Los panfletos estaban dirigidos principalmente a atracadores y a consumidores de estupefacientes de esta zona, al sur de la ciudad. La comunicación advierte también que las intimidaciones comenzarían a partir de las 9 de la noche, como si se tratara de un toque de queda.
Los mensajes comenzaron a aparecer desde el viernes de la semana pasada e inmediatamente la comunidad alertó a las autoridades. El alcalde de la localidad de San Cristóbal, Ignacio Gutiérrez, le dijo a El Espectador que ya realizó las denuncias respectivas a la Secretaría de Seguridad y a la Policía, a lo que contestaron que ya habían comenzado labores de inteligencia para dar con el paradero de los autores de las amenazas.
Los papeles rezan textualmente que “debido al inconformismo de sus habitantes por los constantes hurtos, atracos, consumo de alucinógenos, se ha tomado la determinación de realizar estas actividades (de ‘limpieza social’) para mejorar la situación de las localidades”. Se indica que los barrios considerados serían San Blas, Santa Inés y Los Alpes.
Gutiérrez aseguró también que “Es un fenómeno que se repite con cierta frecuencia, cada dos o tres años, y coincide con el aumento de hurtos o del consumo de drogas (…) hay condiciones particulares de la localidad, como las necesidades básicas insatisfechas, que generan condiciones para que los niños y jóvenes se involucren con pandillas y barras y comiencen a consumir drogas. Eso, a su vez, deriva en problemas de seguridad y en enfrentamiento entre esos grupos por el control del mercado del microtráfico”.