“Un país dividido no lleva a ninguna parte”

El director del periódico El Espectador, Fidel Cano Correa, lleva a cuestas la responsabilidad de mantener a flote un medio de comunicación que ha marcado la historia de este país. En su percepción, el resultado del concurso ‘El Gran Colombiano’, demuestra la polarización en la que está sumida Colombia.

En los últimos días el periódico El Espectador ha sido blanco de críticas tras haber hecho parte de una apuesta con el canal internacional History, de llevar a cabo en Colombia el concurso ‘El Gran Colombiano’, cuyo ganador fue el ex presidente Álvaro Uribe Vélez con el 30,3 por ciento de la votación y por encima de personajes de la historia como Antonio Nariño, Gabriel García Márquez y Jaime Garzón.

Sin embargo, el resultado dejó descontento a más de medio país, incluyendo al propio medio impreso y por ello en el editorial del lunes 24 de junio sentaron su posición al no estar de acuerdo con el resultado final.

El debate se centró específicamente en las redes sociales y por esa misma vía, el periódico y su director, Fidel Cano, han recibido todo tipo de insultos y atropellos por parte de quienes votaron y escogieron a Uribe como ‘El Gran Colombiano’.

Confidencial Colombia entrevistó a Cano sobre ese y otros temas para conocer su posición frente a la coyuntura actual que vive el país, ya que quedó demostrado con el concurso que la polarización cada vez es más grande, no solo por los amores y odios que puede despertar el ex mandatario, sino porque están de por medio el proceso de paz con las Farc, las elecciones de 2014, la reelección del Presidente Juan Manuel Santos y el futuro del periodismo colombiano.



Confidencial Colombia: ¿Con el editorial sobre ‘El Gran Colombiano’ se puede decir que se arrepintieron de haber hecho parte de ese concurso?


Fidel Cano: Nosotros no estamos arrepentidos de haber participado en ‘El Gran Colombiano’. Nos parece que el formato es interesante, suscitó una reflexión importante para el país. Tuvimos varios debates en muchas universidades alrededor del país, que eso es lo más valioso. Pero aunque aceptamos el resultado, podemos perfectamente no estar de acuerdo con que ese debió haber sido. Y eso es lo que nos pareció justo decirle a los lectores, que habíamos acompañado el proceso, que estuvimos promocionándolo y seguimos promocionándolo, informamos quien había ganado, pero que en nuestra opinión había otros colombianos que representaban mejor lo que debía ser ‘el Gran Colombiano’.

Un poco el editorial eso era lo que planteaba, que hay que pensar que el concurso es un formato que funciona así, que tiene un poco de ‘farandulización’ de la historia y que no pretendía más que eso. Por lo tanto el resultado debe entenderse como eso, como una cosa muy movida entre las redes, muy movida por la actualidad, muy movida por activistas dentro de las redes, pero eso no quiere decir que sea nuestra historia.


C.C: Les cayó el ‘uribismo’ encima


F.C: Pues yo entiendo que no les guste una opinión de El Espectador, y ellos tienen todo su derecho de expresarlo en las redes o donde quieran expresarlo. Nosotros simplemente fijamos nuestra posición, y esas no son producto de las encuestas sino de lo que pensamos y de lo que consideramos que es mejor para el país.


C.C: ¿Volverían a hacer otro concurso?


F.C: Si. De hecho hemos estado hablando con History Channel, porque están muy complacidos por el resultado que hubo en este concurso, para ver qué otro tipo de alianzas podemos hacer en el futuro.


C.C: ¿Le haría una entrevista a Álvaro Uribe por ser el ‘Gran Colombiano’?


F.C: Si claro, está pedida la entrevista desde que era Presidente de la República y no ha querido dársela al Espectador. A Uribe no le gusta darle entrevistas a los medios grandes, por lo general habla con radios locales, últimamente ha salido en la radio ampliada, pero a nosotros no nos ha querido dar entrevista y no sé qué razones tendrá.


C.C: ¿Qué reflexiones deja este ejercicio? ¿Qué está pasando con la historia del país, con los medios de comunicación y con la redes sociales?


