Xabi Alonso pondrá fin a su carrera después de 18 años en los que ha dejado su clase repartida por Inglaterra, España y Alemania. Uno de los últimos representantes del clásico centrocampistas que dominan el juego con su pase y su cabeza privilegiada. Una estirpe en vías de extinción ante el actual fútbol físico que prevalece en el presente.
Xabi Alonso se retira a final de la presente campaña. El ‘señor’ del fútbol, uno de los últimos caballeros que quedan en el actual balompié dominado por los piercings, tatuajes y peinados último modelo. Cuando los jugadores actuales están más pendientes de lucir en la pasarela, a Xabi nunca le movió los pies el aparecer delante de la cámara. Profesional de los pies a cabeza, un técnico sobre el césped y una figura paternal sobre el resto de sus compañeros. Xabi representa una estirpe ya en vías de extinción en el fútbol de hoy en día.
“Lo he vivido. Lo he amado. La despedida de un juego precioso”, escribía en su perfil oficial de ‘Twitter’ Xabi Alonso. Pondrá fin a su carrera en el Bayern de Múnich a los 35 años de edad. Después de 18 años de carrera como profesional en los que ha logrado títulos en Inglaterra, España y Alemania, además de ser pieza clave en la España que dominó el planeta por seis años, colgará sus guayos para empezar una nueva etapa de su vida.
Lived it. Loved it.
Farewell beautiful game. pic.twitter.com/1aSN7GGNzZ
— Xabi Alonso (@XabiAlonso) 9 de marzo de 2017
Hijo de un exjugador del Barcelona, Perico Alonso, estaba claro que el camino de Xabi estaría cercano a los terrenos de juego. Al igual que su hermano, Mikel Alonso, creció formándose en el Antiguoko, un equipo de San Sebastián que le sirvió para dejarse ver por la Real Sociedad. En el conjunto donostiarra creció, maduró y exhibió su clase al mundo cuando apenas era todavía un juvenil. Todos los grandes de Europa pusieron sus ojos sobre este centrocampista puro, a la vieja usanza, que dominaba los encuentros con sus pases milimétricos y su cabeza de técnico.
El Liverpool se adelantó al resto y se lo llevó a la Premier, donde Xabi aprendió todos las buenas artes del fútbol británico. Allí fue venerado como un Lord, y solo su mala relación con Benítez, ya al final, obligó su salida de Inglaterra. Se llevaba bajo el brazo una Champions, una FA Cup, una Community Shield y una Supercopa de Europa. Pero sobre todo el respeto de Anfield, que aún extraña su clase.
Llegaba una etapa vestido blanco. Xabi llegó al conjunto que ya lo pretendió antes de poner rumbo a las Islas, el Real Madrid. Le costó a Florentino poner los millones por él. En el Bernabéu se dijo que el magnate no tenía intención de poner “30 millones por un jugador que no vende camisetas”, aunque los técnicos le advertían que era clave para el equilibrio del equipo.
Finalmente, el presidente del Madrid se salió de su tozudez y fichó al de Tolosa. Xabi fue pieza vital en el equipo durante cinco años. Conquistó otra Champions, una Liga, dos Copas del Rey, una Supercopa de España y otra de Europa. Con Pellegrini, con Mourinho y con Ancelotti fue imprescindible en el centro del campo. El eje que sustentaba al equipo y movía los hilos. Antes de que volviera a verse las caras con Benítez, puso fin a su etapa merengue y puso rumbo a Alemania para encontrarse con otro gurú del fútbol Pep.
El fichaje de Toni Kroos le hizo ver que ya era prescindible y que tenían a su sustituto. También le atrajo aprender las artes de Guardiola. Es lo que ha venido haciendo en toda su etapa en el club bávaro, donde también ha dado lecciones en el centro del campo. Si en algo han coincidido todos los técnicos por los que ha pasado es que lo consideran su extensión en el campo. Con la cabeza preparada para dirigir a un equipo y con un librillo en el que ha aprendido de grandes maestros de este deporte: Pep, Ancelotti, Mourinho…
Pasará a la historia como uno de los centrocampistas con más clase. Parte también de una de las mejores generaciones que ha dado el fútbol como la España de Xavi, Iniesta, Silva, Busquets… Con La Roja conquistó un Mundial y dos Euros. Con su marcha, se pierde un estilo que cada vez más desaparecerá ante el actual fútbol físico que domina en el presente.