Sesenta años cumple la joya hotelera de Colombia

El 17 de mayo de 1953, siendo Presidente de la República, Roberto Urdaneta Arbeláez, abrió sus puertas al público el suntuoso y solemne hotel Tequendama, construido en el histórico sector de San Diego que cedió su antiguo claustro para dejarle un espacio reservado al paradigma de la hotelería colombiana.

La imperante obra que se construyó entre 1950 y 1951 dejaba perplejos a los transeúntes de la época que vieron cómo se erigía en esa esquina enorme la primera y ostentosa obra del reconocido Centro Internacional.

Las paredes decoradas y pintorescas del siempre hermoso y tradicional Tequendama albergaron a múltiples personajes de la vida nacional e internacional. Por allí pasaron figuras como “Cantinflas”, el Presidente, Richard Nixon, el también mandatario de Estados Unidos, John F Kennedy, Frank Sinatra y un relicario de artistas, empresarios y personajes de la vida pública, política y deportiva.

Tan acogedoras fueron y son sus alcobas que muchas personas han decidido vivir y morir allí. No en vano queda el amable recuerdo de doña, Betty Pérez quien habitó por espacio de 48 años una especial recámara del gran hotel capitalino. Su esposo también vivió y expiró en ese especial y familiar sitio de la calle 26 con carrera décima. El Tequendama cuenta en la actualidad con 25 huéspedes permanentes y acopia una historia que cualquier cronista anhelaría plasmar en las tantas hojas que su pluma recorrería.

Aún en el enorme Salón Rojo se escucha el eco de las orquestas nacionales y extranjeras que animaron tantas fiestas y tantos eventos. No terminaría de hacerse un listado para precisar quienes desfilaron por la gran alfombra del Tequendama. Su estampa era tal que muchas parejas decidieron casarse allí, otras optaron por habitarlo y muchos por hospedarse en viajes de gozo, negocios o simple descanso.

Entre 1967 y 1970 las directivas optaron por duplicar la capacidad del hotel, consolidándolo como el más grande y sólido del momento. De hecho esa particularidad no la pierde pues por el contrario el paso de los años lo hacen tan respetable y venerable como el que más. La conocida industria sin chimeneas reconoce en el Tequendama el hotel a imitar por una evolución acelerada que atacó varios frentes en sabores, atención y confort, así como de valores agregados expresados en espacios amplios para foros, conferencias y sus inmejorables Apart Suites. No menos significativo ha sido su aporte en el desarrollo de marca región.

Una de los grandes atractivos del hoy Crowne Plaza Tequendama como se le rebautizó en 2007 es su lobby el cual es amplio, generoso a la vista y con un decoro que solo un hotel de su clase puede tener. La madera del techo, los cuadros y las pinturas murales hacen juego con esa alfombra roja que conduce al Salón Esmeralda, a las habitaciones o al Salón Rojo. Este edificio cuenta con tres y hasta cuatro entradas, contando el costado del restaurante El Virrey en donde convergen reconocidos hombres y mujeres de la sociedad bogotana.


Una empresa prospera

El gerente general de la Sociedad Hotelera Tequendama S.A, Mayor General, Orlando Salazar Gil aseguró que el emblemático Tequendama sigue siendo, de alguna manera, el pivote alrededor del cual gira toda la industria hotelera de Colombia por ser un referente obligado para los hoteleros del país y de América Latina.

En modernización y adecuación de alcobas, el hotel ha hecho inversiones superiores a los 60.000 millones de pesos, empero las inversiones también se han dirigido a actualizar el clásico emporio con tecnología de punta y por ello es común ver cableado estructurado, televisión interactiva y todo el acceso a la Internet.

Según el gerente general del Tequendama, sigue desarrollándose y actualizándose todo lo referente a Suite Tequendama. “Para este año vamos a completar los últimos seis de los 30 pisos de este servicio que nos deja al cien por ciento con categoría cinco estrellas a nivel mundial”.

El secreto del Hotel Tequendama se fundamenta en un espíritu renovador y es por ello que año a año se hacen inversiones para optimizar las instalaciones y el servicio. A hoy se cuenta con un contac center dotado con una tecnología que supera las expectativas d cualquier centro hotelero. “En este momento podemos decir que tenemos la capacidad de atender 300.000 usuarios, lo que supera con creces la demanda de la actualidad. Queremos estar siempre adelante y no ser seguidores ni copiadores en la industria”.

En tecnología las inversiones ya suman 10.000 millones de pesos y para este año el rubro se mantiene, pero sin la misma dimensión toda vez que la tarea se ha hecho juiciosamente. Para el contac center habrá una inversión de 3.000 millones de pesos y en adecuación de instalaciones vendrá una inyección d capital por 17.000 millones de pesos.

La cadena cuenta con hoteles en el sector de Pozos Colorados en Santa Marta con capacidad para 162 camas el cual tiene acceso directo a la playa. De igual forma en Cartagena en el sector de Bocagrande, con un perfil muy corporativo y de igual forma el hotel más emblemático de todo el litoral Pacífico como lo es el hotel Estación que tiene la característica de ser monumento arquitectónico de Colombia con el que hubo compromiso de restauración la cual avanza a buen paso.


Un sector con oportunidades y amenazas

Con el TLC se ha generado gran expectativa por cuanto la hotelería en general espera mayor dinamismo, no solo con Estados Unidos sino con Europa, Centroamérica y los países asiáticos.

