Sector porcicultor en emergencia sanitaria

El Gobierno colombiano declaró la emergencia sanitaria en el sector porcicultor por un brote de diarrea epidémica porcina, enfermedad inusual en el país que ataca a los lechones generando pérdidas económicas.

Tanto el ICA como la Asociación Colombiana de Porcicultores precisaron que esta patología si bien es endémica, no afecta ni pone en riesgo la salud humana.

El Instituto Colombiano Agropecuario en común acuerdo con el gremio que agrupa los porcicultores trabaja día y noche con el fin de controlar la enfermedad que por fortuna no ha salido del área afectada en los departamentos de Huila y Cundinamarca. En todo el territorio nacional se activaron las alertas para atender casos que insinúen sospecha.

El gerente general del ICA, Luis Humberto Martínez Lacouture, indicó que para supervisar la movilización, fueron ubicados estratégicamente diez puestos de control y de vigilancia epidemiológica. En esta coyuntura, la entidad ha realizado más de 230 visitas a predios en donde se cuentan unos 34.-419 cerdos.

Por orden del ICA quedaron suspendidos los eventos que involucren la concentración de animales en las zonas en donde se reporta la presencia de la enfermedad.

“Estamos atendiendo este proceso de manera seria, responsable y juiciosa, tenemos un compromiso grande con el país y con los productores, y en ese orden de ideas venimos trabajando de la mano con ellos, atendiendo la emergencia con todo el equipo humano disponible”, declaró el gerente general del ICA, Luis Humberto Martínez Lacouture.

Agregó que el Instituto cumple con todos los protocolos existentes para atender este tipo de eventualidades, razón por la cual el personal especializado está tomando las respectivas muestras de laboratorio.

El funcionario aseveró que la labor ha resultado ardua y confió en que el mal no avance e invitó a los productores a no bajar los brazos, a seguir inspeccionando los predios, precisamente para que la cepa no se propague.


Porcicultores en alerta máxima

La Asociación Colombiana de Porcicultores, Asoporcicultores, explicó que la diarrea epidémica porcina más conocida como PED, es una enfermedad que ha afectado notablemente a Estados Unidos, Canadá, México, a Europa y al continente asiático. Aclaró que en Colombia hay unos brotes iniciales que todavía no son de mayor afectación económica, pero que pone a los criadores a reforzar las medidas de bioseguridad para controlar el mal y evitar su diseminación.

El presidente de Asoporcicultores, Carlos Maya, afirmó en Confidencial Colombia que la afectación económica que dicha enfermedad puede traer sobre el sector puede ser notable cuando una nación como la colombiana demanda cada vez mayor carne de cerdo y la productividad se reduce, dejando huecos en oferta que castiga los balances.

“Esta no es una enfermedad que afecte al consumidor, pero infortunadamente puede disminuir la oferta por menos lechones para levante. Esto puede resultar crítico en un momento de expansión de mercado como el que estamos viviendo desde hace varios años”, comentó el señor Maya.

Para el dirigente gremial, el trabajo con el ICA ha sido destacado y expresó su tranquilidad con la declaratoria de emergencia porque es urgente redoblar la bioseguridad en las granjas y optimizar la vigilancia en criaderos, transporte y plantas de beneficio con el fin de diagnosticar acertadamente y evaluar la enfermedad como tal, es decir conocer las cepas y saber en qué está el país. “En ese sentido el ICA ha respondido y ha promovido el trabajo en equipo en donde la alianza estratégica entre productores y autoridad sanitaria arroja los mejores resultados evitando con ello mayores estragos”.

Si bien los impactos económicos son mínimos, el gremio calcula que una enfermedad de este tipo puede afectar la producción entre seis, siete y ocho por ciento de la oferta presupuestada si logra expandirse. El escenario podría conllevar a un ajuste de precios que frenaría el consumo de carne de cerdo en el país durante algún tiempo.

Asoporcicultores instó a los productores a no relajarse sino a estar más atentos en materia sanitaria para evitar esta y otras enfermedades.


