Si bien, en Colombia y algunos otros países de Sudamérica no se contempla la posibilidad de acompañar una comida –almuerzo, cena o postres- con whisky, porque culturalmente este licor es usado para otro tipo de ocasiones, si se logra realizar la combinación perfecta, a diferencia de los que se piensa, se pueden encontrar nuevas experiencias que deleiten el paladar.
Para realizar un buen maridaje con whisky es necesario combinar las sensaciones que se encuentran en el licor, con comidas que aporten características similares a lo que se está bebiendo. Hay que tener en cuenta que para encontrar ese equilibrio, juega un papel fundamental las características de aroma, textura, olor y sabor entre ambos elementos.
Para John Scott, embajador del whisky Premium Glenfiddich, en Latinoamérica, “si se tienen en cuenta algunos tips el maridaje con este preciado licor resaltará sensaciones y experiencias únicas”. Algunas recomendaciones del experto son:
1. Si tenemos un whisky que nos refleja frescura al aroma, con un sabor dulce abierto y fresco al paladar y con un terminado largo, suave pero profundo, el maridaje ideal se logra al combinarlo con un ceviche, un tiradito de pescado peruano, un tartar de atún; elementos que nos reflejen ese aroma fresco, ese sabor abierto y que perduren en nuestro paladar sin ser empalagoso ni molestoso.
2. En el caso de un whisky más cálido, con niveles amaderados altos (mucha sensación de madera), de características intensas, muchas especies, canela, frutos secos, se debe maridar con una carne preparada al carbón o a la parrilla. Es recomendable usar salsas fuertes de mostaza, champiñones o especies de mucha intensidad. La idea es reflejar esas experiencias iniciales del whisky con la comida y así intensificar el resultado final al combinarlas.
3. El 15 viene del sistema Solera. 3 diferentes whiskies maduros de Glenfiddch son juntados en uno solo. Unos 15 años madurados en barricas europeas (jerez), unos 15 años madurado en barricas americanas (bourbon) y parte de este whisky luego se lo termina en barricas americanas de primer uso. La barrica europea aporta con sabores a pasas, la barrica de bourbon usada con notas especiadas y la nueva barrica trae el sabor a miel. Un créeme brûlée es el maridaje perfecto, otra opción son cascaras de naranja recubiertas en chocolate amargo. Es un whisky perfecto para degustarlo como postre.
Con estas recomendaciones que son muy fáciles de seguir, y que crearán nuevas alternativas para disfrutar de un vaso de whisky, este licor evoluciona y se convierte en una opción para disfrutar en una cena con la pareja, un almuerzo con amigos o simplemente como bajativo para resaltar los sabores de un postre.