Santos y su cerrada defensa de la paz

Esta semana ha sido una de las más movidas para el proceso de paz y para la defensa que el presidente Juan Manuel Santos hace del mismo. Desde el conflicto planteado por el procurador Alejandro Ordóñez, hasta el anuncio de la extensión del cese de bombardeos sobre los campamentos de las Farc, Colombia ha presenciado un pulso fuerte por los diálogos que ha desembocado en la masiva marcha del 9 de abril.

Desde que fuera anunciada la gran marcha por la paz del país, que busca hacer una declaración sobre el apoyo que tiene en la sociedad civil el proceso de paz de La Habana, entre el Gobierno Nacional y las Farc, las críticas, además de los apoyos, llovieron de sectores que tradicionalmente han visto con malos ojos estas acciones.

Alejandro Ordóñez, procurador general de la Nación, le dijo al presidente, en pocas palabras que él tenía la autoridad suficiente para hablar sobre el proceso de paz. A renglón seguido envió un cuestionario de 45 preguntas sobre el proceso de paz. Eso ocurría el 13 de marzo, casi un mes después el cuestionario no ha sido respondido.

La razón para no hacerlo, dada por el presidente Santos, es que él no debe responder sobre asuntos que no se han tratado en la mesa de diálogos. Además, el mismo mandatario le dijo a Ordóñez que zanja la discusión con él ya que esa “pelea” no le conviene a nadie.

El mismo día de la marcha del 9 de abril, durante los actos protocolarios del día de la Memoria y Solidaridad por la Víctimas, el mandatario anunció que los bombardeos sobre posiciones de las Farc, que ya fueron suspendidos transitoriamente hace un mes, seguirían detenidos debido al cumplimiento de la tregua unilateral indefinida decretada por ese grupo guerrillero en diciembre de 2014. Si bien ha habido denuncias de acciones armadas de este grupo, los veedores de esta tregua coinciden en que han sido defensivas o han sido incidentes con artefactos explosivos ubicados previamente.

A esto se le suma el anuncio hecho en un prestigioso noticiero del orden nacional, de que los militares activos que critiquen pública y abiertamente el proceso de paz deben dejar la institución, algo que ha sido visto como un abuso, por algunos sectores en redes sociales, pero que obedecería al concepto de Fuerzas Armadas no deliberantes.

La gran apuesta de Santos se puede ver este jueves 9 de abril en el que cerca de 110 mil personas salieron a marchar como respaldo a la paz de Colombia. Las acciones y decisiones tomadas y anunciadas en esta semana estarían evidenciando que la defensa de los diálogos de paz es una apuesta estatal y social a pesar de lo que pueden decir ciertos sectores de oposición.

Así las cosas, el proceso de paz, a medida que se acerca la jornada electoral de 2015 enfrenta retos y obstáculos cada vez más fuertes y sustentados que han tenido que recibir el apoyo del mismo presidente, hablando en medios de comunicación y anunciado que el proceso continúa a pesar de las críticas.