Las principales organizaciones indígenas del país le respondieron a las Farc. A través de una carta enviada al máximo líder de esa organización, alias Timochenko, señalan que el Bloque Occidental de la insurgencia los tiene como objetivo militar y dicen que una tercera parte de los asesinatos a líderes indígenas en este año son culpa de la guerrilla.
La polémica entre la guerrilla de las Farc y los indígenas del Cauca sigue. Luego de que la insurgencia enviara, a través de ‘Timochenko’ y del Bloque Occidental, dos cartas a las comunidades en las que negaban rotundamente su participación en atentados contra la vida de líderes aborígenes, las organizaciones volvieron a contestar.
En esta ocasión, en una misiva dirigida al comandante en jefe de las Farc, las comunidades señalan que prefieren contestar a ‘Timochenko’ que al Bloque Occidental porque la estructura militar “nos anuncia –ahora sí con toda la claridad– que somos objetivo militar de esos frentes de las FARC. Eso ya lo sabíamos, pero ahora con esa declaración oficial de las FARC ya nos ahorran la tarea de hacer las investigaciones sobre los responsables cuando aparezca el próximo muerto, que seguro llegará”.
Aún así, los indígenas están dispuestos a dialogar. Eso sí, “no renunciamos a ejercer nuestra autonomía como pueblos, nuestro gobierno y nuestra justicia propios. Estamos tan dispuestos a dialogar, que a veces algunos interlocutores creen que somos apendejados y que pueden pasar por encima de nosotros”, según señala el texto.
Las comunidades recurren a una carta porque saben que “probablemente nunca podremos hablar con usted”, y se refieren a ‘Timochenko. Por eso en el documento están escritas una serie de denuncias que las organizaciones que trabajan en los municipios, veredas y resguardos de la región quieren dejarle claro al líder insurgente.
Según los indígenas, “entre enero de 2002 y abril de este año, contados uno por uno, registrado nombre por nombre, solo en el norte del Cauca y Caldono hemos tenido 70 comuneros y comuneras asesinados”. Según la carta, “de todos esos asesinatos, la tercera parte han sido causados por combatientes o milicianos de las FARC o por minas dejadas por ustedes, otra tercera parte por el ejército y los paramilitares, y el resto no hemos podido establecer el responsable. No contamos amenazas ni señalamientos, porque el larguero no terminaría en esta carta”.
Para los firmantes de la carta, la respuesta de ‘Timochenko’ a las denuncias, en las que señala que son “casos aislados”, es falsa. “¿20 casos aislados en un solo año y medio? Eso es lo que dice el Procurador y el ministro de Defensa de los criminales “falsos positivos”, y nadie les cree. Díganos, comandante Timoleón: ¿Hay una palabra, distinta a exterminio, que podamos usar para llamar a esta muerte continua de indígenas cuyo delito es que queremos mandarnos y vivir a nuestro modo y según nuestras costumbres?”, afirma la carta.
Frente a la supuesta presencia de “informantes” del ejército en medio de las comunidades del norte del Cauca, los indígenas señalan que “no hay ningún miembro de nuestra organización que haya entregado información a la fuerza pública del Estado. Esa es una posición de principios: no darle ventaja a ninguno de los actores armados, no involucrarse con ellos”.
Las comunidades le piden a ‘Timochenko’ que se sienten a hablar, de manera urgente. Y mientras que ese proceso sucede, que cumplan tres compromisos con los indígenas de esa zona del país:
1. El compromiso de ustedes de que la presencia guerrillera, y sobre todo cuando ataquen a las fuerzas del Estado, lo van a hacer sin afectar ni poner en riesgo la seguridad de la población civil.
2. El compromiso de respeto a las autoridades, los usos y costumbres ancestrales de las comunidades; en consecuencia el respeto al ejercicio de la justicia indígena y del control territorial.
3. El compromiso de ustedes de prohibir de forma absoluta y sin excepciones las amenazas, la ejecución, el fusilamiento o el ataque armado a autoridades, líderes o comuneros/as indígenas, sobre todo de las mujeres nasa; eso quiere decir que ningún combatiente o miliciano de las FARC podrá realizar actividades o acciones que puedan causarle la muerte o heridas a dichas personas, o para intimidarlos o amenazarlos, o realizar acciones de intimidación al conjunto de una comunidad, o actos y pronunciamientos que puedan interpretarse en ese sentido.
Además, los firmantes proponen que el diálogo “se haga con algunos facilitadores internacionales y unos garantes nacionales, para que la palabra de paz tenga testigos. La presencia de organizaciones populares de otros países sería muy importante para que ese diálogo avance”.
Tras finalizar la comunicación, los indígenas del Cauca hacen una denuncia a ‘Timochenko’ en la que dicen que dos milicianos de las Farc mataron a un menor en ese departamento. “A usted no le gusta contar sus muertos. A nosotros tampoco. A nadie. ¡Y son tantos, comandante! Hay familias que ya ni lágrimas tienen. ¿Será que no puede usted parar eso, comandante Timoleón?”.