Trapiches colombianos se van a la quiebra

El sector panelero colombiano reveló que la situación es tan dramática y lamentable que los 22.000 trapiches que operan en 350 municipios están quebrados, pero aseguran que por lo menos el 40 por ciento de estos ya cerró las puertas, es decir que hoy 8.800 trapiches no producen panela y no generan empleo.

El vocero de Dignidad Panelera, Alfredo Cruz Velasco le dijo a Confidencial Colombia que independiente de la tragedia económica, se avecina un caos social porque el ejecutivo está estimulando las importaciones y con ello ocasionando el cierre de empresas y despedidas de personal que hoy no cuentan con un ingreso para el sustento de sus familias.

“Yo no entiendo cómo el Presidente Santos pretende reelegirse cuando en el sector panelero hay más de 1.7 millones de empleos directos dispersos por todo el país. Tenemos un lío social y de orden público para nada desestimable y el Primer Mandatario, en lugar de ayudarnos, lo que hizo fue sostener al ministro Díaz Granados en la cartera de Comercio, Industria y Turismo quien que actuó de manera irresponsable con el tejido social campesino de este país”, declaró el señor Cruz Velasco.

Los productores de la exótica panela están con el agua hasta el cuello porque tienen deudas muy grandes que no se saldan por las dificultades para vender el producto. Según Dignidad Panelera, la producción nacional de panela vale en promedio dos billones de pesos, unos 1.000 millones de dólares y el endeudamiento está por el orden del 60 ó 70 por ciento lo que se convierte en una situación caótica.

Llamó la atención del Gobierno para que meta en cintura a los comerciantes que abusan de la posición dominante y compran la panela a cifras irrisorias. “Cada semana pagan menos por la panela y paralelamente los campesinos llevan menos mercado a la casa, pero no saben porque lo cierto es que con lo deprimido que está el negocio les resulta mejor regalar su producto”.

Lamentó que mientras las importaciones alimentan las ciudades, el campesino se muere de hambre y en medio de toda la violación de los derechos humanos. “Cual paz va a firmar el Presidente Santos si es que las Farc son una minoría de 8.000 bandidos sin ideología y dueños de una corporación de narcotráfico”.

Alfredo Cruz expresó su malestar porque dijo que no es justo que mientras el Gobierno se desvive por la guerrilla y los alimenta con langosta en Cuba, a los campesinos ni siquiera los atiende a sabiendas que sobreviven con agua masa.


Lo que hacía falta, cae consumo de aguadepanela

El representante de los paneleros dijo que es totalmente impresentable que el Gobierno de manera irresponsable permita la importación innecesaria de 400.000 toneladas de azúcar lo cual equivale casi al 50 por ciento de la oferta exportable azucarera. Estas aprobaciones, aseveró, golpean al sector panelero y le impactan su mercado tradicional en 35 por ciento porque la gente en la pobreza en que está y con el desempleo que tiene empezó a reemplazar la panela por el azúcar importado así sea de mal calidad y nocivo para la salud.

“No hay derecho que el neoliberalismo y el capitalismo salvaje este acabando hasta con la panela colombiana y lo más amargo es que los colombianos lo hayamos permitido. Tenemos que exigirle al Presidente Santos en aras del patriotismo que no importe un gramo de azúcar más porque está acabando con un producto autóctono y de las raíces de la nación. Lo cierto es que quizás no le duela el problema porque el funcionario, muy probablemente, no se ha tomado una taza de aguadepanela porque él se crio en Londres con te hindú”, dijo Cruz Velasco.


Lo del etanol es muy preocupante

El vocero de Dignidad Panelera, Alfredo Cruz afirmó que otro caso grave es el del etanol por cuanto la empresa Terpel con el beneplácito del Presidente de la República y del ministro de Minas importó hace un mes el equivalente a mes y medio de producción de los cinco ingenios azucareros.

Explicó que este escenario también resulta adverso para la panela porque si se importa alcohol carburante de Estados Unidos los ingenios se ven obligados a producir más azúcar lo cual con las importaciones autorizadas, bajan automáticamente el precio del endulzante condenando la panela a desaparecer. “Aquí si aplica el dicho que si al azúcar le va mal a la panela le va peor”.

Para el empresario, la triste realidad de los ingenios azucareros y de los productores de panela tiene su origen en un TLC mal negociado por el entonces Presidente, Álvaro Uribe Vélez porque ese convenio dejó muy mal parada la cañicultura colombiana, es decir azúcar, caña y panela porque ahora es viable importar alcohol carburante y jarabe de maíz en perjuicio de la industria nacional.

