Tommy Lee Jones vuelve a dirigir con un western feminista

Tommy Lee Jones demostró ser un director colosal con ‘Los tres entierros de Melquiades Estrada’ y ahora nos pone a todos de patitas en lo profundo.

Tommy Lee Jones demostró ser un director colosal con ‘Los tres entierros de Melquiades Estrada’ y ahora nos pone a todos de patitas en lo profundo de Nebraska en el año 1855. ‘The Homesman’ (‘Deuda de honor’) es un western que salta por encima de los tópicos para contar la historia de las pioneras: mujeres que abandonaron la seguridad del Este y emprendieron su via crucis hacia el Oeste árido y salvaje, donde encontraron el fracaso con más frecuencia que el triunfo.

En una pequeña colonia de labradores y beatas en mitad de la planicie, los hombres trabajan duro pero son bestias sin valentía, honor, ni entereza. Tres mujeres han enloquecido sometidas a la aridez y la brutalidad: una perdió tres hijos seguidos, otra se quedó sin ganado y mató a su recién nacido porque no podría alimentarlo, y a la tercera, estéril, la viola constantemente su marido.

Hundidas en la locura, las tres desdichadas son un peligro para sí mismas y para quienes las rodean. Es urgente llevarlas al otro lado del río Missouri, de vuelta al Este, y sólo hay una persona dispuesta a emprender el viaje: Mary Bee Cuddy (Hilary Swank), una solterona.

Bajo la mirada melancólica y cruda de Tommy Lee Jones, esta mujer se ve obligada a desenvolverse en un papel reservado a los hombres valientes. ‘The Homesman’ desmitifica el mundo de los pioneros, edulcorado por la tradición, y vierte una luz realista sobre las mujeres, eternas secundarias de los grandes relatos del Far West.

El peso de la historia recae sobre Mary Bee, en la que Swank se ha dejado toda su intensidad. Fuerte pero vulnerable, ruda pero culta, es capaz de afrontar trabajos femeninos y masculinos pero, pese a todo, es una dama sola a cargo de tres enfermas con un viaje arriesgado por delante.

La casualidad pondrá a su lado al viejo George Briggs (Tommy Lee Jones), desertor extravagante y cínico, al que ella ha salvado de la horca con la condición de que la proteja.

-Te encontrarás con tres tipos de gente por aquí -advierte Briggs a Mary Bee-. Con gente que no quiere ver locos, con traficantes que intentarán violarte, y con indios que te matarán… y luego te violarán. Llevamos una carga muy inconveniente.

-No llevamos una carga, son seres humanos -responde Mary Bee.

-Están locas.

-Son valiosas para el Señor.

El reto de Briggs y Mary Bee no será solamente transportar a las enfermas, sino hacerse también valiosos a los ojos de Dios.

-Esta mujer perdió a sus tres hijos por la difteria en poco tiempo. Se volvió loca. Usted no la quiere en este estado.

-Puede abrir las piernas, ¿no?

Así es ‘Deuda de honor’: cruda, descarnada y honda como el periplo de aquellas personas a través de la barbarie. No perseguían el oro, sino reencontrarse con su propia humanidad.