Insistiendo en que el Día del Campesino son los 365 días del año, el Presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, Rafael Mejía, hizo una fuerte crítica a los ministerios que de una u otra forma tienen en sus manos el desarrollo de políticas mucho más estructuradas para favorecer y proteger al pequeño agricultor que solo vive de lo que la tierra produce.
Mejía quien desde el 2001 está al frente de la representación del campo colombiano, aseguró en Confidencial Colombia que se siente orgulloso de ser un campesino y que el país urbano debe dejar de ignorarlos y verlos como un sector pequeño ya que la mayoría del territorio nacional es rural.
Confidencial Colombia: ¿Porqué celebrar el Día del Campesino?
Rafael Mejía: Esas costumbres tradicionales que nadie sabe exactamente quién, cómo, cuando y donde se crearon, pero que permanecen, se adoptan en un país y van a seguir para siempre, porque la esencia de Colombia viene del sector agrícola y el Día del Campesino, se vuelve en honor a él, al campesino, a la persona que está produciendo para los demás y que cada día anda más ignorado por el resto de la población.
En el sector Urbano creen que lo único que el campesino debe hacer es producir comida barata para ellos y que no son obligaciones y deberes de reducir esta brecha de pobreza entre lo rural y lo urbano. Por eso se honra al campesino y el Día del Campesino es los 365 días del año.
C.C: ¿Campesino o Agricultor?
R.M: Se ha llama campesino porque cualquier agricultor, cualquier productor pecuario que esté dedicado a las labranzas del campo, es campesino. Es decir, yo soy un campesino y soy muy orgulloso de ser un campesino, mi actividad es el campo.
Pero en el país urbano decidieron que el campesino es el que tiene actividades agropecuarias pequeñas y eso no tiene sentido lógico porque no es lo que representa. El que representa el campo es pequeño, mediano o grande y está en cualquier clima.
¿Cómo articular al pequeño productor a la productividad nacional?
Con el gobierno nacional a través del Ministerio de Trabajo, firmamos esta semana un convenio para buscar la formalización empresarial y laboral en el sector rural.
Nosotros estamos muy preocupados porque se ha venido aumentando la brecha entre la pobreza urbana y la rural. Lógico que la rural es mucho mayor que la urbana, porque en los últimos 10 años pasó esa brecha del 16% al 18%. Este convenio va a buscar en los diferentes sectores cómo formalizarlo y obtenga mayores ingresos. Hoy en día los salarios rurales están en un 90 por ciento debajo del salario mínimo.
Ahora, ya lo que tiene que ver con el mercadeo de sus productos lo estamos explorando , porque uno de los elementos claves es el de la asociatividad, y el país está en la necesidad de repensar el sistema y las leyes de asociaciones, cooperativas y sociedades anónimas, si queremos producir modelos de economía a escala asociativa que puedan realmente reducir la pobreza y generar mayores ingresos, reduciendo costos de producción.
C.C: ¿Porqué se han demorado tanto en hacer ese tipo de cosas para proteger y favorecer a los campesinos?
R.M: Se ha venido trabajando, pero hay que entender que la productividad de una finca, no necesariamente hace rentable la actividad. Hay un entorno que en Colombia es un desastre.
Si usted mira la infraestructura que depende del Ministerio de Transporte, carreteras primarias, secundarias, terciarias, no funcionan.
Si usted mira el medio ambiente, los distritos de riego, agua, drenaje, dependen de otro ministerio que es el de Agricultura y no funciona.
Usted mira la educación, se educa al área rural para irse a las ciudades, no funciona.
Usted mira el Ministerio de Defensa, dependen de él para que los campesinos puedan meter, sacar, vivir con sus productos y estar tranquilos.
Por otro lado le sigue el Ministerio de Minas y Energía que maneja y controla las mezclas de etanol y biodiesel que son sectores que han generado unos empleos estables y bien remunerados.
Y el Ministerio de Hacienda, los presupuestos para el agro han aumentado como porcentaje del PIB que comparado con otros países, digamos solo de Latinoamérica, es insignificante. Entonces el país tiene que entender que si quiere un país viable y sostenible, tiene que ponerle atención al sector rural, haya o no haya proceso de paz.
C.C: Los campesinos dicen que no se sienten representados en la Constitución tal y como sucede con los indígenas y los afrocolombianos. ¿Usted está de acuerdo con eso?
R.M: Hay varios artículos que dan representatividad y protección a la producción de alimentos y al productor del campo. Pero volverlos una circunscripción externa como los afrodecendientes o los indígenas, resulta que entraría todo el país, porque Colombia es de origen agrícola.