Ambos perdieron las votaciones en Wisconsin y ahora esperan con preocupación el resto de las primarias.
Donald apenas si obtuvo 35.1% y perdió por más de 13 puntos porcentuales con Ted Cruz, senador por Texas y candidato del GOP (directivos del partido). Hillary obtuvo un 43% de los sufragios y perdió por más de 130 mil votos contra Bernie Sanders; el candidato de los jóvenes.
“La gente se está aglutinando a nuestro alrededor y ganaremos esta elección”, dijo Cruz frente a cientos de sus seguidores y luego “con una risa socarrona como la que usa cuando dice mentiras” –según Trump- agregó: “restableceremos los principios conservadores, acabaremos con el sistema de salud de Obama, bajaremos los impuestos a las corporaciones y haremos crecer a USA”
Y si las cosas siguen como van, nada raro que el texano resulte ser el nominado por su partido para competir por la presidencia de Estados Unidos y todo porque el sistema electoral de los republicanos permite elegir a cualquier persona si es que algún candidato no gana la mayoría de los votos en las primarias.
No obstante, parece ser bien difícil que el nominado republicano gane las elecciones en Noviembre pues el partido quedará muy fraccionado, si Trump vence se ve poco probable que los seguidores de Cruz o de Kasich lo acompañen en las urnas y si pierde se ve bien difícil que sus electores acompañen a otro candidato.
Hillary, por su parte, perdió la quinta primaria en serie y esta vez la caída parece ser la tendencia. Sin embargo, sus delegados y súper-delegados le dan aún una sólida ventaja.
“No cederemos y vamos a intensificar el paso – dijo en Wyoming Sanders quien obtuvo el 56,4% de los votos en Wisconsin- y si ustedes nos apoyan el próximo sábado daremos un mensaje claro a los súper-delegados para que cambien su voto y nos acompañen a nosotros”
Algo improbable pues la Clinton maneja como una tienda de barrio el partido demócrata y los súper-delegados avisaron que pase lo que pase, sea escogida o no por el votante primario, votaran por la Clinton. Actitud que demuestra lo que Sanders denuncia todos los días “que el sistema electoral norteamericano es poco democrático, tiene vicios profundos y está al servicio de los poderosos”
Sanders, en todo caso, ya cumplió y le dio al mundo decente una nueva esperanza: la de que todavía hay políticos decentes y serios que procuran el bien común antes que aumentar el tamaño de sus billeteras o el filo de sus cuchillos. En todo caso, sea cual sea el resultado final estas votaciones en Wisconsin dejaron claro que no son tan imbatibles Trump y Hillary y que si de algo pueden estar seguros los americanos es que los votos que quedan serán peleados uno a uno y que ningún votante se dará por perdido.