esta institución educativa destaca que “si entendemos los cambios culturales que vivimos en este momento histórico, entendemos también que la modalidad de propuesta de relación con los estudiantes debe cambiar. ¿Cómo? no imponerles una modalidad que ya es lejana y extraña a su experiencia humana, sino acercándolos según su experiencia humana, y dentro de esta proponer todo el conocimiento, del que quedará lo fundamental y lo que deben aprender. La educación no debe cambiar en sus valores fundamentales, que son los que quedan, más la modalidad con la que se propone sí cambia, porque es el descubrimiento del conocimiento que hacen de su propio valor. Y su propio valor lo descubren en su experiencia de relación con los demás”.
De ahí que Mascioli comenta que sus estudiantes sienten que la relación con los docentes es importante y dirán que la rectoría es cercana a ellos. “Esta relación nos permite entender la mentalidad nueva que tienen, según lo que son, porque el tiempo cambia y la relación con los niños de 3 años de ahora es diferente a la de hace 15 años, y la relación con los chicos más grandes es una relación distinta, la modalidad con la cual se propone el conocimiento debe cambiar con respecto a la condición que ellos tienen. Entonces, esa capacidad de reconocer y de amar es la que permite una relación diferente y, por ende, un conocimiento que se queda muy grande, porque dentro de esta modalidad es posible aprender”.
Un modelo de formación que está liderado por el padre Carlo D’Imporzano, doctor en matemáticas de la Universidad de Milán (Italia), educador y líder de obras sociales y educativas en diferentes partes del mundo, quien vive en China y hace énfasis en que la educación hoy no puede ser más la educación por competencias, porque lo que se le está enseñando al niño hoy no será necesario en 10 o 20 años, cuando salga del colegio o de la universidad.
“Lo que sí es necesario es un planteamiento humano, para que sea capaz de estar delante de las cosas, de la vida, de las necesidades, con una razón flexible; que sea capaz de entender los caminos que se deben seguir. Entonces, el problema hoy es la formación humana, antes que la formación técnica y tecnológica.
“Y esto depende radicalmente de la enseñanza, porque si esta es doctrinal, hasta luego. Si la enseñanza es meterse con los muchachos a ver los problemas que tienen, a mirarlos y saberlos solucionar, los estamos educando para el mañana, cuando entren al mundo laboral, a ver los problemas, reconocerlos, trabajarlos y saberlos solucionar”, dice.
A lo que la rectora Patrizia Mascioli agrega que “todo esto que estamos haciendo, esta tentativa de comprensión de metodología cambiante de posibilidad que se va abriendo, también con aspecto informático, son todas posibilidades que queremos dar a nuestros estudiantes para que sean personas cumplidas, que sean grandes hombres con un corazón grande. Lo estamos haciendo es porque su mentalidad, su corazón sean cada vez más abiertos, lo que les puede permitir tener la satisfacción de amar a su vida y a su realidad”.