Los concejales están de vacaciones nuevamente. No hace más de un mes estaban en receso de mitad de año, pero por decisión de los representantes de cada uno de los partidos que componen la corporación, pudieron cuadrar los horarios de trabajo para tener unos días más de descanso.
Según Maria Clara Name, presidenta del Concejo, a cada cabildante “se le paga un máximo de 20 sesiones mensuales y en agosto habría 23, razón por la que el lunes no trabajaron, sumándose al 6 de agosto que no se sesiona por ser el cumpleaños de Bogotá y el 7 de agosto que es festivo”
Por cada sesión a la que asiste un concejal, puede ganar aproximadamente un millón de pesos, suma bastante superior a la que podría ganar cualquier ciudadano por día laboral, incluso trabajando todos los festivos del año.
La cuestión no sería tan grave si no se toma en cuenta que hasta el momento el cabildo distrital, de una lista de más de 170 proyectos radicados, no ha aprobado sino el acuerdo al que se llegó sobre el pago de la valorización en Bogotá, se han “tumbado” de la agenda más de 20 proyectos y menos de 20 iniciativas están en la espera de un segundo debate.
Name le echa la culpa al Distrito del retraso. Según ella, se han agendado 60 días de sesiones extraordinarias para aprobar los proyectos del cupo de endeudamiento, valorización y del POT. ¿Será que por eso necesitan descansar un poco más?
No todos los concejales están de acuerdo, pero como en toda democracia, la mayoría gana. Aunque temas como la curul del capturado por el carrusel de contratos, Jose Juan Rodríguez, y el POT quedan en veremos por un rato, queda el consuelo que seguramente los días libres los ocuparan acompañando las actividades del Distrito para celebrar los 475 años de la ciudad por la que ellos también trabajan. ¿O será que no?
Tomates para ellos.