Estas son las cinco interrogantes que el mandatario pidió resolver con la mayor profundidad, para dar con el responsable del presunto esquema de chuzadas realizadas a negociadores de La Habana. Para Santos, el escándalo es “totalmente inaceptable”.
En respuesta al escándalo difundido este martes sobre un supuesto espionaje a miembros de la delegación de paz en La Habana, el presidente Juan Manuel Santos, declaró que se investigará con la “mayor profundidad” para dar con el, o los responsables del polémico suceso.
En contexto, la Revista Semana publicó en su portal web que una oficina paralela del Ejército llamada, según el Ministro de Defensa, ‘Andrómeda’, sería al parecer una fachada adscrita a un batallón de inteligencia militar que estaría haciendo “inteligencia ilícita” en contra de los miembros de la delegación de paz en La Habana. El informe indica que un capitán y tres cabos del Ejército estarían detrás del hecho.
En este orden de ideas, para Santos, el suceso es “totalmente inaceptable”, no obstante, precisó que las labores de inteligencia de forma lícita son una obligación para organismos del Estado. En todo caso, pidió -por orden directa- al Ministro de defensa y a las cabezas de las fuerzas militares devalar las siguientes interrogantes:
¿Quién está detrás de esto? ¿Quién está interesado y a quien están informando? ¿Quién filtró la información? ¿Hasta dónde ha podido llegar este uso ilícito de inteligencia? ¿Hay ruedas sueltas en el Ejército?
En efecto, Santos aseveró que “no le tiembla la mano” para combatir el uso ilegal de la inteligencia. De hecho, el jefe de Estado comparó este suceso con el caso del DAS que generó polémica durante el gobierno del expresidente, Álvaro Uribe Vélez.
“He sido tajante cada vez que hay un manejo irregular de la inteligencia. Procedí así como ministro de Defensa cuando descubrirnos que en la Policía se estaba haciendo una labor en contra de los ciudadanos”, anotó. Añadió que de esa misma manera actuó cuando se propuso que se eliminara al DAS.
Según Semana, las víctimas de este espionaje cibernético habrían sido el equipo negociador de paz liderado por Humberto de la Calle. En la investigación periodística, se asevera que en este proceso ilegal participaron agentes estadounidenses de la CIA.
La oficina funcionaba en el barrio Galerías en Bogotá y durante todo el 2013, con equipos y computadores, un grupo liderado, según la revista, por un capitán del Ejército aparentemente lograron seguir a los negociadores para obtener detalles de los diálogos que el Gobierno adelanta con las Farc.
El material usado para esto seguimientos ilegales habrían sido retirados por la Fiscalía y estarían siendo analizados para conocer los detalles de este nuevo episodio de ‘chuzadas’.
Todo este escándalo se da en medio del vigésimo ciclo de las conversaciones en La Habana entre el Gobierno y las Farc, quienes continúan trabajando en el tema de los cultivos ilícitos.