El presidente colombiano señaló, en un Acuerdo para la Prosperidad en la ciudad de Palmira, que el gobierno no se presta para ningún plan que desestabilice a Venezuela y que el conflicto entre los dos países debe resolverse “por vías diplomáticas”.
Descabellado. Así señaló el presidente Juan Manuel Santos el comentario de Nicolás Maduro en el que dijo que desde Colombia se estaba orquestando un complot para atentar contra la estabilidad del gobierno bolivariano.
“Es descabellado pensar, y por eso hablo de malos entendidos, que el Gobierno colombiano esté enterado, o peor aún, que esté apoyando algún tipo de acción para desestabilizar el Gobierno de Venezuela”, dijo el Presidente. Desde Palmira, donde celebra un Acuerdo para la Prosperidad, el mandatario de los colombianos salió al paso al amago de crisis entre los dos países latinoamericanos.
Para el Presidente, Colombia es el país “más perjudicado con cualquier problema que tenga Venezuela. Por eso tiene que haber algún malentendido y vamos a resolver cualquier diferencia por las vías diplomáticas”.
Con estas declaraciones, Santos pretende bajarle el tono a una confrontación que nació por la visita del líder opositor venezolano Henrique Capriles. El político se reunió en privado con Juan Manuel Santos, lo que desató el malestar del chavismo en Caracas.
Maduro amenazó, incluso, con romper relaciones con nuestro país y puso en duda la participación de Venezuela en el proceso de paz que el gobierno colombiano lleva a cabo desde hace más de 6 meses con la guerrilla de las Farc.
Santos apeló a la historia, y le recordó a Maduro la histórica reunión que sostuvo con Hugo Chávez en Santa Marta, donde restableció las relaciones diplomáticas entre los dos países bajo el precepto de respetar las diferencias.
“Vamos a mantener el espíritu de ese acuerdo, que hicimos allá en la Quinta de San Pedro Alejandrino. Para el bien de Venezuela y de Colombia, cualquier malentendido lo podemos resolver civilizadamente, con prudencia y por las vías diplomáticas”, precisó el mandatario.
El conflicto entre las dos naciones toma rumbos inesperados, por eso el mandatario colombiano intenta bajar el tono a un impasse que podría tener consecuencias nefastas para los intereses de las dos naciones.