Los trabajadores colombianos agrupados en la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) rechazaron el nuevo salario mínimo de los colombianos y precisaron que este ajuste vuelve a ser una mentira para la Colombia laboral que debe seguir subsistiendo con las migajas que lanza despectivamente el empresariado.
El presidente de la CUT, Alejandro Pedraza le dijo a Confidencial Colombia que este reajuste no es más que un favor a un grupo pequeño de ricos y una tragedia para casi 40 millones de colombianos que están en la miseria, llegando a ella o como en el caso de la clase media pasando a la línea de pobreza. La Central asegura que este nuevo ajuste es mentiroso y tramposo.
Al conocer el acuerdo para fijar el nuevo salario básico de los colombianos el cual fue de 4.5 por ciento para un sueldo mensual de 616.000 pesos, el dirigente sindical manifestó que ello defrauda porque muestra la pobre y lánguida política laboral del Gobierno. Aclaró que la CUT estuvo en la mesa Nacional de concertación solo hasta el 17 de diciembre.
Desmintió cualquier llamado a conversaciones de concertación y aclaró que del nuevo acuerdo, la CUT no se hace responsable porque sencillamente allí no estuvo. Para la Central Obrera el ajuste es totalmente desconsiderado al confrontarlo con el crecimiento económico del país que estuvo por el orden del 5.5 por ciento. “Con este aumento no nos parece que un trabajador que gane el salario mínimo adquiera siquiera media bolsa de leche o pague la mitad de un transporte urbano en una sola ruta. Lo único que podemos advertir es un mayor crecimiento de la inequidad social en Colombia en donde hay ricos muy ricos y otros demasiado pobres, estas políticas son muy precarias y dejan saldos preocupantemente graves”.
Lo criticable del asunto, dijo, es que en materia de nivelación salarial no se mide con el mismo rasero toda vez que el país recibió una bofetada cuando conoció de los ajustes para congresistas y magistrados lo cual resulta diametralmente opuesto al tratamiento que se le da a la gente del salario mínimo.
Adujo que el Gobierno benefició a los empleadores con una exoneración del dos por ciento de parafiscal para el SENA y del tres ciento de pago al ICBF sin contar que a partir del primero de enero los exonera de 8.5 por ciento en relación a la salud lo que significa que les aumenta las utilidades a los empresarios en un 13.5 por ciento lo que mal contado son más de siete billones. “Esto resulta humillante, mientras a los ricos les dan todas las gabelas, a los trabajadores los quieren convencer de la generosidad del ejecutivo”.
La CUT recordó que las Naciones Unidas tienen a Colombia ubicada como el tercer país con mayor inequidad en América Latina después de Haití y de Honduras lo que en su concepto es una vergüenza para la región. “No es posible que se mantenga la tesis neoliberal que el salario mínimo es factor de crecimiento de la inflación y que por lo mismo hay que combatirlo y restringirlo a su más mínima expresión. La Mesa Nacional de Concertación se volvió una mesa bipartita en donde Gobierno y empresarios crean un frente común frente a las posiciones de los trabajadores”.
Para la CUT un ajuste que llene las expectativas de los trabajadores debe ser de por lo menos el 13.5 por ciento lo cual recuperaría en algo el acceso a la canasta básica familiar. A criterio de Pedraza ni al Gobierno ni a los empleadores les sirvió el ocho por ciento y bajaron la petición a 4.5 por ciento lo cual resulta irrisorio y hasta ofensivo.
“El salario mínimo es mentiroso porque no incrementa el poder adquisitivo del trabajador y es tramposo porque el porcentaje como tal se pinta elevado, pero es puntualmente de 800 pesos diarios, este es un sofisma para los trabajadores”, declaró el señor Pedraza.
La situación es tan delicada que ya muchos trabajadores no laboran por una mensualidad porque cínicamente el comercio y los restaurantes les pagana a sus empleados 20.000 pesos diarios entrando a las ocho de la mañana y saliendo a las ocho de la noche. Ese dinero se paga por caja sin el reconocimiento de salud, pensión ni los beneficios elementales de ley. “Lamentablemente este modelo miserable y avasallante no está en la mira del Gobierno porque el tiempo se destina a ver como se enriquece más a los adinerados y como se hunde más a una población con hambre y cada vez más necesitada”.
La CUT aseveró que otro lío grave se ve en el campo o en los municipios, sitios en donde el salario mínimo no se reconoce y en su efecto se paga un ingreso endeble que en ocasiones no llega ni a la mitad del estipendio básico.
Es tan apremiante el lío que la migración a las grandes ciudades se disparó. Hoy el número de desplazados en Colombia es de 4.7 millones de ciudadanos, una población igual a la de todo Uruguay, esa, explicó, es la consecuencia de la política económica y no expresa de la violencia porque en el campo muchos labriegos se mueren de hambre.
“Por todo esto vemos cada vez más personas humildes vendiendo aguacates o lo que pueden en los semáforos porque no hay nada más que hacer y todo eso debido a la generosidad del señor Gobierno, el mismo que pone en los bolsillos 800 pesos diarios cuando la leche cuesta 1.700 pesos y un pasaje 1.400 pesos, todo esto sin contar el pago oneroso de los servicios públicos”, concluyó el presidente de la CUT.