Una semana de negociación

Este lunes, el gobierno y las Farc cumplen siete días del inicio de las conversaciones para poner fin al conflicto armado en Colombia. La convocatoria al Foro denominado Política de Desarrollo Agrario Integral constituye el primer acuerdo de un diálogo que ha estado marcado por el silencio del gobierno y los golpes de opinión del grupo guerrillero.

Las cintas rojas puestas por el gobierno cubano en el espacio que divide el centro de convenciones y el hotel Palco en la ciudad de La Habana ha sido el escenario mediático de los diálogos de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Farc.

Por allí pasaron, todos los días y muy temprano los negociadores de ambas partes. Humberto de la Calle siempre encabezó la delegación que representa al gobierno nacional e ‘Iván Márquez’ hizo lo propio con los delegados que escogió el grupo guerrillero para negociar.

En este espacio, las Farc anunciaron el 19 de noviembre una propuesta de cese al fuego que durará hasta el 20 de enero del próximo años. En medio de una gran multitud de periodistas, señalaron esta iniciativa como su primer gesto de paz.

También fue en el lugar de las cintas rojas donde apareció por primera vez una figura impresa a tamaño natural del líder guerrillero Ricardo Palmera, conocido como ‘Simón Trinidad’. El día de la instalación de la mesa, un insurgente cargó la figura hasta el salón de diálogos y días más tarde Rodrigo Granda, otro negociador de las Farc, le pidió a Barack Obama que indulte al ideólogo. Ahí también estuvo presente esa simbólica figura.

Hasta el domingo, las protagonistas mediáticas del proceso de diálogo fueron las Farc. ‘Iván Márquez’ respondió preguntas a la prensa, las mujeres del grupo guerrillero denunciaron amenazas por parte del ejército a familias de subversivos y ‘Jesús Santrich’ señaló que las negociaciones avanzan “con buen ritmo y en buen camino”.

El gobierno, por su parte, ha pasado en silencio delante de los medios de comunicación, que cada vez son menos en La Habana. Los negociadores del gobierno han acatado el compromiso de no hablar de nada hasta que haya un acuerdo establecido en algún tema y de comunicar las decisiones solo a través de comunicados conjuntos, publicado en la página web de la Presidencia.

Así lo hicieron al final de la semana pasada, cuando en un documento firmado por ambas comisiones acordaron el primer mecanismo de participación real de la sociedad civil en el proceso.

“En cumplimiento del Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, han convenido poner en marcha el primer espacio de participación de la Mesa de Conversaciones, mediante la convocatoria del Foro denominado Política de Desarrollo Agrario Integral (Enfoque Territorial), en la ciudad de Bogotá los días 17, 18 y 19 de diciembre próximo”, dijeron.

Y señalaron también que le han pedido “a la Organización de Naciones Unidas en Colombia y a la Universidad Nacional – Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz que convoquen, organicen y sirvan de relatores de los debates y de las conclusiones que se entregarán a la Mesa de Conversaciones el 8 de enero de 2013”.

Sobre el tema grueso de la negociación nada se sabe. La guerrilla de las Farc ha usado los micrófonos para enviar mensajes a la opinión pública, al gobierno colombiano y a gobierno de otros países. Sin embargo, se sabe que las negociaciones se ciñen expresamente a temas de la agenda y que no se han tocado otros temas.

Esta primera sesión de trabajo terminará el jueves 29 de noviembre, día en el que se completará la décima jornada de negociación entre las partes. Ahí, los negociadores del gobierno volverán a Bogotá a reunirse, seguramente, con el presidente Santos y contarle los avances del proceso.

Los guerrilleros de las Farc permanecerán en las casas de protocolo adecuadas por el gobierno cubano para ellos hasta que se programe una nueva serie de conversaciones.

La primera semana de negociación ha dejado al país con los mismos argumentos que tenía antes de comenzar el proceso. Las partes hablando, sobretodo las Farc, de “buen ritmo y buen ambiente” en la negociación, sin embargo no se sabe sobre cuáles temas del desarrollo agrario integral han discutido ni cuáles han sido las posturas de unos y otros frente a este punto.

Las Farc, pareciera, están jugándose una estrategia de dos caras: una, la de la mesa de negociación, en la que definen los puntos acordados previamente en la agenda; y otra, la que emiten frente a las cintas rojas en La Habana, antes de entrar a discutir con los representantes del gobierno.

Allí retan a la opinión y al gobierno colombiano con propuestas e iniciativas polémicas y arriesgadas. Desde la organización guerrillera se dicen que tienen la firme voluntad de no pararse de la mesa hasta que se firme un acuerdo, incluso hablan que si el proceso se cae será porque el gobierno se levante de su silla.

No se levantarán, afirman, pero sí están presionando con comunicados y declaraciones a que la negociación aborde puntos de su interés. Este ha sido el tinte de una semana de negociación en La Habana, bajo el signo del hermetismo y de los mensajes.

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