F.C: ¿Que la gente se vaya a quedar simplemente en lo que circula en las redes, en la espontaneidad y en los análisis de 140 caracteres? Realmente no creo y no sería tan fatalista. Las redes cumplen una función de socialización que hoy se da a la vista de todo el mundo, pero que antes posiblemente se daba en otros sitios, pero eso no quiere decir que esa sea la realidad de este país. Por supuesto en las redes se mueven todo tipo de emociones y de acciones inmediatas, incluso percepciones que se van volviendo verdad pero que rápidamente se corrigen. A las redes le veo todo positivo y no creo que la gente medianamente pensante vaya a creer que la historia se decide en las redes sociales.


El país está dividido y eso no lleva a ninguna parte.


C.C: Esto ayuda a ver una realidad sobre la polarización del país. ¿Cómo ve el rumbo?


F.C: Realmente esa elección del ‘Gran Colombiano’ deja una profunda reflexión en ese sentido: la polarización. Hemos escogido a un personaje que por su puesto tiene un puesto en la historia, pero que nos desune a los colombianos. Que es realmente imagen de la polarización en que vivimos. De no resistirnos el uno al otro, de no respetar las opiniones de unos y de otros. La virulencia con la que me han caído por el editorial muestra un poco eso, era simplemente el planteamiento de una opinión, no estábamos desconociendo el resultado ni mucho menos, y bueno, me han dicho hasta aliado y representante de las Farc, cosas de ese tipo que al final no producen nada bueno. Somos gente de bien que pensamos en un mejor país y nos estamos insultando todo el tiempo.

¿Qué significa todo eso? Pues que esta sociedad está en peligro de una disolución en los principios básicos que mantienen esta sociedad. Nos vamos a quedar en el eterno presente, tratando de ganar una batalla inmediata olvidándonos de, tanto del pasado con el que formamos esta nación, como del futuro que nos espera.

Creo que es el momento de hacer una pausa y reflexionar un poquito más allá de esa polarización, porque nadie va a ganar. Quienes están de un lado y quienes están del otro con esa agresividad, simplemente se van a quedar convencidos de lo que han pensado y nunca van a derrotar al otro. De manera que creo que ojalá pudiéramos encontrar un acuerdo sobre lo fundamental, como diría Álvaro Gómez, sobre puntos esenciales donde podamos encontrarnos quienes pensamos diferente.


Los medios y el proceso de paz con las Farc


C.C: ¿Qué es lo que más ha polarizado al país: la pelea Uribe-Santos o el proceso de paz?


F.C: Todo está relacionado, pero finalmente son quienes pelean por sus intereses propios y políticos, quienes agitan la polarización. Quienes saben que en esa polarización tienen mayor éxito, quienes realmente están pensando individualmente y no nos dejan pensar exactamente en propósitos comunes.

Uno puede ser crítico del proceso de paz, plantear cosas que se podrían hacer de una manera diferente, pero ya tratar de torpedear un proceso simplemente por no verlo madurar, pues eso si es bastante mezquino y no tiene sentido para el futuro del país.


C.C: ¿Los diálogos de la Habana son uno en los medios y otro en la mesa de negociación?


F.C: A mí me parece lógico que si uno entra en un proceso de paz, pues se abra una ventana para escuchar a la contraparte, para saber qué es lo que están pensando, me parece que eso es valioso y de alguna manera, adelanta a lo que podría ser una participación en política sin armas de estos grupos.

Pero evidentemente parece que se está ‘saliendo de madre’ el ambiente alrededor de la mesa en este momento. Las razones no las conocemos muy bien, por el hermetismo que se ha manejado sobre lo que pasa adentro en la mesa. De parte del gobierno pues si ha sido bastante errático en el tema de la comunicación.

Primero todo el hermetismo, después comenzaron a hablar, después comenzaron a reaccionar a todo lo que dice las Farc. No hay una claridad en la estrategia mediática, posiblemente porque la guerrilla la va cambiando y va poniendo en situación incómoda al gobierno.

Sin embargo, creo que es el momento de que en la mesa vuelvan a barajar esas reglas, por lo menos de la información. Si vamos a ser herméticos, seremos herméticos. Si vamos a hablar, entonces vamos a hablar todos y el gobierno a partir de ese acuerdo en paralelo a lo que vayan negociando, definir una estrategia de comunicación más estructurada.


