Estamos a contados días para que los colombianos manifestemos nuestra preferencia frente a cuál es el mejor candidato, el cual nos gobernará por los próximos cuatro años y todavía no está claro quién es el más opcionado para ocupar el Palacio de Nariño.
En la arena política se encuentran presentes, el actual presidente Juan Manuel Santos con su fórmula vicepresidencial Germán Vargas Lleras por la Unidad Nacional; por el Partido del Polo, Clara López con Aida Avella; por el Partido Conservador Martha Lucia Ramirez y Carlos Alberto Gómez; Enrique Peñalosa e Isabel Segovia Ospina por la Alianza Verde y Óscar Iván Zuluaga y Carlos Holmes Trujillo por el Centro Democrático.
Si jugamos un poco a la futurología y nos basamos en las encuestas presidenciales, la contienda política sería entre la Unidad Nacional y el Partido Verde; dicha encuesta arroja que en segunda vuelta el gran ganador seria el precandidato Enrique Peñalosa.
En el dado caso de que esto se materialice ¿Qué pasaría? Resulta que extrapolando experiencias anteriores, el camino adelantado frente a la paz recibiría un freno absoluto, debido a que en este país impera políticas de gobierno más que políticas de Estado, con lo cual el nuevo personaje entrante deja de lado lo que haya adelantado su antecesor para darle forma a su visión, al mejor estilo de Descartes.
Por otra parte, en el dado caso en el que Peñalosa llegue a la presidencia, ¿Qué tan bien preparado está para tomar las riendas de un país? Sabiendo que se la pasa más en el extranjero que aquí.
Será que el haber sido alcalde en el periodo 98-2000 lo califica para enfrentar la responsabilidad de manejar un país.
El hecho de que lo haya realizado bien o mal no es un indicador suficiente para decir que será así en la Presidencia ya que este cargo requiere más experticia, sabiduría y cancha. Ya que las problemáticas que presenta el manejo de un país y más uno como el nuestro, presenta.
En esta medida en que se ha convertido la política sino en una fachada; seamos realistas, más de la mitad del país vota por un rostro conocido y no por una propuesta decente, si votamos por razones tan superficiales como esas, que clase de país tendremos, es más, eso que dice de nosotros mismos como sociedad. Si las cosas son así, cómo pretendemos tener un mejor país y un progreso para las futuras generaciones.
Por último, a lo que quiero llegar es a realizar un voto consciente y estudiado ya que estamos poniendo en juego y en manos ajenas el futuro de todo un país; si va a votar, vote de forma consciente, haga la tarea, sea metódico y responsable; ya que el ejercicio de prueba y error no es un buen método en términos de política.