La imaginación de un diseñador no tiene límites, a veces para mal. Repasamos los desfiles y te presentamos los looks con los que no te atreverías a salir a la calle.
Qué bien viven las modelos, ¿verdad? Todo el día viajando, de fiesta en fiesta, desfilando con diseños carísimos… Ajá, todo muy bonito ¿o no? Amiga, te invito a reflexionar: ¿qué pensarías si fueses la modelo que va dentro de este diseño de Junya Watanabe? En mi caso lo tengo claro: “Mira al frente y mantén el equilibro, que bastante ridículo es ir con estas pintas como para encima tropezar y caerte”.
Más allá de los modelos que les toca lucir, están los maquillajes y peinados con los que los diseñadores rematan la idea creativa de la que ha surgido su desfile. Looks imposibles y a veces muy ridículos que ni la más atractiva puede lucir con dignidad y que, por supuesto, no se van a convertir en tendencia. En mi humilde opinión, muchas modelos se merecen una estatua (o por lo menos una placa conmemorativa) que rece “Yo desfilé para Vivienne Westwood y no necesito ir a terapia”. Así que un aplauso para estas grandes profesionales que, ante estas circunstancias, se miran al espejo y en vez de salir corriendo, salen a desfilar pisando fuerte.
Las caras de muerta de Alexander McQueen: dejando a un lado que cada desfile de Alexander McQueen nos parece una obra de arte, alguien debería recordarle a Sarah Burton lo que es la primavera. Estos ojos de enferma con los que salieron sus modelos son la cosa más alejada de la alegría que se asocia a la estación de las flores.
Sin cejas al estilo de Alexander Wang y Givenchy: ¡cuándo se darán cuenta los diseñadores de que ir sin cejas por la vida solo le queda bien a Marilyn Manson! Muy vistoso, muy trasgresor pero, seamos realistas, nada favorecedor. Las cejas cumplen una función tan sencilla y elemental como enmarcar la mirada y sin ellas queda claro que una cara no funciona.
A lo Boy George de la mano de Jean Paul Gaultier: la estridencia suele ser normal en los desfiles de l’enfant terrible, en los que todas las modelos no llevan el mismo maquillaje. Esta vez, a las que sacaron el palito más corto les tocó disfrazarse de Boy George con su mítico combo de azul y rojo.
Las muñecas siniestras de Vivienne Westwood: hay que reconocer que, en lo que se refiere a maquillaje y peluquería, las modelos de Vivienne Westwood van hechas un cuadro.
Esta vez, después de ver el último desfile de la inglesa más punk del mundo, la película Annabelle no nos da tanto miedo.
Giorgio Armani y la mezcla que no convence: el maquillaje del italiano para su último desfile es, sencillamente, feo. ¿Sombras de ojos marrones con un delineador plateado? ¿En serio? El caso es que cualquiera de las dos cosas por separado sí que podrían ser tendencia, pero juntas no funcionan.
Por lo menos que los dos ojos vayan iguales, Peter Jensen: La primavera va de color y alegría, por lo que la propuesta de sombras en bloque que vimos en la presentación de Peter Jensen iba por muy buen camino… hasta que vimos que los ojos de la modelo van más desparejados que las medias de Punky Brewster.
Las orejas marcianas de Davidelfin: como si de otro planeta fuesen, las modelos de David Delfín desfilaron sin más ornamento que unas orejas azules. Quizás emulando a extraterrestres o monstruos que intentan pasar desapercibidos en nuestro planeta, quizás simplemente como toque extravagante de color.
Los loros de Ágatha Ruiz de la Prada: no podemos pensar en otra cosa que en un pájaro tropical verde limón cuando vemos las maxipestañas que les colocó la diseñadora a sus modelos. Eso sí, primero tenemos que conseguir concentrarnos solamente en los ojos.
El Halloween anticipado de Vera Wang: no sabemos si las modelos salían del backstage o de una morgue. Caras pálidas, ojos amoratados, labios desnudos… Un look que si no funciona para la próxima primavera sí que lo hará el próximo Halloween.
Los pelajos de 3.1 Phillip Lim: si vas desfilando con ropa carísima, lo mínimo que podrían hacer es peinarte. Y es que los pelos de las modelos durante el desfile daban lástima. Una cosa es el efecto despeinado y otra cosa es esto.