El chicharrón de la frontera

Los porcicultores le solicitaron al ICA la confirmación de cómo pudo entrar el virus a Colombia pese a que los países afectados no han podido corroborar de qué manera entró la enfermedad, aun cuando hay sospechas que el lío apareció por compras de carne y de productos para el levante de los animales.

Consideró, que si bien, el control de las fronteras ha mejorado levemente hay regiones como Norte de Santander por donde ingresa todo tipo de productos y de animales en pié así como en canal. “Ese factor indiscutiblemente pone en riesgo el estatus sanitario del país”.

La situación de mercadeo de cerdos en pie es tan delicada que hay malestar en el sector por la posible llegada de animales a Cundinamarca que estuvieron en predios de Arauca y otras regiones limítrofes con origen probablemente venezolano, asunto más que delicado toda vez que en el vecino país no hay controles ni rigidez sanitaria.

En Colombia hay un registro de 4.5 millones de cerdos lo que muestra un crecimiento permanente muy cercano al ocho por ciento anual en producción, dinámica que ratifica el aumento en el consumo de este tipo de proteína. “Hemos crecido en el mercado interno, pero también la mayor demanda de esta carne le ha abierto las puertas a las importaciones lo cual es adverso para los productores”.

En 2013 el sector porcicultor vendió más de 300.000 toneladas de carne y por la tendencia al mayor consumo la cifra podrá crecer al ocho por ciento. Apuntó el vocero gremial que es muy factible que la actividad no muestre crecimiento en número de cabezas, pero si en mayor peso por las mezclas genéticas.

El sector de la porcicultura experimenta mayores exigencias del consumidor, situación que obliga a los granjeros a optimizar la producción con parámetros ambientales muy exigentes y patrones de calidad y bioseguridad que parten del bienestar animal y las buenas prácticas ganaderas o porcícolas.


Las marranadas del libre comercio

El gerente general de Asoporcicultores, Carlos Maya, aseguró que si bien los tratados comerciales no le darán la estocada a la cría de cerdos, lo cierto es que dichos convenios obligan al sector a fortalecerse aún más, situación para tener en cuenta porque hay tareas que no se han hecho y en donde debe haber una labor intensa para lograr diferenciación de producto.

De igual manera, dijo, hay que explorar nuevos mercados a donde se pueda llegar con valor agregado porque en 15 años, muy seguramente, la oferta mundial va a ser menor que la demanda de carne de cerdo. “Las tareas para los años venideros serán muy complicadas, hay que tener mayor compromiso y hay que ser más productivos, más competitivos y producir con mayor calidad”.

Para la Asociación porcícola, es necesario buscar y desarrollar economías de escala y consolidar grupos asociativos que garanticen una mayor posibilidad de competir.

Al revisar los costos de producción surgen las grandes preocupaciones porque Colombia compite y competirá con países subsidiados y para la muestra está que el país compra alimentos importados para engorde como maíz, torta de soya y otros, de países que muchas veces cuentan con estímulos y ayudas para su producción aspecto que genera un desequilibrio por los precios del producto internado.

“En este orden de ideas, en Colombia requerimos de mayor competitividad y que el estado haga cumplir la normatividad del comercio internacional para que la balanza se incline hacia nuestro costado. Si aquí no vamos a tener subsidios, lo lógico es que tampoco los tengan nuestros competidores”, sostuvo Maya.

Para el dirigente gremial el libre comercio no es tan libre porque los países que se consideran más abiertos y potentes, también protegen a sus productores que son finalmente su esqueleto social. Cuestionó las aperturas económicas hechas en Colombia por cuanto han afectado a los productores a quienes se lanzan a la guerra, poniéndolos a competir en desventaja, sin preparación y sin estructura empresarial. A lo anterior se suma la falta de controles, la paupérrima infraestructura y la dificultad al crédito competitivo.

Invitó al sector para hacer una apuesta por la consolidación del mercado interno y lograr una versatilidad a la hora de exportar en donde el valor añadido deje de lado las angustias que suscita la inestabilidad de la tasa de cambio.

Para el capítulo Colombia, el consumo Per cápita de carne de cerdo está en 6.75 kilos muy superior a los 4.22 kilos de 2009, es decir un incremento por encima del 50 por ciento.