Una búsqueda que nos concierne a todos

Por Alan Jara
Director de la Unidad para las Víctimas

Puede que no sea a propósito que la Semana Internacional del Detenido Desaparecido se conmemore en el mes de las madres, pero sí es una casualidad muy significativa. Por lo general, siempre que hay una persona desaparecida, hay una madre dispuesta a hacer lo que sea necesario para encontrarla, a no dejarse desanimar sin importar cuántas puertas encuentre cerradas.

Puede que no sea a propósito que la Semana Internacional del Detenido Desaparecido se conmemore en el mes de las madres, pero sí es una casualidad muy significativa. Por lo general, siempre que hay una persona desaparecida, hay una madre dispuesta a hacer lo que sea necesario para encontrarla, a no dejarse desanimar sin importar cuántas puertas encuentre cerradas.

Nuestra responsabilidad como Estado y como sociedad es que esto no suceda nunca más y que esa madre no tenga que estar sola en su búsqueda.

La desaparición forzada provoca un doble sufrimiento. Por un lado, el dolor físico de la víctima directa, incluida la tortura y la muerte; por otro, el que sufre su familia, que tiene que hacer frente al esfuerzo de los victimarios para que no quede huella de ella y a la indiferencia de quienes dicen: ‘algo malo habrá hecho’.

Todas las acciones que la Unidad para las Víctimas ha adelantado desde su creación, para acompañar y dar apoyo psicosocial a las víctimas de desaparición forzada, se han hecho bajo el entendido de que la reparación integral, en estos casos, no consiste solo en averiguar el paradero de una persona y entregar, eventualmente, sus restos a sus familiares.

Es mucho más que eso. Es la recuperación de su dignidad como persona, de su buen nombre, del lugar que ocupaba en la sociedad, es mostrar que su desaparición fue una pérdida para todos y que a todos nos importa saber qué pasó con ella. Es darle la oportunidad a sus seres queridos de expresar su duelo, conforme a sus propios ritos y creencias.

La implementación del acuerdo de paz entre el Gobierno y las Farc nos va a dar más herramientas para la búsqueda de los desaparecidos, mayor coordinación institucional entre las entidades que trabajan el tema y espacios para que esa verdad que ha sido esquiva, finalmente surja. Sin importar quién haya sido su victimario, cada desaparecido requiere el mayor esfuerzo de parte de todos para encontrarlo.

Que esta Semana Internacional del Detenido Desaparecido, que se extiende entre el 22 y el 31 de mayo, sea una oportunidad para reforzar nuestro compromiso de no olvidar a los desaparecidos, hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que esto no vuelva a ocurrir, y, al igual que sus madres valientes, no descansar hasta encontrarlos.