Varias parejas de la comunidad LGBTI concurrieron a los juzgados de la carrera décima con calle 14 para formalizar su unión. La radicación de los documentos para la solicitud de matrimonio civil transcurrió como cualquier trámite judicial, todo amparado en la sentencia de la Corte Constitucional que determinó que hasta el 20 de junio del 2013, el Congreso de la República tenía plazo para crear una ley que les permitiera a las parejas del mismo sexo formalizar sus familias mediante contrato.
Muy temprano en la mañana Claudia Zea y Elizabeth Castillo, se prepararon para unirse en matrimonio. Con todos los documentos bajo el brazo, este par de mujeres llegaron al juzgado para radicar su solicitud. Con las manos llenas de flores, esta pareja solo pide tener los mismos derechos que los de cualquier pareja heterosexual, con la espera que “los jueces fallen en derecho” y se cumpla el sueño de comprometerse a través de un matrimonio civil.
Lo mismo ocurrió con varias parejas que se acercaron a los juzgados ubicados en el centro de Bogotá, como lo explicó la directora de la ONG Colombia Diversa, Marcela Sánchez: “tres parejas hicieron su solicitud de matrimonio. Luego deben esperar a qué juzgado le correspondió estudiar su solicitud y esperaremos que eso transcurra en las próximas semanas para tener las primeras sentencias de matrimonio o no, y si no, interpondremos las tutelas correspondientes”.
Ya son más de 14 países que reconocen en su ordenamiento jurídico que “casarse es el derecho de dos personas” sin importar su orientación sexual. Colombia espera sumarse a esa lista, gracias a la aplicación de la sentencia C-577de 2011. Por eso, el lineamiento de la comunidad gay es no aceptar figuras jurídicas distintas al matrimonio civil.
Sandra Rojas, por medio de un comunicado entregado durante la diligencia, resaltó el gran paso que el matrimonio igualitario está dando en Colombia. “Dimos un paso más en este camino en búsqueda de la igualdad. Hemos vivido este proceso con sus avances y sus frustraciones. Hemos visto como se permite, y se apoya en silencio, cuando somos insultados incluso por parte de quienes deberían defender los derechos de las minorías”.
Por su parte, una de las activistas más reconocidas a favor del matrimonio igualitario en Bogotá, la concejal Angélica Lozano, demostró su felicidad por empezar un nuevo capítulo de esta batalla interminable. “Es un día histórico, acompañamos a las primeras parejas que solicitan su matrimonio. Hay gran revuelo, incertidumbre, cuestionamientos, bulla, que sí se puede, que no se puede. La realidad es que somos ciudadanos plenos, pagamos los mismo impuestos, de modo que no nos comportamos como si fuéramos de segunda ¡Con orgullo vinimos a los juzgados!”.
La cabildante expresó su punto de vista respecto a varias voces, que desde la Procuraduría, intentan rechazar la idea de formalizar las uniones entre parejas del mismo sexo por considerar que la sentencia de la Corte tiene “muchos vacíos”: “la sentencia de la Corte hizo como la adivinanza: blanco es, gallina la pone, frito se come. Nunca mencionó la palabra matrimonio pero toda la descripción que hace corresponde únicamente al contrato civil de matrimonio. Corresponderá a los jueces interpretar. Si la respuesta es positiva celebraremos, en caso contrario, vía tutela, llegaremos a la Corte”.
Con un panorama más claro, el matrimonio igualitario abre varios debates jurídicos. La sentencia C-577de 2011 deja en manos de notarios y jueces usar la objeción de conciencia para concretar este contrato civil. En caso de no llevarlo a cabo, la comunidad tiene claro que no firmará nada diferente a matrimonio, ejerciendo su reclamo por medio de una tutela que llegará a la mesa de la Corte Constitucional.