El magnate se quedó con Hawaii, Michigan y Mississippi y va por más.
En Hawaii obtuvo el 43% de los votos, en Michigan el 37% , en Mississippi el 47% y en lo que va corrido de la elección suma 447 de los 1237 delegados necesario para ganar la nominación por el partido republicano y competir así por la presidencia número 45 de Estados Unidos.
“Ganar, ganar y ganar, de esto se trata” dijo Trump a uno de los periodistas que le preguntó durante su ya acostumbrada rueda de prensa: “unificaré el partido e iré por Clinton -la candidata que lidera las votaciones en el partido demócrata-. Créanme, aún no he comenzado con ella (…) al ‘pequeño Marco’ le digo: es mejor salir de la competencia (…) me muero de ganas por competir de tú a tú con el gran mentiroso –se refería Trump a Ted Cruz, el senador por Texas, que ganó en Idaho-”.
Por su parte, Ted Cruz, reivindicó su victoria y continuó en su empeño de convencer a sus rivales de dejar la competencia y unirse a él, para “así, de una vez por todas, enfrentar en bloque al Trump, un republicano falso”.
En todo caso la cosa no está nada fácil para el texano y mucho menos para ‘el pequeño Marco’ –como le bautizó Trump a su rival-, porque lo que sigue es candela: Florida, donde Trump lidera las encuestas. Ohio, donde Kasich aparece como ganador, pero apenas con un estrecho margen remontable por el magnate. Missouri, Illinois y Carolina del norte, donde las predicciones son mixtas.
Amanecerá y veremos, pero con lo visto hasta ahora, muy seguramente Trump vuelva a ‘patear los traseros de sus rivales’, entre ellos, el de Cruz, el de Rubio, el de Kasich, pero por sobre todo, el de los directivos del partido GOP que cada vez odian más a Trump y se oponen vigorosamente a su candidatura.