Sandra Ramírez, miembro del equipo negociador de las Farc en las conversaciones de paz con sede en La Habana, afirmó que ese grupo rebelde tiene “prisioneros de guerra”, por lo que mantiene vigente la propuesta al Gobierno colombiano de canjearlos.
“Sí, nosotros tenemos prisioneros de guerra y los vamos a entregar, pero que el Estado nos devuelva a los nuestros que están allí, en las prisiones”, declaró Ramírez en una entrevista que publica hoy el diario cubano Juventud Rebelde.
“En combate capturamos policías, soldados. Es distinto: son prisioneros de guerra porque son capturados en combate. A ellos se les respeta su integridad física, sus creencias y sus derechos humanos”, precisó.
La guerrillera, que fue compañera sentimental del desaparecido fundador de las FARC, “Manuel Marulanda Vélez” o “Tirofijo” (1930-2008), agregó al respecto: “mantenemos ese proyecto (el canje) porque es lo que nos permitiría buscar, precisamente, cómo logramos que los compañeros que se están pudriendo en las cárceles del país, regresen”.
Según Ramírez, quien se incorporó a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia hace 32 años, hay aproximadamente 700 insurgentes prisioneros y precisó que “también existen 8.000 presos políticos y de conciencia”.
Con respecto a los secuestros de la clase política consideró que “ellos viven en otra Colombia. Y el hecho de tenerlos también era para que ellos nos devuelvan a nuestros compañeros presos en las cárceles, y reconozcan que somos un factor político en el país: un factor al que no se le escucha, al que se le cierran todas las puertas. Ya todos han sido entregados”, indicó.
Refirió además que la organización insurgente “requiere de gastos” y tiene una ley que exige a quien tenga un patrimonio superior a un millón de dólares el pago de un impuesto para la paz, “así como ellos pagan un impuesto para la guerra”, y “aquella persona que se negaba a darlo, la reteníamos”.
Pero aseveró que “a partir de un proceso interno tomamos en febrero la resolución de no más retenciones económicas”.
“Hemos tenido errores en torno a esto”, reconoció, y explicó que decidieron “buscar nuevas formas de hallar los recursos que necesitamos para la organización. Nos financiamos con la ayuda de muchos compañeros, pero también en nuestras áreas cultivamos para autoabastecernos, y vender”.
Las FARC aseguraron en septiembre pasado que ya no tenían “prisioneros de guerra” tras la liberación, el 2 de abril de este año, de los diez últimos policías y militares que, según ellos, estaban en su poder.
Sobre los vínculos con el narcotráfico de los que ha sido acusada su organización, manifestó: “Nosotros cobramos un impuesto, pero no al que la siembra, sino al que viene a comprar el producto. A ese se le cobra un impuesto, así como lo cobramos al comercio, a la cerveza, a la ganadería. Al que viene a comprar lo producido de la coca, se le cobra un impuesto”.
Finalmente, en la entrevista Ramírez también indicó que las FARC no han llegado a la mesa de negociaciones de paz con el Gobierno porque estén debilitadas sino porque buscan el fin del conflicto que vive su país.
“Siempre hemos estado dispuestos (al diálogo). Pero en ningún momento porque estemos debilitados”, afirmó Ramírez.
Los delegados del presidente Juan Manuel Santos y de la guerrilla concluyeron el pasado jueves el primer ciclo de su negociación bilateral y anunciaron que volverán a la mesa de diálogo el próximo 5 diciembre.
Ambas partes reconocieron como avance de esta primera etapa el acuerdo para que la sociedad civil participe en un foro ciudadano sobre política agraria, que tendrá lugar en Bogotá, y la puesta en marcha de una web para recabar las aportaciones sociales al proceso para intentar la paz.