Un sobreviviente que se escondió detrás de un árbol, relató que observó cómo extremistas de Boko Haram usaron bombas incendiarias para quemar chozas en un pueblo al norte de Nigeria. El testigo oyó los gritos de los niños durante la masacre de este sábado, que dejó al menos 85 muertos.
Al menos 85 personas fueron asesinadas y decenas resultaron heridas durante un ataque atribuido al grupo yihadista Boko Haram. La masacre tuvo lugar en el pueblo de Dalori, apenas a 5 kilómetros de Maiduguri, cuna de Boko Haram y capital del estado de Borno.
De acuerdo con sobrevivientes, el ataque tuvo lugar la noche del sábado. Los yihadistas irrumpieron en el pueblo con un convoy de coches todoterreno y motocicletas, desde el que dispararon indiscriminadamente a la población y lanzaron granadas. Llegaron allí por caminos rurales, evitando los controles militares de la carretera principal.
El ataque con disparos y bombas incendiarias continuó durante cuatro horas, dijo el sobreviviente Alamin Bakura, mientras lloraba durante una entrevista telefónica condedida a The Associated Press. Dijo que varios de los miembros de su familia fueron masacrados.
Los yihadistas, que antes de abandonar el pueblo incendiaron un gran número de viviendas, lograron infiltrar durante el ataque a tres mujeres suicidas que detonaron sus explosivos, según relató el coronel Musthapa Anka al diario ‘Nation’. También intentaron penetrar en el campamento militar que hay a las afueras de la población, pero fueron repelidos por las tropas tras un intenso tiroteo.
Decenas de cadáveres carbonizados y baleados cubrían las calles. No se sabía cuántas personas murieron porque aún no terminaba la recolección, algunos cuerpos yacían entre los arbustos circundantes, a donde los extremistas persiguieron y mataron a los aldeanos, según Aba Shehu, un guardia de seguridad que ayudaba a recoger los cadáveres.
El levantamiento islámico de seis años ha matado a cerca de 20.000 personas y ha hecho que 2,5 millones abandonen sus hogares.