El uso excesivo del tacón de aguja destrozó los pies de Sarah Jessica Parker en Nueva York. Ahora la actriz apenas calza estos ‘instrumentos de tortura’. Un podólogo nos pone los pies en la tierra.
Ya sabemos que “business is business”, por eso no extraña que Sarah Jessica Parker tenga como productos estrella de su firma de zapatos SJP los consabidos tacones de aguja que tanto sacaba a relucir durante los años que rodó Sexo en Nueva York. Y eso, a pesar de que su uso excesivo le destrozó los pies (¡tuvo que operarse hace un par de años de unos tremendos juanetes!). En realidad, la pizpireta actriz ya casi no calza estos instrumentos de tortura… fuera de las promociones de su firma o alguna salida con photocall incluido. Así que –si bien la imagen de SJP son los llamados stilettos– la Parker ha insistido en incluir también tacones medios y bailarinas en su catálogo.
El problema principal es que “los tacones altos modifican el centro de gravedad del cuerpo, desplazándolo hacia delante y provocando que columna, caderas y piernas pierdan su alineación natural”, según nos cuenta el podólogo Bernat Vázquez Maldonado, de la clínica Podoesport. Por eso, los zapatos muy altos provocan inestabilidad, algo que se incrementa notoriamente si encima el tacón termina en una superficie de ¡unos escasos dos centímetros cuadrados! Los datos que nos facilita lo dejan claro: “El pie soporta el peso corporal en un 57 % en la parte del talón y en un 43 % en el antepié. Si usamos tacones de 2´5 cm de alto, se reparte equitativamente, pero si aumentamos la altura del talón y se usan zapatos de más de 6 cm, apoyamos el 75% de nuestro peso en la parte delantera del pie”. Lo que está claro es que no estamos diseñados para andar siempre de puntillas, así que no es complicado el podernos imaginar el daño que a largo plazo puede provocar este tipo de calzado.
Calzar los pies con cabeza
Ya sea por la moda, porque consiguen estilizar un montón o porque son auténticos fetiches eróticos, lo cierto es que muchas se subyugan a la penitencia de este tipo de calzado, olvidando casi que deberían diseñarse para andar, no para que queden más bonitos y glamourosos en las fotos.
Por eso mismo, si tenemos pequeñas molestias al andar sería muy conveniente acudir a un especialista antes de que el problema se agrave. El podólogo es quien mejor podrá ver qué tipo de afección nos provoca el dolor (dedos en garra, montados, juanetes, asimetrías, etc) y nos indicará la mejor forma para solucionarlo: nuevo calzado, ejercicios, plantillas correctoras, etc.
Estos son algunos de los lógicos consejos que Bernat Vázquez nos da a la hora de calzarnos:
* Si se utilizan tacones de más de 3 centímetros, que sea de forma esporádica y durante poco tiempo.
* Una forma de que el pie no sufra es que los zapatos tengan una pequeña plataforma en la parte delantera: la diferencia del antepié y del talón aconsejable es de unos 3 cm. Así, con una plataforma de 3 centímetros, el tacón puede tener una altura de 6 cm y resultar cómodo y nada perjudicial.
* Es muy importante que el calzado no sea muy estrecho para que los dedos no se inmovilicen ni se monten unos sobre otros.
* El equilibrio mejorará y los tobillos sufrirán menos si los tacones son anchos y no de aguja.
* Si se prevé una buena caminata, utilizar siempre el calzado adecuado.
5 ejercicios muy beneficiosos
Sería ideal que nos acostumbráramos a realizar a diario estos sencillos ejercicios para mantener en forma la salud y la agilidad de los pies. ¡Son facilísimos y superefectivos!
* Apóyate en los talones y haz 10 giros de derecha a izquierda y 10 de arriba a abajo.
* Camina sobre los talones durante un minuto.
* Recoge canicas con los dedos de los pies.
* Si trabajas de pie, muévete e intenta cambiar de zapatos a media jornada.
* Si trabajas sentada, mantén los pies elevados unos 10 centímetros aproximadamente, apoyándote en alguna superficie.