Rusia reconoció este martes que el avión ruso que se estrelló en Egipto con 224 personas a bordo explotó debido a una bomba colocada por terroristas.
“En el vuelo explotó un artefacto explosivo de una potencia de 1,5 k de trilita. Como resultado, el avión se desintegró en el aire”, informó el jefe del Servicio Federal de Información (FSB, antiguo KGB), Alexánder Bortnikov.
El FSB ha confirmado que un artefacto explosivo improvisado estalló en el interior de la aeronave, con lo que se constata que el aparato sufrió un ataque y no cayó por accidente. Las 224 personas que viajaban a bordo de la aeronave perdieron la vida en el siniestro.
El examen de los restos de la aeronave realizado por los investigadores del FSB ha encontrado restos de explosivos, según ha indicado el jefe de este organismo, Alexander Bornikov. El artefacto estaba compuesto por un kilo de dinamita TNT.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha prometido que se hará todo lo necesario para encontrar a los responsables de este ataque terrorista y ha asegurado que todo el peso de la ley caerá sobre sus hombros.
El aparato siniestrado, un A321 de una compañía aérea rusa, se estrelló minutos después de despegar de la localidad turística egipcia de Sharm el Sheij, con destino a San Petersburgo.