Una de las personas que mejor conoce a Enrique Peñalosa y que lo acompaño desde el Concejo de Bogotá en su periplo en la Alcaldía, así como jefe de debate en la fallida campaña para volver al Palacio de Liévano, es Alfonso Prada. El actual vocero de la campaña por la reelección de Santos en Bogotá habló con Confidencial Colombia sobre su cercanía con Peñalosa estando en las huestes de la Unidad Nacional, el compromiso con el proyecto de paz del presidente-candidato y la Alianza Verde Progresista.
Confidencial Colombia: ¿Por qué un reconocido peñalosista no adhirió a la primera vez que su líder de muchos años tiene la oportunidad de ser presidente?
Alfonso Prada: Me retiré por completo de ese proyecto de la Alianza Verde mucho antes que Peñalosa llegara a ser candidato presidencial. Hace tres años el Partido verde ingresó a la Unidad Nacional con el ánimo de apoyar al presidente Santos en la búsqueda de la paz. Hoy creo que es un error histórico imperdonable dejar de apoyar al presidente cuando el proceso de paz está a punto de concretarse. Hemos avanzado lo sustancialmente para pensar que efectivamente este camino está trazado. Tengo un enorme compromiso por encima de todo con el país, más que con Juan Manuel Santos mismo, y creo, desde el alma, que lo correcto es apoyar al presidente Santos para que culmine la labor para el cual hace tres años los ‘verdes’ comenzamos a apoyarlo.
Yo no soy los que abandonan el barco a mitad del camino. No estoy abandonando a Peñalosa, eso no ha empezado. Cuando él llegó yo ya había salido. Ahora, sigo militando en la causa verde, pero no acepté nunca ingresar a la Alianza Verde con Petro y de esa alianza es que sale la candidatura de Enrique Peñalosa. A mí no me interesa militar en una bancada de congresistas junto con los aliados del exalcalde Petro, mucho menos que en el Congreso de la Alianza Verde Progresista definieron como programa oficial a “Bogotá Humana” y como alcalde de la colectividad a Gustavo Petro para la defensa frente a una eventual revocatoria. Ese no es mi ‘cuento’, no es lo que he trabajado en 20 años por Bogotá, de tal manera que a mí me cambiaron completamente la ruta del partido y por eso no seguí ahí. El proceso muchos meses después fue el de la consulta y el de Peñalosa a la presidencia, pero eso ya es algo de lo que yo no hice parte ni me estoy retirando de él porque nunca me sumé.
C.C.: ¿Al afirmar que solo militaría con verdes de la Paz, quiere decir que la actual Alianza Verde no está comprometida con los diálogos de La Habana?
A.P.: Es fundamental no dudar en algo: quien diseñó, armó, ha llevado adelante, ha liderado y puede sacar el proceso de paz adelante es el presidente Santos. Por eso creo que cualquier agenda diferente que cambie esa ruta, podría dar al traste con lo que se está desarrollando en La Habana. En Colombia mucha gente quiere la paz, pero nadie tiene la capacidad que hoy tiene Juan Manuel Santos para lograr llevar a buen término ese proceso, por lo anteriormente mencionado. Cambiar la agenda a mitad de camino, es como cambiar el director técnico y el equipo entero a mitad de tiempo.
C.C.: ¿Qué les puede responder a varios críticos de esta disidencia ‘verde’ que los tilda de “mermelados”?
A.P.: Si mermelada es trabajar con presidente de la República para la búsqueda de la paz, me parece bien. De por sí no entiendo muy bien el concepto. Nosotros, le voy a hablar de nombres como Luis Eduardo Garzón; un exalcalde de Bogotá, hombre de izquierda; Luis Eladio Pérez, un mártir de la patria, siete años secuestrado que hoy es embajador. Ellos ingresaron al gobierno en representación del Partido Verde, lo único que hizo el presidente cuando se retira la Alianza Verde Progresista es ratificarlos por buenos funcionarios.
El término”mermelada” es una palabra satanizada como de clientelismo. Rechazo cualquier acusación en ese sentido. Que me digan exactamente dónde y con quién. Porque si clientelismo es que el verde hace tres años ingresó, con sus mejores líderes, apoyar el proceso de paz y el presidente lo ratifico, pues ese es el tipo de nombramientos que deberían siempre rodear a un gobernante. Son calidad, experiencia, seriedad; si yo fuese quien tuviese que nombrar a alguien en un gabinete nombraría a hombres como Lucho Garzón y Luis Eladio Pérez.
