Luego de los resultados adversos de la primera vuelta, el candidato – presidente dio un timonazo a la estrategia de la campaña tal como lo hizo hace cuatro años cuando se encaminaba a una posible derrota.
El cambio se produjo en horas y la campaña se transformó y también el candidato – presidente cambió. Trajo la gente que tenía que traer: invitó al expresidente Gaviria, un estratega político tan avezado como Uribe;renunciaron de su equipo de gobierno gente importante que podía convencer al electorado;abrió la puerta a opositores de centro y de izquierda para aliarseen defensa de la paz; ganó los debates; y puso a andar la maquinaria por un buen propósito. Movió a todos contra el uribismo y a favor de la paz.
En poco tiempo, sin que la gente se diera cuenta, porque nada colectivo se formalizó en tres semanas, se formó un frente por la paz y tras bambalinas un frente contra el terror de un eventual gobierno de ultraderecha. Todos los días los medios mostraban más y más aliados que se sumaban a Santos, mientras a la otra campaña solo llegaba tarde y solitario el expresidente Pastrana.
El discurso incendiario del uribismo asustó a la gente. Entonces,los independientes, el centro y la izquierda democrática se sumaron a Santos por la paz y en contra de un posible régimen ultraconservador, yasí,entre la primera y la segunda vuelta se movilizaron como nuncala Unidad Nacional yla oposición.
Tuvo suerte Colombia y Santos que entre los aliados estuvieran personas como Clara López, que con jerarquía y fuerza se echó al hombro la causa de la paz y a favor de Santos, pero también Mockus, Sudarsky, Angela María Robledo, Iván Cepeda, muchos más, múltiples organizaciones y comunidades de distinto tipo, y sobre todo las redes sociales que día a día trinaban más y más por la paz y contra el peligro de régimen ultra.
Petro mostró su faceta de político curtido cuando al día siguiente de la primera vuelta hizo renunciar a una veintena de funcionarios para movilizar en Bogotá a la gentepor la paz y contra Uribe. Luego de esa acción vinieron las renuncias de la gente de Santos en altos cargos. También el candidato – presidentetuvo la estrella del ganador cuando apareció doña Mercedes con su espontáneo video contra “Zurriaga” y a favor de “Juan Pa”, mientras Zuluaga sacaba al aire la desafortunada propaganda de la “loca de las naranjas”, y más y más cuñas plenas de odio y de mala leche.
Asíganó Santos en Bogotá,y a lo largo y ancho de las dos costas donde los caciques conservadores que rechazaron el liderazgo de Marta Lucía Ramírez para llevarlos como ovejas donde Zuluaga, se movieron en la segunda vuelta y le dieron una tunda a ella y aluribismo.
La derrota de Zuribe
Zuluaga negó que era el de los videos del hacker, mientras la fiscalía incriminaba a más personas y mostraba hechos de una operación digital ilegal.
Zuluaga dejó de ser para ser lo que Uribe quería que fuera. El libreto que le dieron a representar no era el mejor para él, entonces no lo pudo teatralizar como Uribe quería. Se descaracterizó y nunca pudo cambiar esa imagen. Entonces, el uribismo perdió porque su candidato se mostró como una persona dependiente incapaz de gobernar con autonomía.
Zuluaga perdió los debates y luego se escondió en una laringitis para no volver a debatir.
Zuluaga desconoció queel proceso de paz se adelanta dentro de los marcos jurídicos y constitucionales de nuestra carta, y dentro de los marcos del ordenamiento internacional para la resolución de conflictos como el de Colombia.
Zuluaga desconoció que exista conflicto y por tanto víctimas y de esa manera dijo que desconocería los acuerdos de La Habana y al desconocerlos desconocería el proceso, desbarataría el equipo negociador, y con eso hundiría cuatro años de trabajo sistemático y comprometido del presidente Santos, y porque la paz es lo más importante para Colombia.
Uribe acabó de cavar su tumba electoral el día que dijo que Zuluaga cuando fue Ministro de Hacienda no asignó recursos para las víctimas del paramilitarismo porque el paramilitarismo no dejó víctimas. Fue un acto de cinismo sin almaporque en sus ocho años de gobierno murieron más de 120.000 personas en zonas de conflicto, y resultaron un millón de víctimas.Eso se reflejó en las urnas. En los departamentos y zonas donde el paramilitarismo arrasó con comunidades enteras, Uribe perdió.Las víctimas votaron.
La solitaria foto que se tomó Zuluaga con el conservador expresidente Pastrana, no alcanzó para mostrar una imagen que engañara a la comunidad internacional.
Perdió las elecciones porque Uribe atacó a Santos donde nunca debió atacarlo. Tildarlo de castro chavista, de entregar el país a las FARC, de inventar mentiras como aquella de que él y su línea de familia son de las FARC. Se equivocó, porque Santos es parte de la clase dirigente que gobierna Colombia desde hace tiempo, y siempre ha sido un liberal de centro derecha, moderado y modernizador, con las contradicciones de una dirigencia que sumió a éste país en 70 años de locura. Pero Santosha tenido la virtud, el valor y la visión, desde su status, de entender que Colombia debepasar esas páginas de premodernidad y tormento para que pueda imaginarse de otra maneracomo nación y como cultura que piense, actúe, desarrolle, viva y se proyecte al mundode otra forma.
PerdióZuluaga las elecciones porque en cualquier escenario el uribismo no supera el techodel 45%. Por lo tanto, toda reducción de la abstención hizo que ese techo fuera insuficiente, y jamás tendría los votos para ganar si la votación superaba los 15 millones de electores. Si la abstención hubiera sido igual a la del 15 de mayo habría ganado o perdido de forma apretada.