C.C: ¿Se ve cercana la firma del acuerdo de paz?


F.C: Creo que a pesar de todos los contratiempos de los últimos días, las condiciones básicas de porqué terminaron sentados negociando si siguen vivas y claras. Para las Farc es cada vez más claro que el paso a la actividad legal es su única salida. El gobierno creo que también entiende o los colombianos en general, a pesar de las críticas que haya, entendemos que la aspiración de vivir en un país sin esa parte política de una guerrilla, pues es un avance muy grande para el desarrollo del país y que para eso vale la pena hacer ciertos sacrificios.

Creo que esos esenciales todavía están ahí y sería muy lamentable que se rompieran por esta cosa de mostrarse los dientes y de las Farc al tratar de ganar espacios políticos, que considero movimientos lógicos, pero que obviamente afectan mucho la mesa.

¿Quién podía esperar a que las Farc simplemente asistieron a rendirse y nada más? O ¿que vayan a hacer una negociación y no le vayan a vender a sus eventuales seguidores en la política unas ideas que van a defender ya en la legalidad? Cosas de ese tipo. De manera que considero que el proceso todavía sigue vigente y todavía guardo el optimismo de que se va a llegar a un acuerdo de paz.


C.C: ¿Cómo se deben preparar los medios de comunicación para cubrir el postconflicto?


F.C: Eso va a ser un proceso muy interesante, que dejemos de estar tan concentrados en esos temas de conflicto para empezar a abrir los espacios para diferentes movimientos sociales o lo que pueda representar ese país del postconflicto, que tiene que pasar también por ese alivio de la polarización de la hablábamos al comienzo, por encontrar esos puntos comunes donde podamos convivir, tener opiniones diferentes, poder expresarlas sin que eso sea un pecado mortal. Pero evidentemente eso va a ser un proceso de adaptación del periodismo, después de tantos años concentrados en la confrontación.

El reto para el Estado es como van a enfrentar eso, teniendo como referente la experiencia de lo que fue la desmovilización del paramilitarismo, que sin embargo, también quitó parte de la violencia porque salió mucha gente y muchas armas de la guerra por ese proceso, eso es innegable. Lo que pasa es que la criminalidad creció y el Estado no estaba preparado para enfrentar esa criminalidad. Apenas ahora están combatiéndose de manera efectiva las Bacrim, eso ojalá no vaya a pasar con las Farc, que el Estado no se vaya a dejar tomar ventaja en ese sentido. Y los periodistas tenemos que seguir haciendo nuestro trabajo, obviamente investigando y mostrando esos procesos en las regiones cómo se van a ir dando, para de alguna manera poder ayudar al Estado a que pueda enfrentarlos mejor.


Política


C.C: La reelección y la temprana campaña política


F.C: No tengo duda de que si el Presidente Juan Manuel Santos se lanza a la reelección, la ganará fácilmente. Personalmente no concibo que un Presidente en ejercicio que vaya a la reelección vaya a perder en Colombia, tendría que ser demasiado negativa su percepción en la gente para que no lo elijan y me parece imposible.

Todavía está en el aire la pregunta de si va o no a reelegirse, pero si considero lamentable que esté el proceso de paz metido ahí dentro de las elecciones. Eso lo vicia todo, incluido el proceso de paz. Es muy nocivo para el mismo, que el eje de las elecciones vaya a estar en ese tema cuando la mesa siga abierta, y obviamente si, el gobierno trata de afanar para sacarlo rápido, pero estando ese ambiente electoral va a ser muy difícil y tampoco es deseable que un proceso de paz se haga a las carreras, porque hay unos acuerdos iniciales, pero los temas son gruesos como para irlos solucionando a las carreras.

Que va a haber una fuerza uribista, pues por supuesto, es lógico y es deseable que esté claro un programa de derecha estructurado alrededor el ex presidente Uribe y su derecha, porque él no puede ser el candidato. Y lo que se espera es, que se pueda dar un debate pacífico y tranquilo, que podamos ser enemigos en lo que pensamos y nada más.