C.C.: ¿Qué de cierto tiene que lo que usted quiere es “liquidar” al Partido Verde para aliarlo con La U y Cambio Radical?
A.P.: Yo no hago parte de la Alianza Verde Progresista. No me interesa si se liquida o no. Yo hago parte de un nuevo proyecto de país, liderado por el presidente Santos. Estoy al frente de uno de los temas más complejos de la Unidad Nacional que es lograr ganar las elecciones Bogotá. No estoy metido en la Alianza Verde, ni me interesa liquidarla. Mejor dicho: mi proyecto de vida no está enfocado en ver cómo acabo los verdes, es más bien cómo orientar los verdes que como yo creímos en la Ola Verde y hace tres años nos convencimos con el proceso de paz, cómo ubicarlos para que apoyemos al presidente Santos en la búsqueda de un objetivo que todavía no hemos cumplido.
C.C.: ¿Cómo va la denuncia del Consejo de Control Ético de la Alianza Verde contra usted y varios miembros de esta colectividad por doble militancia?
A.P.: Primero, no he sido notificado del tema, solamente por lo que me dicen algunos periodistas: no conozco la situación. Segundo, si lo que dicen los medios es cierto, lo que procedieron hacer es intentar hacer una suspensión de la Alianza Verde, me suspende como militante. Si suspenderme la militancia, lo que significa prohibirme entrar a las reuniones y decisiones de Gustavo Petro sobre la Alcaldía, de elaborar las ternas, no poder ir a los congresos de los progresistas, ni a las reuniones de Petro con Clara López para armar frentes de izquierda con gente de la alianza; si prohibirme ser militante de la Alianza Verde, es evitarme tener que ir a construir un proyecto con la izquierda radical colombiana, les digo que dónde les firmo, que me declaro suspendido de inmediato, porque repito, no me interesa ir a las reuniones de la Alianza Verde Progresista.
C.C.: ¿Cómo califica, luego de pasadas las elecciones al Congreso y la de Presidente cerca, la alianza entre los verdes y los progresistas?
A.P.: Nosotros tenemos 102 congresistas y la Alianza Verde quedó con 5, equivale a no más del 5 por ciento de la realidad electoral colombiana, mientras que la Unidad Nacional queda con 47 senadores, es decir, con el 47 por ciento del Congreso de la República y con una alianza, que yo veo natural, con más de la mitad del Partido Conservador, yo diría por lo menos el 90 por ciento, que se mantienen en la Unidad Nacional, ellos no se han retirado y que estoy seguro muestran un gran afecto por el proyecto de paz del presidente Santos. Afirmaría que la Unidad Nacional estaría representando el 60 por ciento del Congreso y la Alianza Verde Progresista el 5. Ese es el resultado real de lo que pasó en las pasadas elecciones.
C.C.: ¿Ganaría por ambos flancos en una posible segunda vuelta entre Santos y Peñalosa?
A.P.: La gente que cree en esa posibilidad piensa con la lógica que seguramente ellos les gustarían para sus propias vidas. Aquí tengo solo una agenda. Tengo una amistad personal y admiración por Enrique Peñalosa. De mi boca jamás saldrá un improperio contra él. Es mi amigo y esa condición la ponemos a un lado, lo hemos hablando con él. Hoy hacemos parte de dos proyectos políticos diferentes, el que apoyo es claramente el que lidera Juan Manuel Santos y que me interesa que le vaya bien en las elecciones por el bien del país. Para que a mí me vaya bien, me dedicaría más bien a los negocios. Yo estoy pensando es en el país, no me estoy dedicando a mi vida personal ni privada, estoy entregado a la vida pública que es mi pasión.
Lo que hoy me mueve a mí a estar con el presidente es mi convicción íntima de que en este momento histórico él merece tener una oportunidad de jugar, como en los partidos de fútbol, un segundo tiempo. Cuando a un equipo le ha ido bien; como a nosotros en el tema de paz, en materia de generación de empleo, reducción de la pobreza, combatiendo a las bandas criminales, merece tener un segundo tiempo. No cambia el director técnico, no cambia la alineación. Vale la pena darle una segunda oportunidad al presidente para que termine de cumplir esos objetivos. Para los que hacen la crítica sobre que salgo ganando por ambos lados, no importa, lo que menos vale la pena es cómo le va a Alfonso Prada, es cómo le va al país y cuál es el proyecto que históricamente debemos apoyar.