Con música, canto, baile y poesía arrancó La Cumbre Mundial de Arte y Cultura para la Paz en la que representantes nacionales e internacionales de todas las corrientes artísticas, reflexionarán y tomaran acciones para sensibilizar a la sociedad en la construcción de la paz.
Toques de Caracol de Crispín Izquierdo, un Mamo de la Sierra Nevada y sonidos de tambor acompañados de cantos de esperanza y movimientos descomunales, dieron inicio a La Cumbre Mundial de Artistas por la Paz, que se tomara diferentes escenarios de Bogotá del 6 al 11 de abril de 2015.
En el acto protocolario de apertura, la ministra de Cultura, Mariana Garcés, hizo algunas reflexiones para contribuir a la discusión que plantea la cumbre por estos días. Con una cita del filósofo y pensador colombiano Estanislao Zuleta, Garcés resumió lo que debería ser una cultura por la paz.
“Es preciso construir un espacio social y legal, en el cual, los conflictos puedan manifestarse y desarrollarse sin que la oposición al otro conduzca a la supresión del otro, matándolo, reduciéndolo a la impotencia o silenciándolo”, Estanislao Zuleta, de quien se conmemoran 25 años de su muerte.
Sin embargo, fue enfática al decir que con esto, “no se trata de desistir de la confrontación (…) sino de entender que los canales para resolver deben ser diferentes”, siendo así la cultura, “un marco y palanca para la convivencia (…) y para construir la paz en Colombia”
Manifestó que el papel del Estado es ser facilitador para vincular a las personas en torno al arte y generar procesos creativos sin interferencia ni direccionamiento ninguno, con el fin de “desarrollar las habilidades humanas en el disfrute de la cultura” y formar de esta manera a personas más complejas y más completas.
Por su parte la secretaria de Cultura Recreación y Deportes, Clarisa Ruiz, destacó los esfuerzos de los artistas y los gestores culturales que han denunciado y hecho memoria a través de diferentes medios y lenguajes.
“Testimonios de víctimas y victimarios de aquello de lo que no se quiere consignar nada, de aquello cuya mención misma se pretende silenciar. Este es el arte que genera cultura de paz”, señaló Ruiz.
Asimismo, recalcó que el espacio de la Cumbre llega en un momento necesario ante la coyuntura histórica para “reflexionar y debatir diversas maneras de actuar frente a los conflictos de nuestra sociedad.”
Frente a la pregunta, ¿cuál es el papel del arte con respecto a la paz?, señaló que apela a una relación de causa y efecto que resulta reductora.
“Las prácticas artísticas movilizan, aportan a la cohesión social, a la transformación crítica, a la reparación pero no como una función ni como algo externo (…) No se trata de que el arte no tenga una potencia política o que lo político suceda por fuera de los espacios, lugares y significados estéticos que compartimos, se trata más bien de debatir sobre la potencia política misma del arte.”
El embajador de Francia en Colombia Jean-Marc Laforêt, destacó el apoyo de Colombia y la solidaridad que tuvo frente al atentado a la redacción de la revista Charlie Hebdo, el cual señaló no fue solo un ataque contra la libertad de expresión sino contra la cultura, y manifestó que asimismo Francia “esta del lado de Colombia para construir la paz, apoyando sus esfuerzos de paz, las negociaciones de paz.”
Y finalmente citando al físico Albert Einstein, felicitó a los gestores de la Cumbre por estar haciendo algo por la paz “El mundo no será destruido por los que hacen el mal sino por aquellos que los están mirando sin hacer nada.”