¿Un mal gesto con el mejor amigo?

El presidente Santos se reunió con el candidato a la presidencia de Venezuela Henrique Capriles. En medio de un excelente momento en las relaciones diplomáticas con el gobierno de Hugo Chávez, marcado por el respaldo al diálogo con las Farc y gestos como la captura del ‘Loco’ Barrera, este encuentro será interpretado de muchas maneras.

La reunión fue propuesta por personas muy cercanas a Capriles. Santos no vio mayor inconveniente en aceptarla, sin embargo, dentro de su gabinete, especialmente desde la Cancillería, los reparos no se hicieron esperar. Tanto así que, entre las misiones diplomáticas, hubo un cruce de comunicaciones antes de que el Presidente aceptara el encuentro.

Tras los diálogos entre las carteras de relaciones exteriores, fuentes palaciegas confirmaron a Confidencial Colombia que hubo una conversación telefónica entre Juan Manuel Santos y Hugo Chávez en la que este último aceptó la reunión. Incluso, a partir de esa charla, se habría determinado que no habría mayor “aspaviento” tras el encuentro con Capriles.

Es innegable que las relaciones bilaterales están en un buen momento y, sobre todo, que son necesarias para el éxito de Santos en materia de seguridad y paz. Así lo demuestran las capturas del narco-paramilitar conocido como ‘El Loco’ Barrera y del guerrillero, presunto responsable del atentado fallido contra la Dirección de la Policía, alias ‘El Cojo’. A tal punto que las autoridades venezolanas permitieron la participación de agencias de seguridad estadounidenses en la operación que terminó con la captura de Barrera.

La permanencia de Chávez en el Palacio de Miraflores le daría a Santos la opción de mantener una llave recurrente en su apuesta de los diálogos con la guerrilla. Muchos afirman que una llamada del líder de la Revolución Bolivariana a los negociadores de las Farc puede ser más que funcional para destrabar unas negociaciones que desde el comienzo se prevén difíciles. Por el contrario, si Capriles llega al poder, las negociaciones perderían una ficha clave.

A tres semanas de las elecciones en el país vecino y con “el mejor amigo” en plena campaña, una reunión con su contendor puede significar una avería en unas relaciones que ya atravesaron la etapa de la cordialidad diplomática para pasar a ser una cooperación franca y, aparentemente, irrestricta.

Pero esa interpretación no supera la “astucia” de Santos. En las últimas semanas toma más fuerza en Venezuela la idea de que Capriles puede superar al candidato-Presidente el próximo ocho de octubre. Si esto llegara a pasar la postura “neutral” del presidente colombiano sería beneficiosa para Colombia, sobre todo, en materia económica. Desde hace una década, muchos inversionistas venezolanos han llegado al país, la mayoría de ellos antichavistas y simpatizantes de Capriles. Fomentar sus inversiones en Colombia es importante.

Además, si se llega a dar una victoria de Capriles, Santos debe mantener lo que se ha avanzado en cooperación policiva y judicial. Por lo tanto, declarar un irrestricto apoyo para Chávez, podría hacer tortuosa la transición con el nuevo poder en Venezuela.

Santos ha sacado de nuevo su faceta de jugador de póker. Con esta reunión se asegura un vecino cordial en caso de que gane Capriles. El aval de Chávez al encuentro, y el hecho de que haya sido consultado antes, mantienen el ritmo que su relación llevaba hasta hoy. Con cara o con sello, el Presidente sale ganando.