“Si yo le cuento todos los problemas del sector panelero lo cual involucra problemas fitosanitarios, deudas y líos de mercado abierto, muy seguramente usted se pone a llorar conmigo”, comentó.


Fincas en remate, pignoradas o en venta

El sector panelero no es ajeno a los inconvenientes de deudas y abuso de agiotistas que se quedan con las fincas.

Cruz Velazco dijo que fue grande su decepción cuando visitó la zona de ladera del Valle del Cauca que tiene 580 trapiches de minifundio. El vocero de Dignidad Panelera quien estuvo en El Cairo, Argelia y Versalles, que es una zona campesina muy hermosa y productora de café, panela y leche aseguró que en ese sector de la Colombia agraria, todos los campesinos y productores están quebrados y todas las fincas están listas para la venta. “Sobre este tema el Ministro de Comercio no respondió ni una pregunta en un debate que se hizo en el Congreso”.

El empresario sostuvo que en Colombia está haciendo curso un contra reforma agraria lo cual dista mucho de los discursos sociales, de inclusión y de restitución así como de todo lo que se negocia en la Habana. En su sentir eso lo demuestra el registro de importaciones que da cuenta que hoy se trae del exterior todo lo que el campesino lícitamente produce.

“A Colombia sí que le hace falta el expresidente, Carlos Lleras Restrepo para que le hubiese plantado el macho al Presidente Santos. A ese estadista le cabía el campo en la cabeza y toda la política social”, afirmó.

El representante de los paneleros no escondió su distancia con la política aperturista y aseguró que en Colombia está estrategia fue bien encarnada por Cesar Gaviria, Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos que se dedicaron a gobernar para el uno por ciento de la población dejando al 99 por ciento a las puertas de la ruina y por fuera del derecho constitucional.

Comentó que si bien hubo entidades eficientes permeadas por la corrupción como el INA y el Idema, lo cierto es que hubo un plan sistemático para acabar esos mecanismos desde los rincones del neoliberalismo.

Argumentó que la lucha que libra el campesinado es también una respuesta a la burocratización de los gremios creados para su defensa, pero que hoy son inoperantes y dejan de lado su estricta función.

Consideró que la crisis es tal en el agro que no hay un solo sector que se salve de la cruda realidad y por eso varios optaron por unir fuerzas y mostrarle al país agropecuario cuáles son sus verdaderos dolientes. Las protestas aclaró, son hechas por campesinos y empresarios más no por agitadores o guerrilleros, como se quiso presentar. “Yo soy godo de pura cepa y me preocupa la situación del campo y puntualmente la de mi sector panelero, pero eso no quiere decir que yo pertenezca a la izquierda o que sea de algún grupo terrorista”.


Uribe Vélez, mano firme y corazón grande para importar

“Esta pesadilla empezó en 1991 con la apertura económica de Cesar Gaviria, hubo una tregua con Samper que fue un Presidente de corte social y con Pastrana que frenó las importaciones innecesarias. La tragedia vuelve el siete de agosto de 2002 cuando en su criterio, el Presidente, Álvaro Uribe Vélez traicionó al campesinado. Ese señor que se presentó como un candidato campesino vendió a los labriegos y lo cuestionable es que le faltó hombría para poner la cara y decirles de frente a los campesinos que los iba a traicionar”, argumentó.

Tan nefasto fue su mandato, dijo, que desde el primero de enero de 2003 Uribe Vélez se dedicó a importar todo lo que lícitamente produce el campesinado colombiano en contravía de la política de seguridad democrática porque todo eso era opuesto a la tesis de Álvaro Gómez Hurtado en el sentido que sin justicia, sin trabajo lícito en el campo y con hambre en el campo nunca habría paz en Colombia.

Cruz aseveró que la apertura económica de Gaviria entregó el 95 por ciento del agro y el cinco por ciento restante lo empezó a entregar el Presidente Uribe Vélez. Con Santos, apuntó, se importó el doble de lo que internó su antecesor lo que resulto un total desastre porque Colombia es autosuficiente y en muchas ocasiones hasta excedentario como es el caso del azúcar.

“A un país al que le sobran 800.000 toneladas de azúcar y 300.000 de panela no hay derecho que le estén importando azúcar porque no lo necesita y si por el contrario coadyuva con la quiebra de muchos y el hambre de casi todos en las zonas rurales”, concluyó.