Las primarias norteamericanas para decidir candidatos de los partidos republicano y demócrata a la presidencia de Estados Unidos entraron en su recta definitiva y, por ahora, Donald J Trump y Hillary Rodham Clinton son los ganadores.
Por el lado republicano
De los 641 delegados en disputa este súper-martes entre los republicanos Trump ganó cerca de 200, Ted Cruz obtuvo alrededor de 144 y Marco Rubio unos 75. Una jornada que aparte del resultado, previsto por las encuestas, dejó cuatro importantes cosas para analizar:
La primera es que Trump se consolida como el posible nominado del partido al ganar siete de los doce estados en disputa, completando así el sorprendente número de once estados ganados. Y todo ello a pesar de la guerra que le han montado los directivos del partido republicano (GOP).
La segunda es que Ted Cruz se fortalece como el único político que le puede pelear la candidatura a Trump, lo que aumenta significativamente la presión sobre los otros candidatos en la contienda para abandonar la disputa y unirse a él.
La tercera es que Marco Rubio se desinfló y apenas si logró un triunfo en el estado de Minnesota. Definitivamente el senador no está teniendo sus mejores días, incluso en la Florida, su estado natal y por el que fue electo senador, va perdiendo la pelea en las encuestas por más de 20 puntos porcentuales y ahora hasta sus más fieles seguidores comienzan a avizorar nubes negras en el horizonte.
La cuarta y que no sucedió este súper-martes, pero que, sin duda, se acelerará en la siguiente semana, es la guerra por los donantes que hasta ahora permanecen indecisos, especialmente los que estaban con Jeb Bush y que, en su mayoría, son afines al GOP.
Movimientos significativos se observaron en algunos de los líderes del super-pack, grupo de grandes donantes que financia normalmente las candidaturas ‘gringas’ y que, luego, se encarga de hacer presión en el gobierno elegido para que sus intereses sean tenidos en cuenta en la legislación, especialmente aquellos relacionados con la baja de impuestos y excepciones tributarias para los billonarios en general.
Los candidatos republicanos y sus discursos:
Trump improvisó una rueda de prensa a la manera de un partido de fútbol, algo inédito en la historia de las primarias. Además, Ubicó a Chris Christie, gobernador de New Jersey y hasta hace un par de semanas candidato republicano contrario, como telón de fondo y, luego, aprovechó para continuar con su habitual parloteo:” habrá muro, los mexicanos pagarán por ése, habrá rebaja de impuestos, los latinos me aman… todo los políticos no hacen nada, menos Chris –claro-…”
La cosa fue tan fea que por varios minutos la imagen del gobernador de New Jersey ensimismado y tal vez pensando ‘¿Qué diablos estoy haciendo aquí?’ fue la tendencia mundial en twitter. Bueno, por lo menos en esta ‘rueda de prensa’ no sacaron a los negros del recinto como sí sucedió horas antes en uno de los multitudinarios eventos de Trump.
Ted Cruz llamó la atención a los votantes y les pidió a los otros candidatos abandonar sus candidaturas y unirse a la suya para de una vez por todas dividir al partido entre los que adoran y los que odian a Trump: “nosotros hemos ganado 1, 2 y 3 veces –se refiere el senador a su triunfo en Iowa, Texas y Oklahoma sin incluir Alaska, donde también ganó, pero que para el momento del discurso no había entregado resultados-, somos la única opción que puede derrotar a Trump”. Algo difícil de creer, por lo menos a estas alturas de la contienda, en la que todavía una gran parte del partido se resiste a su estilo autoritario, peor aún, a su forma de proceder.
Marco Rubio, lució como pollo recién bañado; lacónico y sin fuerzas, pero aun así incitó a sus seguidores a no perder la fe y seguir adelante en la campaña. No obstante, advirtió: “el sueño de un mejor futuro está en peligro”
Ben Carson y John Kasich…¿quiénes son esos tipos?
Por el lado demócrata
Hillary completó 1001 y Berni Sanders 371de los 2383 delegados y súper-delegados necesarios para ganar la nominación. Un resultado también previsto en las encuestas electorales.
Para la Exsecretaria de Estado fue una gran noche, no sólo porque ganó en primarias claves como la de Texas y la de Georgia, sino y, además, porque lo hizo en estados donde en 2008, su anterior intentó, había perdido contra Barack Obama. Y todo parece confirmar que, por fin, la Exsenadora será la nominada por su partido para disputar la presidencia de los Estados Unidos y porque no ser la primera mujer presidente en ese país.
Bernie Sanders no lo hizo nada mal; de hecho ganó cuatro estados, entre esos Vermont, su estado local, -y donde la gente conoce de su talento y seriedad-, por más de 70 puntos de ventaja. Infelizmente, para el candidato que denuncia con razón al “corrupto sistema electoral americano que privilegia la voz de los ricos que tienen para financiar las campañas” las cosas no son fáciles pues carece de las maquinarias electorales que le sobran a su rival, y eso en política, sea donde sea, termina por pasar la factura. En todo caso los jóvenes le siguen brindando su apoyo y el entusiasmo por su mensaje crece cada día en redes sociales, incluso entre las minorías; latinos y negros donde Sanders hasta ahora no es tan popular.
Los candidatos demócratas y sus discursos:
Hillary, como es habitual, felicitó a su rival y se concentró, como si ya fuera la candidata elegida, en atacar a Trump: “Estados Unidos no necesita ser grande otra vez, porque, en realidad, jamás dejó de ser grande. Pero lo que si tenemos es que reconstruir ciertas cosas (…) no perseguir a los buenos empresarios, pero si llamar al orden a aquellos que se aprovechen, que usen nuestros impuestos, y, sin embargo, dañen el ambiente, traten mal a sus empleados y se lleven los puestos de trabajo a otro lugar. Sonará extraño pero les voy a pedir creer en el amor y la amabilidad, en lugar de pensar en construir muros que nos separen. El otro lado – refiriéndose al partido republicanos- se ha dedicado a dividirnos, a hacernos enfrentar, pero mis queridos amigos todos estamos en esto, todos somos parte de este país”
Bernie agradeció a los votantes y se comprometió a seguir en la lucha. Arreció sus críticas contra los banqueros de Wall-Street a los que acusó de manipular al gobierno y actuar en contra de los ciudadanos americanos y ánimo a sus votantes a no claudicar.
En síntesis y si tuviéramos que resumir en pocas palabras lo que aconteció este 1 de marzo de 2016 en las primarias ‘gringas’ podríamos decir que Donald Trump y Hillary Clinton se almorzaron a sus rivales y ahora esperan con un poco más de tranquilidad los casi 40 estados que faltan por votar.