En el norte del departamento del Cauca, en el municipio de Corinto, cerca de 5 mil indígenas están siendo desalojados por parte de la fuerza pública en medio de lo que ellos llaman la “Minga por la Liberación de la Madre Tierra”. Cuatro representantes de las comunidades Nasa del norte del Cauca hablaron con Confidencial Colombia sobre la situación y el llamado al Gobierno Nacional para alcanzar una salida negociada al conflicto.
Luz Eida Julicué Consejera Mayor de ACIN (Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca), Manuel José Lis gobernador indígena del cabildo de Corinto, Hector Fabio Dicué consejero mayor Nasa y José Pilcué dirigente de la Guardia Indígena en diálogo con Confidencial Colombia hablaron sobre la crítica y delicada situación que se vive en el norte del departamento del Cauca.
Como lo cuenta Lis, desde hace tres meses se viene adelantando una minga de liberación de la Madre Tierra en la que se ha ido adelantando la ocupación de territorios que fueron ancestrales y que se encuentran en manos de grandes ingenios azucareros. Lo llamativo, como lo cuenta el gobernador indígena, es que desde hace tres días la fuerza pública comenzó el desalojo a pesar de que desde hace tres meses la acción comenzó. Durante esos tres mese el Gobierno Nacional ha enviado delegados, sin poder decisorio, para pedirles que se retiren de las fincas ocupadas.
Por el momento hay cerca de dos mil indígenas en la finca Quebrada Seca del municipio de Corinto. Como lo cuenta el gobernador indígena se espera que en los próximos días se sumen cinco mil indígenas más a las ocupaciones de las tierras que los líderes espirituales de sus comunidades les han inculcado que son territorios ancestrales. El conflicto por ese territorio lo resumen diciendo que “un Nasa sin tierra no es un Nasa”.
Los enfrentamientos entre la fuerza pública y los indígenas ha sido una historia que se repite en el tiempo; indígenas armados de piedras y hondas contra gases lacrimógenos, bombas de aturdimiento y desde el pasado jueves 26 de febrero, disparos de armas de fuego que ya han dejado, al menos un herido remitido al hospital departamental de Cali.
Esta delicada situación de derechos humanos puede agravarse debido a que como lo afirman los representantes Nasa, ellos no se retirarán de la zona hasta tanto no haya un diálogo real entre el Gobierno Nacional y los indígenas.
Lo que motiva esta minga de liberación es, como lo señalan Julicué y Dicué, la necesidad de tierras para las comunidades que han estado asentadas en la zona desde tiempos inmemoriales. El consejero mayor Nasa, Hector Fabio Dicué, afirma que si bien las comunidades indígenas del país poseen el 33% de las tierras colombianas, las tierras con vocación cultivable son mínimas. Para el caso concreto del norte del Cauca, la mayor parte de las tierras de resguardo se encuentran en pendientes de más de 5 o 6 % de inclinación. Por su parte los ingenios azucareros tienen las tierras planas, cultivables.
Otro de los problemas serios a los que se enfrentan las comunidades indígenas es al hecho de que cada vez más deben subir hacia las zonas de páramo que no son cultivables y en las que mucha partes están contempladas como zonas de explotación minera. Esto supone, como lo señalan los dos consejeros mayores, un riesgo mayúsculo para las cuencas de agua de las que se nutren los mismos cañaduzales de los grandes ingenios.
Además, coinciden en señalar los cuatro indígenas representantes de las comunidades Nasa del Cauca, que ellos no esperan que les regalen las tierras que están reclamando. Incluso, ofrecen comprar las cerca de 1500 hectáreas con dineros que las comunidades tienen ahorrados en el Ministerio de Hacienda.
El crecimiento de los cultivos ilícitos, los cañaduzales en tierras cultivables y la minería son los grandes enemigos de la supervivencia de estas comunidades en el territorio. Ante esta situación acuciante, las comunidades indígenas del norte del Cauca afirman que no se sienten representadas en las negociaciones entre el Gobierno Nacional y las Farc en la mesa de diálogo de La Habana. Dicué señala que el deseo de establecer una Zona de Reserva Campesina en el área que comprende Corinto, Caloto y Miranda, debe ser concertado con las comunidades indígenas para que se pueda llegar a una armonización de las pretensiones sobre el territorio de los diferentes actores de esta figura de Zona de Reserva Campesina.
Mientras que en los hospitales y centros de salud de Cali y Corinto se habla de una alerta roja por cuenta del número de heridos que puede aumentar en las próximas horas, la Policía Nacional reportó una presunta emboscada de una cuadrilla de las Farc a un grupo de policías del Esmad y por esa razón se contempla la militarización de esa zona y el desalojo inmediato por razones de seguridad.
Los cuatro representantes de las comunidades indígenas del norte del Cauca son claros en señalar que si “el Gobierno Nacional tiene voluntad de diálogo con las Farc, debería tenerla con los indígenas del Cauca siempre y cuando retire al Esmad y al ejército de la zona ocupada.