En opinión del General Salazar, la demanda hotelera ha crecido en un seis por ciento aproximadamente. El gran problema, explica, es que la oferta ha crecido en más del 14 por ciento dejando un espacio por llenar afectando la ocupación hotelera. “Evidentemente Bogotá decreció en ocupación hotelera al pasar de un 64 por ciento a un 54 por ciento, casi diez puntos por debajo de la demanda de habitaciones. Es innegable que hay una brecha entre la oferta que está saliendo y la demanda que se está alcanzando”.

Esta coyuntura, afirma, invita a trabajar en turismo con los extranjeros y en ese sentido los tratados de libre comercio pueden dar una buena mano por el flujo de negocios e inversionistas.

A propósito de la realidad económica y comercial del mundo expresada en globalización y libre comercio, el gerente de la Sociedad Hotelera manifestó que la firma está completamente abierta a los negocios y a aprovechar las oportunidades que se susciten por esta vía. Indicó que por fortuna El Tequendama está conectado a la cadena hotelera más grande del mundo pues tiene activos representados en más 4.500 hoteles en más de 100 países.

Otro lío del turismo en Bogotá es que tiene ocupación entre lunes y viernes cuando hay full ocupación, pero desde el viernes la ciudad queda abandonada en los hoteles. “Tenemos que ser muy creativos para ocupar nuestros hoteles también los días viernes, sábados y domingos, buscando con ello que Bogotá sea el destino turístico preferido de colombianos y extranjeros”.

Bogotá, precisó es una ciudad muy bella y muy completa porque se encuentra de todo y para todos los gustos. La ciudad ofrece servicios para las diferentes capas sociales y cuenta con vademécum de atracciones que no tiene otra ciudad en el país.


Revaluación, me desocupas la habitación

La apreciación de peso no es un lío que solo trasnoche a los exportadores de bienes y servicios. Este inconveniente ataca también los flujos de caja de la hotelería que ve menos personas hospedándose por culpa de la revaluación.

El escenario cambiario es tan apremiante que muchas personas prefieren ir de vacaciones a otros países, toda vez que sus pesos o sus dólares rinden mucho más que en Colombia. “Ese ha sido uno de los efectos de la revaluación del peso porque la gente, con moneda local fuerte, prefiere importar antes que exportar y en hotelería pasa lo mismo pues el extranjero o el turista nacional busca mejores precios y mayores rendimientos en divisa”.

Salazar Gil afirma que el problema cambiario es tan grande que hace cinco años se le pagaba a un foráneo 2.500 pesos por dólar, hoy tan solo se le dan 1.700 pesos, situación que impacta la economía y sus sectores en donde la hotelería sale muy mal librada. Agregó que con todo este panorama se puede ver que la revaluación no es del 7,29 por ciento, como se decía, sino del 11 por ciento una vez hechas todas las liquidaciones.

En 60 años, queda la satisfacción de contar con una joya arquitectónica que se convirtió en el orgullo de todos los colombianos por su condición de gran Hotel y por sus certificaciones así como por sus merecidos pergaminos.

De esa inauguración se privó el presidente titular de Colombia, Laureano Gómez Castro. El hotel operó bajo la franquicia de Intercontinental Hotels Group, es decir que el hotel tiene 60 años de vínculo con la firma en mención. “Treinta años después la Sociedad Hotelera Tequendama empezó la operación de manera directa. Hoy tenemos una franquicia de marca que no incluye la de operación”.

El Hotel Tequendama sirvió la cena presidencial que ofreció el Presidente, Alberto Lleras Camargo en Palacio. En esa época varios funcionarios nacionales y extranjeros se hospedaron en esta casa hotelera.

Desde su inicio, el banquete del millón se hace en el hotel, con lo cual se ha aportado durante 50 años de esta cena con las familias más pobres del país.

En marzo próximo, aseveró el General, se llevará a cabo la cumbre de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). “Estamos preparándonos para ese evento”.

El Tequendama es igualmente sede del Festival Iberoamericano de Teatro. En 2012 se alojaron representaciones de 80 países, evento que agrada por el posicionamiento de Bogotá ante el mundo como destino cultural que vale la pena.

Allí sigue imponente el Tequendama, vecino de Monserrate y de los cerros tutelares de Bogotá. Por estos días siguen las celebraciones de bodas de oro, bodas de plata de los mismos que en su momento optaron por casarse y vivir ese momento especial en el mejor hotel del país.

Sin duda alguna, quien se aloja en el Tequendama se hospeda en el ayer, en el hoy y en el mañana porque se trata de un clásico, pero contemporáneo. Desde sus casi 900 habitaciones se puede observar la Bogotá de ayer, la que se construye y la prospectiva. Desde este edificio se avizora, en medio de la lluvia, la espesa neblina haciendo copos gigantes en las faldas de las verdes montañas. En tardes de sol, el extraordinario hotel deja ver las tierras del cacique Bacatá, el mismo que en su lengua dijera “Tequendama”, la expresión muisca de puertas abiertas.

En ese hermoso hotel de la décima con 26, hay historias gratas por narrar y en medio de los preparativos de la celebración de sus 60 años de existencia se proyecta un complejo que se alista para los 100 y más años, pero bajo la consigna de calidad, confort, seguridad y respeto.