Después de los hechos en los que resultó muerto el comunero Nasa Ismael Bastidas en el resguardo Santa Rosa en el área rural de Inzá, Cauca, los soldados de la compañía que montó el retén en el que se dio la muerte fueron retenidos y liberados por la Guardia Indígena.
El pasado lunes 22 de junio, en el resguardo Santa Rosa, zona rural de Inzá, el comunero Nasa Ismael Enrique Bastidas resultó muerto, en lo que las autoridades indígenas no dudan en calificar de asesinato, por disparos de soldados del batallón número 57. El comunero se desplazaba en su motocicleta hacia el resguardo a las cinco y treinta de la madrugada cuando fue sorprendido por los disparos.
Además de la muerte de Bastidas fue retenido el comunero Rigoberto Pencué que también se desplazaba en motocicleta por la zona.
La Guardia Indígena retuvo a cerca de 30 soldados para que no dejaran la zona mientras las autoridades ancestrales tomaban una decisión sobre el futuro de estos efectivos militares.
Hacia la madrugada del martes 23 de junio, los soldados fueron entregados al mayor al frente de ese batallón y a una comisión de la Defensoría del Pueblo con el compromiso de que las autoridades comiencen una investigación que establezca las responsabilidades en los hechos.
Además, exigieron que sea la justicia ordinaria la que conduzca la investigación y el proceso judicial de estos soldados. Los efectivos fueron puestos bajo custodia de la Fiscalía General, en el casco urbano de Inzá, quien comenzó la investigación.
Las autoridades del resguardo pidieron que además del esclarecimiento de los hechos se repare al comunero Rigoberto Pencué por su detención arbitraria.